Revista nº 804

59 EDITORIAL Actualidad Médica A C T U A L I D A D M É D I C A www.actualidadmedica.es ©2018.Actual.Med.Todoslosderechosreservados 40 años después de Almá-Atá. Refundar, relanzar y reestructurar la Atención Primaria de Salud 40 years after Alma-Ata. Refound, relaunch and restructure the Primary Health Care Han pasado cuatro décadas desde que 134 países y 67 organizaciones internacionales se reunieran bajo patronazgo de la OMS/OPS y UNICEF en Kazajistán, con el antecedente de la III Reunión Especial de Ministros de Salud, celebrada en Chile en 1972. La conferencia dio lugar a la Declaración de Almá-Atá, donde se instruyeron 10 puntos no vinculantes para los Estados participantes como base para la construc- ción de un nuevo sistema para el ejercicio pleno del derecho humano a la Salud, con el objetivo de “Salud para todos en el año 2000”. El desarrollo de esos puntos ha tenido desigual segui- miento por parte de los gobiernos, pese a los esfuerzos pre- supuestarios realizados por algunos países. La definición de Atención Primaria (AP) como “la estrategia imprescindible para el desarrollo de sistemas de salud universales, equita- tivos y sostenibles” no ha sido implementada de forma pro- gresiva; de hecho, en algunos casos se ha vuelto al modelo centrado en el hospital, más caro y menos eficiente, pero más rentable desde el punto de vista electoral. A nadie se le escapa que el número de trasplantes de órganos (o donantes) –sin tener en cuenta su éxito o fracaso– goza de más relevan- cia que el número de ictus evitados con medidas preventivas, pese a la abundante bibliografía que demuestra que un sis- tema de salud basado en la AP conlleva mejores niveles de salud, de cobertura y accesibilidad con menor coste. A causa de los cambios sociopolíticos y económicos que se han ido sucediendo en estos 40 años, las bases y precep- tos que motivaron la Declaración han quedado relegados por la realidad presupuestaria. Es por esto por lo que es necesa- rio refundar , reestructurar y relanzar la AP. En primer lugar, es necesario refundar los principios que asentaron las bases de la Declaración y por ende el desarrollo de la especialidad de Medicina de Familia. La sociedad de hoy dista mucho de la que propició una idea integradora de “salud para todos”. Además, los retos terapéuticos a los que se enfrenta el mundo han cambiado: cáncer y enfermedades cardiovasculares en el Primer Mundo e infecciones y desnu- trición en el Tercer Mundo. Además, hay que reseñar que el modelo de Atención Primaria de Salud ha de orientarse en modelos de enfermedad hacia la cronicidad y los cuidados paliativos, en los que el Médico de Familia ha de ser elemen- to vertebrador entre la Atención Hospitalaria y el paciente. En segundo lugar, es preciso relanzar tanto una espe- cialidad médica como una forma de gestión de los actos médicos. Está demostrado en la literatura médica que una AP de calidad de perfil comunitario disminuye el número de ingresos hospitalarios, de infecciones nosocomiales, en con- secuencia, y hace el sistema público de salud más eficien- te y sostenible, especialmente en lugares donde la sanidad consume más recursos en infraestructura y personal que en atención sanitaria estricta y con presupuestos estatales men- guantes y oferta privada cada vez mayor. Además, ha de me- jorarse la coordinación entre Hospitales y Centros de Salud, poner en común programas de actuación eficientes e imple- mentar procesos asistenciales integrados y planes de preven- ción dirigidos a las capas sociales más en riesgo de exclusión, no solo social, sino también sanitaria. Esto va de la mano de formar a la población en un mejor conocimiento de su sistema de salud (educación sanitaria), ya que la AP no es una medida de consumo, en la que el pro- fesional sanitario con cinco minutos de consulta ha de deter- minar a qué especialista deriva el caso, como si de una em- presa logística se tratara. Para ello, no solo hay que aumentar el tiempo de consulta, sino también lograr que la contrata- ción y estabilidad de los profesionales de AP responda a unas garantías de orden y cualificación. Es más que entendible que parte de la población tenga mal concepto de AP, en la medida en que se contratan profesionales sin especialidad médica, con gran temporalidad y donde la capacidad de atención está mermada. Estas circunstancias también se dan en la Atención Hospitalaria, donde, además, existe una tendencia en parte del sector a considerar a los compañeros de AP como conti- nuadores de una atención con mera aportación administrati- Actual. Med. 2018; 103 : (804): 59-60 DOI:10.15568/am.2018.804.ed01 Leiva-Cepas Fernando 1,2,3 1 Médico Civil Base Militar “Cerro Muriano” (Córdoba) 2 Departamento de Ciencias Morfológicas. Universidad de Córdoba 3 Grupo GICEAP. IMIBIC/Hospital Reina Sofia/Universidad de Córdoba Fernando Leiva Cepas Facultad de Medicina y Enfermería Avda. Menéndez Pidal s/n. 14004. Córdoba E-mail: fleivacepas@gmail.com Tlfno. 630067112

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