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Actualidad
Médica
SUPLEMENTO
Sociedad Andaluza
de Angiología y Cirugía Vascular
A C T U A L I D A D
M É D I C A
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SUPLEMENTO
Actual. Med.
2013; 98: (789). Supl. 7-64
Queridos amigos:
El pasado 30 de Septiembre pasé a la situación de jubilado
por imperativo legal, es este un nuevo status para mí que pre-
tendo asimilar con sentido común e incluso ilusión. No obstan-
te he sido admitido como Profesor Emérito de la Universidad de
Granada, lo que me va a permitir seguir manteniendo contacto
con nuevas generaciones de futuros médicos. La docencia, como
sabéis, ha sido una de mis grandes pasiones y de hecho, a través
de ella os conocí a una buena parte de vosotros. La otra faceta,
la asistencial, que es a la que he dedicado la mayor parte de mi
tiempo, no es posible continuarla, al menos en el ámbito público
y sin duda la voy a echar mucho de menos, pero la vida es así
y veo como lógico este traspaso generacional que rejuvenece y
mantiene, o debería mantener, a las instituciones permanente-
mente revitalizadas y actualizadas.
En un momento como este, que sin duda tiene una gran im-
portancia personal, creo necesario hacer un alto en el camino,
mirar hacia atrás para lamentar lo que no he hecho bien, que es
mucho, pedir perdón por los agravios que haya podido infringir,
perdonar los recibidos e incluso intentar olvidarlos y aligerando
así la carga preparar la mochila para esta nueva etapa del camino
de la vida que inicio que está llena, como todas, de incertidum-
bres pero también de posibilidades, que genera temores porque
es la última y de duración incierta, pero que constituye una parte
relevante de la vida de los seres humanos que tienen la posibi-
lidad de llegar a ella. La palabra jubilación viene, en el sentir de
algunos, de júbilo derivado de la alegría de haber llegado a esta
etapa y en segundo lugar por poder vivirla libre de una serie de
cargas y trabajos que en el transcurso de los años se van acumu-
lando sobre nuestras espaldas.
Es obligado también hacer una autovaloración de lo hecho
que yo renuncio a expresar aquí porque como gran aficionado
a las autobiografías me ha apasionado siempre la capacidad de
autojustificación que el ser humano tiene y que refleja el afán de
supervivencia que todos tenemos y la necesidad de reconocernos
cada mañana ante el espejo, al menos de los que nos afeitamos a
diario. La valoración de lo que hasta aquí he hecho me resulta a
mí mismo muy difícil de hacer porque sé que mucho de lo que se
me adjudica ha sido posible gracias al trabajo, entusiasmo, imagi-
nación y sacrificio de los que conmigo han trabajado. Por eso, tan
importante como pedir perdón es agradecer a esas personas, no
todas ellas médicos y muchas de ellas en esta Sociedad, su tiem-
po, su confianza, sus ideas, su trabajo, sus críticas y, a la mayoría, su
amistad. Esta última sobre todo trasciende a las etapas administra-
tivas en las que dividimos la vida.
La falsa modestia sin embargo no es más que una forma hi-
pócrita de pedir el reconocimiento de los demás, en consecuencia
a veces pienso en lo que he conseguido gracias a mi esfuerzo y en
contra del esfuerzo de otros y me gusta recordarlo. La vida está lle-
na de situaciones así, que, de alguna forma, nos estimulan y retan
a iniciar proyectos que no siempre gozan de la aceptación unánime
de nuestro entorno. Estoy especialmente orgulloso del grado aca-
démico que obtuve y que fué consecuencia de un enorme esfuerzo
personal en un momento brillante de mi juventud. Igualmente, la
creación del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital
Clínico de Granada fué una empresa, inicialmente imposible, con-
tra la que estaban colegas de toda España, muchos de Granada e
incluso políticos importantes de ámbito regional. Junto a Rafael
Peñafiel, Paco Moreno†, Vicente García Róspide, José Julio Ramos
y José F. González Ríos, conseguimos con casi tanto trabajo como
ilusión sacarlo adelante, obtener la acreditación docente y a la vez,
los cinco citados accedieron al Grado de Doctor, labor siempre ardua
y difícil sobre todo cuando hay que compaginarla con largas sesiones
de quirófano, numerosísimas guardias que por supuesto, en aquella
época de reciedumbre, no se libraban y horas y horas de hospital
en donde éramos más conocidos que en nuestras respectivas casas.
La docencia de la Especialidad también me ha preocupado
y ocupado muchas horas. Durante 20 años he sido miembro de la
Comisión Nacional de la Especialidad y he influido en buena medi-
da en los avances y cambios que se han producido en nuestro país
en este sentido. Por el Servicio han pasado gran número de resi-
dentes, la mayor parte de ellos excelentes que han contribuido con
su trabajo y su maleabilidad a desarrollar un poco más el grupo,
en total han sido veinticuatro, de los que me siento especialmente
orgulloso, que han contribuido a elevar el nivel de la Angiología y
Cirugía Vascular andaluza, ocupando varios de ellos cargos de di-
rección de Servicios y de la Sociedad.
Pero sin duda, la faceta asistencial es la que ha llenado ple-
namente los últimos quince años de mi vida activa, esta coincide
con el advenimiento de las técnicas endovasculares que desde el
principio comprendí estaban llamadas a constituir la base de la Ci-
rugía Vascular del futuro. También aquí tuvimos que luchar con el
inmovilismo de muchos, la oposición de otros y la indiferencia de
la mayoría. Poco a poco se fue imponiendo el sentido común y mu-
chos colegas comprendieron el sentido de algo que, unos pocos,
defendíamos desde hacía tiempo, que “la mejor forma de predecir
el futuro es construirlo” (Alan Kay). Estos últimos años han sido fre-
néticos, un grupo que hemos liderado Manel Matas y yo fundamos
el Capítulo de Cirugía Endovascular, como Presidente del mismo
inventé los Simposios Internacionales que se vienen celebrando en
Madrid y después el Congreso Internacional de Cirugía Endovas-
cular que en Diciembre de este año verá la luz por primera vez en
Granada. Andalucía, gracias a vosotros, ha incorporado estas téc-
nicas a la cartera de servicios de la inmensa mayoría de los Hospi-
tales en los que hay Cirugía Vascular y hoy día podemos decir que
su utilización se ha normalizado y que los Cirujanos Vasculares las
usamos a diario y las consideramos parte consubstancial de nues-
tra Especialidad.