Revista nº 805

124 Rosa Cardozo Acoso escolar según Docentes y Escolares Actualidad Médica · Número 805 · Septiembre/Diciembre 2018 Páginas 121 a 125 percibe a sus compañeros con miedo; sabemos que la agresividad está latente en los medios de comunicación y la globalización, de uso habitual por niños y jóvenes. El sexo, en su mayoría masculino, coincide con la investiga- ción de Gairín et al.(18) que lo reportó en proporción tres a uno, mientras que Martínez(19) obtuvo 45% en su muestra y Prodóci- mo et al.(20) 31,3%. Estadísticamente coinciden nuestros datos con dichos estudios, que encontraron diferencias entre los del sexo masculino que fueron más acosadores y las mujeres que mostraron ser en su mayoría víctimas. En cuanto a los docentes, casi una tercera parte de nuestra muestra afirmó sentirse acosado por sus estudiantes, ello pone en evidencia una pérdida de los valores. Se ha quitado autoridad a los maestros que día a día deben enfrentarse a jóvenes prove- nientes de familias desintegradas, o familias integradas pero mo- dernas, que dejan a los niños en guarderías, con las consecuen- cias que ello acarrea, si no se interactúa con ellos, ni se vigilan aspectos como el tiempo y calidad de la televisión y juegos. Al respecto, Potocnjak et al.(21) plantean que el sistema adulto no satisface de manera adecuada la demanda del adolescente para la contención y orientación; la violencia llamaría la atención de los adultos para llenar el espacio de apego social y emocional que se constituye en una necesidad fundamental en esta etapa. Uribe y Pebes(22), describen que los niveles altos de bu- llying se deben a niveles bajos de funcionalidad familiar, por la falta o ausencia de comunicación. Ello concuerda con lo argumen- tado por Gutiérrez(23), que afirma que debido la falta de integra- ción familiar, la agresión doméstica y limitaciones económicas, los jóvenes adoptan comportamientos violentos; y lo observado por Prodócimo et al.(20) donde los implicados presentaron una ma- yor probabilidad de pertenecer a familias extensas y no biparen- tales. Esto último no fue estudiado en la muestra, y deja campo para continuar con investigaciones en el área. El lugar donde se comete acoso escolar, fue reportado por Postigo et al.(24), como 44% en el patio, 33,1% el aula y 6,7% los pasillos, cifras que difieren con mucho en lo hallado en nuestra investigación, al igual que Pifano(25), cuyas conductas agresivas se presentaron principalmente en la calle, o fuera de la mirada del profesorado(26). Mientras que los ámbitos donde registraron los más altos porcentajes la violencia física directa para Álvarez et al.(27), fueron la disrupción en el aula y Rodríguez y Delgado(28), en el salón de clase y el patio, coincidentes con este estudio. Esto llama a la reflexión, puesto que el acoso escolar en nuestra in- vestigación, lo están realizando en un alto porcentaje en las au- las de clase, donde se supone estarían bajo la supervisión de los docentes, mostrando la falta de valores en el alumnado y pobre dominio del grupo por parte de los docentes. Por otro lado observamos que la principal conducta agresiva por parte del acosador, fue la de tipo verbal, seguida de la física, similar a los resultados de otros autores revisados(16,25,26), y el lugar que consideraron de resguardo para evitar el acoso fue el laboratorio, no obstante no se encontró dicha variable en los resultados de otros autores. En cuanto a la aplicación de sanciones, 85% de los Profeso- res encuestados admitieron la ausencia de aplicación de medidas preventivas y/o correctivas para evitar el acoso escolar, el mismo porcentaje de los que lo identificaron. Igualmente, los estudian- tes refirieron que 100% de los casos no se les aplicó tratamiento correctivo a los casos de acoso escolar identificados. Esta conduc- ta, se observa in crescendo dado que las leyes de protección al niño y adolescente, en conjunto con padres permisivos y ajenos a la conducta sus hijos, han ido anulando la autoridad del Docente. Se pudo comprobar que no existe un programa para la pre- vención, detección y tratamiento del acoso escolar, lo cual es de vital importancia para brindar un ambiente de paz y armonía para los alumnos, y donde haya un ambiente libre de violencia. Estu- dios como el de Monagas y Zapata(29) afirman que la situación es crítica para arraigar una cultura de no violencia en la escuela, y que requiere de la participación de los padres como ejes fun- damentales, de manera que la labor de la escuela no solo sea la de educar desde la formalidad del currículo, sino también desde todos los ámbitos de la formación: formar personas para la inte- gración en la sociedad y su participación ciudadana, solidaria y responsable. CONCLUSIONES El acoso escolar se dio para gran porcentaje en los estudian- tes y fue identificado en casi la totalidad por los Docentes ya que ocurrió principalmente en el aula de clases. Los varones aparecen más como acosadores y las del sexo femenino como víctimas y en mayor porcentaje en forma de acoso verbal. Tanto los docentes como los estudiantes percibieron en el acoso la falta de sanciones al acosador, siendo inexistentes por parte de la comunidad edu- cativa. Se debe considerar la construcción de un clima de convi- vencia en la escuela a partir de un largo trabajo de información y formación docente, en conjunto con los padres y representantes, en virtud del cual se logre generar una elevada consciencia en- tre los profesionales de la enseñanza, sobre la importancia de su intervención en situaciones de violencia que se produzcan en el aula o fuera de ella. CONFLICTO DE INTERESES No existe un posible conflicto de intereses en este manus- crito. REFERENCIAS 1. Robles LA. Frecuencia del Bullying y sus modalidades en estudiantes de educación secundaria de una Institución Educativa Pública. Ágora Rev. Cient. 2016;03(01):292- 299. [Citado 3 mayo 2017]. doi: 10.21679/arc.v3i1.53 2. Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la situación mundial de la prevención de la violencia 2014. [Citado 12 enero 2017]. http://apps.who.int/iris/ bitstream/10665/145089/1/WHO_NMH_NVI_14.2_spa. pdf?ua=1. 3. 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