90
              
            
            
              
                Jesús Párraga Martínez
              
            
            
              
                Iberulitos atmosféricos
              
            
            
              
                Figura 1. Iberulitos. Imágenes SEM (electrones secundarios
              
            
            
              
                o retrodispersados) y de estereomicroscopio. a) Campo de
              
            
            
              
                iberulitos típicos (pseudoesféricos) de tamaño comprendido
              
            
            
              
                entre 80 y 150 μm. b) Iberulito redondeado típico. Se aprecia el
              
            
            
              
                vórtex y la corteza de partículas muy finas (arcillas) engrosada en
              
            
            
              
                dicho vórtex. c) Iberulito fusiforme generado por agregación de
              
            
            
              
                partículas alrededor de una fibra vegetal. d) Iberulito típico de un
              
            
            
              
                tamaño aproximado de 100 μm. Destaca el color rojizo. Se aprecia
              
            
            
              
                el vórtex en el primer plano. Imagen de estereomicroscopio. e)
              
            
            
              
                Plano ecuatorial de un iberulito de gran tamaño (135 μm).
              
            
            
              
                Núcleo formado por partículas gruesas (alguna > de 20 μm),
              
            
            
              
                con una alta porosidad (≈ 50%). Corteza de partículas finas (más
              
            
            
              
                finas cuanto más superficiales), poco porosa. Imagen SEM de
              
            
            
              
                electrones retrodispersados, lámina delgada, metalización con
              
            
            
              
                carbono. f) Iberulito roto. En el centro se observa una frústula
              
            
            
              
                de alga diatomea de origen lacustre, procedente, posiblemente,
              
            
            
              
                de la depresión de Bodelé (Chad). g) Cocolitofórido de origen
              
            
            
              
                marino (nanoplacton) incrustado en la superficie arcillosa de un
              
            
            
              
                iberulito. h) Esporas bacterianas ubicadas en una microgrieta de
              
            
            
              
                la superficie de un iberulito.
              
            
            
              
                Figura 2. Génesis de los iberulitos. “Pluma” de polvo desde
              
            
            
              
                África hasta España. Foto de color natural, capturada por el
              
            
            
              
                espectroradiómetro MODIS (satélite Terra, NASA,) el 25 de junio de
              
            
            
              
                2012. El polvo partió de Argelia y Mali, viajó hacia el oeste, se internó
              
            
            
              
                en el Océano Atlántico y giró hacia el este en dirección a la Península
              
            
            
              
                Ibérica. Etapas en la formación de los iberulitos: 1. Inyección de
              
            
            
              
                grandes cantidades de polvo sahariano a la atmósfera y elevación
              
            
            
              
                de los granos minerales menores de 10 µm a las capas altas de
              
            
            
              
                la troposfera por la Saharan Air Layer. 2. Las partículas de polvo
              
            
            
              
                captan vapor de agua y se convierten en núcleos de condensación
              
            
            
              
                de nubes, formando minúsculas gotitas de agua que se unen por
              
            
            
              
                colisiones entre ellas y evolucionan a grandes gotas precursoras de
              
            
            
              
                los iberulitos, de un radio máximo de 500 micras (por encima de ese
              
            
            
              
                radio estallan y se desintegran). Esto se puede producir cerca o sobre
              
            
            
              
                zonas marítimas o donde haya más vapor. 3. Procesado atmosférico
              
            
            
              
                que incluye pérdida de agua del “preiberulito”, formación de un
              
            
            
              
                vortex, y maduración final del Iberulito. 4. Vuelo y transporte a
              
            
            
              
                grandes distancias por sus características hidrodinámicas. En ese
              
            
            
              
                transporte pueden incorporarse plancton, bacterias, polen, virus, etc.
              
            
            
              
                5. Deposición en la Península Ibérica y otras regiones mediterráneas.
              
            
            
              En la composición mineralógica (Tabla 3) se aprecian dife-
            
            
              rencias entre el PMS total y los iberulitos, no en los tipos de mi-
            
            
              nerales presentes, sino en las proporciones de los mismos. El tipo
            
            
              de minerales presentes, sobre todo los filosilicatos, indica para
            
            
              ambos (PMS total e iberulitos) una procedencia edáfica, bien de
            
            
              suelos locales, o lejanos.
            
            
              En los iberulitos domina el cuarzo y las proporciones de he-
            
            
              matites, aunque pequeñas, son mayores que las del PMS total.
            
            
              El color rojo de los iberulitos (Fig. 1d) deriva, por tanto, de su
            
            
              contenido en hematites que reviste a otras partículas minerales.
            
