Revista nº 804
84 Lacorzana Rodríguez J. Transplante corneal con membrana amniótica Actualidad Médica · Número 804 · Mayo/Agosto 2018 Páginas 82 a 86 El uso de MA está descrito para muchas patologías oculares tales como: abrasiones corneales, reparación de ampollas filtran- tes, trabeculectomías, úlceras persistentes (neurotróficas, herpé- ticas, etc.), descematoceles, perforaciones, pterigium , queratitis numulares, insuficiencias limbares (incluyendo cultivo de células limbares y posterior trasplante) (11), queratopatías en banda, re- construcción conjuntival, simbléfaron, etc. (3,4,14) (Figura 2). A pesar del gran número de estudios relacionados con la utilización de la MA en oftalmología, aún no está clara su utilidad real en nuestro medio. Por ello, el objetivo del presente artículo es analizar los resultados preliminares obtenidos tras la aplicación de esta técnica en pacientes tratados durante los últimos 5 años en la provincia de Granada a fin de identificar los factores que se asocian al éxito de la técnica. MATERIALES Y MÉTODOS En este trabajo, se realizó un estudio descriptivo retros- pectivo de todos los casos en los que se implantó una MA por motivos oftalmológicos en la provincia de Granada entre 2013 y 2017. Para ello, se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes tratados durante este periodo teniendo en cuenta, como criterio de inclusión, el haber recibido un trasplante de MA con fin oftalmológico. De este modo, se encontraron 44 pa- cientes que fueron incluidos en el estudio. La investigación fue aprobada por el Comité de Ética de Investigación (CEI) de Gra- nada, Comité ético Coordinador de Andalucía (CCEIBA) y Comité Científico externo del Biobanco. Las variables recogidas en cada caso son las siguientes: sexo, edad mayor o menor a la mediana (60 años), técnica em- pleada (en nuestro estudio siempre se usó como injerto), nú- mero de MA implantadas en cada paciente, número de capas de MA implantadas, tipo de MA (siempre se usó criopreservada), motivo del trasplante, ¿hubo complicaciones?, ¿cuándo?, ¿se puso una segunda MA?, ¿infecciones postquirúrgicas?, ¿mejo- ría AV?, ¿transparencia corneal? y ¿éxito o fracaso global de la intervención?. Una vez recogidas las variables, se aplicó a cada una de ellas la prueba de la normalidad de Kolmogorov-Smirnov . Pues- to que todas las variables demostraron no cumplir criterios de normalidad, a partir de entonces se utilizaron las pruebas es- tadísticas no paramétricas U de Mann Whitney (para compara- ciones dos a dos) y Tau de Kendall (para identificar correlación entre variables). RESULTADOS De los 44 pacientes seleccionados, el 55% eran varones y el 45% mujeres, siendo la edad media de 57,1±20 años y la me- diana de 60 años. Cuando se analizó el grupo de pacientes en los que el im- plante de MA se consideró como un éxito, se comprobó que existían diferencias respecto al grupo de pacientes considerados como un fracaso para un gran número de variables, destacando las infecciones postquirúrgicas y distintos motivos de interven- ción (Tabla 2). Respecto al análisis estadístico, las pruebas de correlación (Tabla 3) demostraron la existencia de una correlación significa- tivamente positiva (r>0) o negativa (r<0) entre algunas de varia- bles, destacando la correlación positiva existente entre el éxito de la técnica y la transparencia corneal total. En cambio, el éxito de la técnica presentó correlación significativa negativa con la existencia de complicaciones pos- tquirúrgicas y con la utilización de MA para tratar la perforación corneal. Por otro lado, la comparación de valores medios dos a dos también reveló la existencia de diferencias significativas entre grupos (Tabla 4). Respecto al éxito o fracaso del tratamiento, se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de éxito y el grupo de fracaso para las siguientes varia- bles: motivo de implante por perforación corneal, existencia de complicaciones y la transparencia corneal total. DISCUSIÓN Como se detalló en la introducción de este trabajo, la MA es una herramienta muy valiosa en el campo de la oftalmolo- gía por su utilidad potencial a la hora de reparar distintos tipos de defectos de la superficie ocular (3–5,8,10,11). Sin embargo, aún es necesario llevar a cabo estudios clínicos que determinen los factores que se asocian al éxito del trasplante de MA en nuestro medio. Por ello, en el presente trabajo, hemos realizado un análisis preliminar que ha logrado identificar algunos factores críticos que determinan el éxito o el fracaso de la terapia basada en el trasplan- te de MA. En primer lugar, se puede observar cómo la variable “éxito” se correlacionó significativamente con algunas variables relacionadas con la evolución del paciente posterior al trasplante (si hubo com- plicaciones, córnea trasparente), existiendo asimismo diferencias significativas en los valores medios de ambos grupos según la prue- ba de Mann-Whitney . El hecho de que todos estos factores influyan críticamente sobre el éxito o el fracaso final de la terapia explican su estrecha relación con esta variable y por tanto, la existencia de diferencias significativas. De hecho, a la hora de valorar si el injerto tuvo éxito o no, la ausencia de complicaciones y la buena traspa- rencia corneal fueron tomados en cuenta. Con respecto a las indicaciones del trasplante (motivos de uso), se observó que su utilización en perforaciones oculares fra- casó en la mayoría de los casos, existiendo diferencias significativas entre el grupo de pacientes con perforación y el grupo sin perfo- ración (20% de éxito en el primer grupo frente a un 68% en el se- gundo). Este resultado nos orienta a buscar un tratamiento coad- yuvante al uso de la MA en el momento quirúrgico, como ya están investigando otros autores, y a la búsqueda de otras alternativas más definitivas (15–20). Acerca del uso de MA en el resto de patologías, nuestro análisis preliminar no logró identificar diferencias significativas en cuanto al éxito de la técnica en otras indicaciones terapéuticas. Probablemente, el reducido tamaño de muestra impidió hallar re- sultados estadísticamente significativos en otras indicaciones qui- rúrgicas. Trabajos futuros deberán determinar la utilidad del trata- miento con MA en estas posibles indicaciones. Figura 2. Recubrimiento conMA (injerto) en un paciente con abrasión corneal inferior con amputación de vasos limbares de 4-6 h
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