Revista nº 803
15 Maria de Alharilla Montilla Ibáñez Epidemiología en la consulta de otoneurología Actualidad Médica · Número 803 · Enero/Abril 2018 Páginas 13 a 16 En la anamnesis se recogieron patologías previas que presentaban los pacientes y las más frecuentes fueron la depresión y la ansiedad con un 58,50 y un 50,00% respectivamente, seguidos de hipertensión arterial (HTA) con un 34,40%, un 22,34% padecían acúfenos, el mismo porcentaje padecía patología tiroidea y finalmente un 18,09% tenían patología cervical diagnosticada por un especialista en medicina física y rehabilitación o traumatólogo. Se pueden consultar dichos datos en la figura 2. DISCUSIÓN Destaca que la derivación de pacientes a nuestra consulta de otoneurología, (37,9 pacientes en un año por cada 100.000 habitantes) es similar a la que se producen en otras unidades de otoneurología de España de acuerdo con el estudio de Guerra- Jiménez et al en el que se derivan 38 pacientes por cada 100.000 habitantes en el Hospital Insular de Gran Canaria (6). La media de edad de nuestros pacientes es muy similar a la de otros muchos estudios así como la distribución por sexos, siendo mayor el porcentaje de mujeres, ya que la patología vestibular suele afectar a la edad media de la vida y a mujeres (7,8). En relación al nivel académico, la mayor parte de los participantes solo completó estudios básicos (61,7%) datos similares a los encontrados en otros ensayos clínicos aleatorizados realizados en pacientes con una media de edad similar a la de nuestro trabajo (9). Enporcentaje,lahipertensiónarterial,laansiedadyladepresión fueron las tres patologías previas más frecuentes, resultado similar al descrito en otros trabajos (10). Cabe destacar la importancia de las concomitancias que aparecen en la patología vestibular y en la inestabilidad sobre todo con ansiedad y depresión, dato a tener en cuenta y posible fuente de estudio más en profundidad para poder discernir si la ansiedad y la depresión son el desencadenante de esta patología, son un factor predisponente o la propia medicación puede ser el origen de la inestabilidad que presentan algunos pacientes; por todo ello, éste estudio nos puede ayudar a caracterizar mejor la distribución de las prevalencias tanto de la patología vestibular como sus patologías asociadas. Dentro de las limitaciones del estudio destaca el hecho de que la patología vestibular es muy compleja tanto para el paciente poder describir su sintomatología como para el médico poder realizar un diagnóstico ya que la el síntoma vértigo e inestabilidad no sólo se encuentra en patología de origen vestibular sino también en patología de origen central, vascular, psiquiátrica, farmacológica, etc. La patología vestibular puede evolucionar y además presentar concomitancias, es decir un paciente puede tener inicialmente un VPPB y en la evolución del mismo terminar diagnosticado a su vez de migraña vestibular, o presentar inicialmente características de mareo subjetivo crónico y tras la realización de pruebas radiológicas diagnosticar un neurinoma del VIII par craneal; dado que el estudio recoge el motivo de derivación del paciente es posible que los diagnósticos no sean definitivos y si se estudiase cada caso pasado algún tiempo puedan modificarse; dada nuestra experiencia clínica en consulta, no creemos que éste cambio pueda ser significativo. Otra limitación que encontramos es la dificultad para poder comparar conestudiospreviosdebidoaquehastahacerelativamente poco tiempo no se disponía de un consenso internacional de nomenclatura diagnóstica para los trastornos vestibulares por lo que con respecto al diagnóstico éste puede ser variable de un estudio a otro. El bajo porcentaje de migraña vestibular con respecto a otros estudios probablemente se deba a que éstas son derivadas en su mayoría al servicio de Neurología tanto los pacientes que proceden de atención primaria como los que proceden de la consulta de otorrinolaringología general. CONCLUSIONES Éste tipo de estudios nos permiten conocer mejor las características de nuestros pacientes y poder plantear estudios futuros. Respecto al tipo de alteración vestibular, pudimos observar el VPPB (11) fue la patología diagnosticada con mayor frecuencia junto con la enfermedad de Ménière, que son las dos formas de alteraciones vestibulares periféricas más habituales según Brandt et al (12). Es importante conocer la prevalencia y las características de éstos pacientes para realizar una correcta planificación sanitaria en nuestra área de estudio y así prever los recursos sanitarios suficientes. BIBLIOGRAFÍA 1. Murdin L, Schilder AG. Epidemiology of balance symptoms and disorders in the community: A systematic review. Otol Neurotol. 2015;387-392. 2. Yardley L, Owen N, Nazareth I, Luxon L. Prevalence and presentation of dizziness in a general practice community sample of working age people.Br J Gen Pract, 48. 1998;1131-1135. 3. American Geriatrics Society, British Geriatrics Society, and American Academy of Orthopaedic Surgeons Panel on Falls Prevention. Guideline for the prevention of falls in older persons. J AmGeriatr Soc. 2001;49:664-72. 4. Fabre JM, Ellis R, Kosma M, Wood RH. Falls risk factors and compendium of falls risk screening instruments. J Geriatr Phys Ther. 2010;33(4):184-97. 5. Tinetti ME, Speechley M, Ginter SF. Risk factors for falls among elderly persons living in the community. N Engl J Med. 1988;319:1701-7. 6. Guerra-Jiménez G, Arenas Rodríguez A, Falcón González JC, Pérez Plasencia D, Ramos Macías A. Epidemiología de los trastornos vestibularesenlaconsultadeotoneurología.ActaOtorrinolaringol Esp. 2017;68(6):317-322. 7. Giray M, Kirazli Y, Karapolat H, Celebisoy N, Bilgen C, Kirazli T. Shortterm effects of vestibular rehabilitation in patients with chronic unilateral vestibular dysfunction: a randomized controlled study. Arch Phys Med Rehabil.2009;90(8):1325-31. 8. Karapolat H, Celebisoy N, Kirazli Y, Ozgen G, Gode S, Gokcay F, Bilgen C, Kirazli T Is vestibular rehabilitation as effective in bilateral vestibular dysfunction as in unilateral vestibular dysfunction? Eur J Phys Rehabil Med. 2014;50(6):657-63 . Figura 2: Patologías previas de los pacientes.
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