            
              Todo esto sugiere que sus constituyentes proceden de los suelos
            
            
              del Sahara y Sahel. Estos suelos se caracterizan, según Lafon et
            
            
              al. (21), por generar polvo rojizo rico en partículas de óxidos de
            
            
              hierro y partículas de otros minerales (cuarzo, filosilicatos, calci-
            
            
              ta…) con óxidos de hierro adheridos. La presencia de esqueletos
            
            
              de diatomeas (Fig. 1f), podría indicar que parte del PM africa-
            
            
              no que genera los iberulitos procede de la depresión de Bodelé
            
            
              (Chad), donde abundan las diatomitas (rocas silícicas formadas
            
            
              por microfósiles de diatomeas) y una de las áreas más activas en
            
            
              la generación de PM, del mundo (22).
            
            
              La presencia de cuarzo (sílice cristalina) en PMS total y en
            
            
              los iberulitos, en ambos casos superior al 20%, aumenta el riesgo
            
            
              por inhalación, sobre todo teniendo en cuenta que un elevado
            
            
              número de las partículas constituyentes de los iberulitos son
            
            
              PM10 (media de 0,5 a 7
            
            
              µ
            
            
              m). La monografía de la Agencia
            
            
              Internacional para la Investigación del Cáncer (23) dedicada al
            
            
              cuarzo, polvo y silicatos en general, establece que la exposición
            
            
              e inhalación de estos minerales, se asocian al cáncer de pulmón.
            
            
              Se ha demostrado que la inhalación de partículas solubles
            
            
              en fluidos pulmonares ocasiona el paso de compuestos tóxicos
            
            
              hacia el sistema circulatorio, causando además toxicidad
            
            
              pulmonar (24). Sin embargo, no hay estudios clínicos de
            
            
              toxicidad pulmonar por partículas poco solubles como son la
            
            
              mayoría de las constituyentes del PMS e iberulitos (silicatos
            
            
              y carbonatos). Se debe tener en cuenta que los componentes
            
            
              finos (PM2,5) del PMS e iberulitos podrían penetrar fácilmente
            
            
              en las vías respiratorias y alcanzar los alvéolos en donde
            
            
              quedarían retenidas en el parénquima pulmonar, en al menos
            
            
              un 50 %, tal como señalan Valavanidis et al. (15).
            
            
              En el PMS total y en los iberulitos se ha encontrado
            
            
              material de origen biológico. En PMS se encontraron pólenes
            
            
              y ácaros, cuyos efectos sobre la salud humana comprenden
            
            
              diversas manifestaciones clínicas: oculares (conjuntivitis),
            
            
              digestivas (alergias alimentarias) o respiratorias (asma y/o
            
            
              rinitis) (25).
            
            
              En los iberulitos se ha detectado nanoplancton (marino o
            
            
              lacustre) (Fig. 1f, g), esporas bacterianas alojadas en micrositios
            
            
              (Fig. 1h.) y es altamente probable que contengan virus. Como
            
            
              antes se ha indicado, las partículas constituyentes de los
            
            
              iberulitos se originan en los suelos desérticos y semidesérticos
            
            
              del Sahara-Sahel. Estos suelos, a pesar de su escasez de
            
            
              agua, son el hábitat de comunidades muy diversas de algas,
            
            
              bacterias, hongos y virus, que sobreviven a las condiciones
            
            
              climáticas extremas porque se adsorben en los coloides del
            
            
              suelo (complejos organominerales de arcilla y humus) que
            
            
              les proporcionan condiciones microclimáticas más favorables
            
            
              (humedad, nutrientes y control de temperatura). Estos
            
            
              microorganismos arrastrados por los fuertes vientos saharianos
            
            
              hasta la atmósfera, sufrirían daños por las radiaciones UV y las
            
            
              temperaturas extremas. Sin embargo, se ha demostrado que
            
            
              muchos microorganismos de estos suelos son transportados a
            
            
              largas distancias, incluso intercontinentalmente. Así, existen
            
            
              indicios que relacionan las epidemias de meningitis en el Sahel
            
            
              con las tormentas saharianas de polvo, que afectan anualmente
            
            
              a más de 200.000 personas (26). Asimismo, los habitantes de las
            
            
              regiones que sufren más impacto de tormentas de polvo (Medio
            
            
              Oriente, Caribe, región mediterránea, etc.) tienen las mayores
            
            
              tasas de incidencia de asma y de enfermedades circulatorias y
            
            
              respiratorias, por inhalación de alérgenos, aunque también de
            
            
              partículas minerales de pequeño tamaño (27). Podríamos emitir
            
            
              la hipótesis, ya que no existe bibliografía al respecto, de que los
            
            
              microorganismos edáficos “refugiados” en los iberulitos a modo
            
            
              de coraza protectora, se transportarían a largas distancias. Este