Suplemento I · Revista nº 803

19 Sociedad Andaluza de Neurocirugía SUPLEMENTO original Actual. Med. 2018; 103: (803). Supl. 19-40 INTRODUCCIÓN La craneotomía en paciente despierto (CPD) bajo monitorización neurofisiológica para la resección de tumores cerebrales o patología vascular situadas en áreas elocuentes, se ha convertido en un procedimiento habitual para pacientes que se presume tienen una de estas patologías en la vecindad de las áreas de lenguaje y del córtex motor. La evidencia muestra mejores resultados que incluyen un mayor grado de resección, menos déficits neurológicos tardíos, una estancia hospitalaria más corta y una supervivencia más prolongada, después de las intervenciones neuroquirúrgicas llevadas a cabo bajo estas condiciones, en comparación con las llevadas a cabo bajo anestesia general. La capacidad del neurocirujano para maximizar la resección tumoral, preservando la función neurológica, mediante el mapeo neurofisiológico y la estimulación cortico- subcortical intraoperatoria en un paciente despierto, se acredita por los resultados mencionados 1 . Indudablemente la primera consideración para tener en cuenta una vez diagnosticado el paciente y propuesto el método neuroquirúrgico más indicado, es contar con la colaboración y el visto bueno de este. Ante el recelo propio de un procedimiento que puede implicar dolor, ansiedad, falta de colaboración, etc. El mismo paciente nos interroga acerca de los medios de que disponemos para evitarle sufrimiento mientras lo llevamos a cabo. Además de la propia experiencia del equipo multidisciplinar, numerosos artículos pretenden poner de manifiesto que se puede hacer para lograr un mejor control del dolor y la incomodidad percibida por los pacientes sometidos a craneotomía mientras están despiertos 2,3 . El equipo multidisciplinar que lleva a cabo estos procedimientos, encabezados por los neurocirujanos responsables de la cirugía propuesta, se maneja en base siempre a protocolos adaptados para su propio entorno y que han sido suficientemente validados previamente por otros autores y centros 4,5 . No obstante, en base a la experiencia previamente adquirida por autores y centros con una larga trayectoria, así como a la propia que vamos adquiriendo conforme llevamos a cabo más cirugías, estos protocolos de manejo pre – intra y postquirúrgico, van moldeándose y vamos incorporando nuevas aportaciones que son muy interesantes, para nosotros mismos y para el resto, de tener en cuenta para determinadas situaciones 6 . MATERIAL Y MÉTODO Desde que en septiembre de 2016 elaboramos a cabo un protocolo consensuado para llevar a cabo la CPD con las máximas garantías, hasta la actualidad, marzo 2018, un total de 5 procedimientos quirúrgicos se han llevado a cabo, así como otros 8 pacientes sometidos a mapeo cerebral completo bajo anestesia general. De esta experiencia se han renovado y editado hasta 6 revisiones actualizadas del protocolo inicial. Se han tenido en cuenta aspectos fundamentales y publicados en los protocolos previamente consensuados por las distintas especialidades participantes 7,8 , así como hemos participado directamente en la elaboración de documentos de consenso para llevar a cabo estos procedimientos 9 . RESULTADOS En relación a la adquisición de las imágenes preoperatorias de Resonancia Magnética funcional (RMf), hemos observado que los pacientes consumidores de cannabis en cualquiera de sus formas, presentan un menor efecto BOLD en relación con la activación de áreas cerebrales de los paradigmas relacionados con el lenguaje y el procesamiento verbal, así como una menor activación en las áreas del cerebro asociadas al control general de los recursos cognitivos. Esto, que pudimos establecerlo al encontrarnos a un paciente que padecía de un cavernoma y era consumidor diario de cannabis, al compararlo con nuestros otros pacientes no consumidores, también lo corroboramos introduciendo para la RMf, junto al neuropsicólogo responsable de la selección de los paradigmas, a dos individuos controles, sanos, de semejante nivel intelectual y edad, siendo uno consumidor diario de cannabis y otro que no lo era (Figura 1) . En relación con la preparación neuropsicológica de los individuos, hemos introducido por parte de los neuropsicólogos del equipo, una semana antes de la intervención, la realización de pruebas de sugestionabilidad para valorar la posibilidad de incorporar la hipnosis clínica durante la intervención quirúrgica. Si el paciente es buen candidato, se ha realizado la sesión de hipnosis clínica y se han adecuado tanto la inducción como las sugestiones seleccionadas en base a la historia personal del paciente. En tres pacientes, un día antes de la intervención quirúrgica, se ha llevado a cabo la sesión de hipnosis y reafirmación de las sugestiones, para el día de la misma, realizar la inducción hipnótica para adaptarlo/a al entorno quirúrgico. En tercer lugar, hemos modificado el protocolo inicial que llevábamos a cabo: dormido-despierto-dormido o despierto, por llevar a cabo todo el procedimiento despierto en los 2 últimos casos. Esto ha sido posible gracias a la incorporación por los neuro-anestesistas de la dexmedetomidina (DEX), un agonista selectivo de los receptores alfa-2 adrenérgicos, que posee un efecto sedante y ansiolítico mediante la estimulación presináptica de dichos receptores y confiere al paciente la capacidad de abrir los ojos a la estimulación verbal y obedecer órdenes sencillas, sin causar depresión respiratoria, sólo disminuyendo la frecuencia respiratoria. La mayoría de los fármacos influyen sobre los potenciales evocados, no así con el uso de la DEX, no provoca nauseas ni vómitos, tampoco inestabilidad hemodinámica y confiere analgesia suficiente desde el inicio del procedimiento. Transcurridos 13 minutos desde su suspensión, el paciente es capaz de realizar todos los tests cognitivos y verbales, y la mayoría de los pacientes coinciden en que sólo la postura es lo que peor soportan y recuerdan. Finalmente, en cuarto y último lugar, es importante establecer el umbral de estimulación a nivel cortical del área del lenguaje o paradigma que seleccionemos para que, mediante estimulación cortical bipolar (separación 5 mm; intensidad 1-8 mAmp; subiendo de 0.5; duración 1 msg y frecuencia 50-60 Hz) podamos durante la cirugía llevar a cabo el procedimiento con la mayor diligencia posible. Hemos acordado que el contaje de números del 1 al 20 o al revés, o citar los meses del año/ días de la semana, como paradigmas para establecer el umbral de estimulación cortical de área del lenguaje, parece ser el que mejor resultado nos aporta. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En relación con los consumidores de cannabis en el momento de llevar a cabo una RMf, parece existir una hipersensibilidad y especificidad de la respuesta cerebral a las señales externas en los consumidores de cannabis a largo plazo, que están por encima de la respuesta a las señales de recompensa natural. Estas observaciones son concordantes con los modelos de sensibilización de incentivos que sugieren la sensibilización de las regiones mesocortico-límbicas y la alteración de los procesos de recompensa naturales después del uso de drogas 10 . Sin embargo, en nuestros pacientes y controles hemos encontrado de forma global una hipoactivación especialmente en el giro frontal superior, en general en el córtex prefrontal, que provocan una menor activación de las áreas asociadas al control general de los recursos cognitivos (Figura 1) . Cuando queremos que el paciente colabore durante el procedimiento, para poder llevar a cabo el desarrollo de los paradigmas seleccionados en la RMf previamente, además de la medicación empleada, los neuropsicólogos deben llevar a

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