Revista nº 806

Losilla-Rodriguez et al. Chemsex en pacientes homosexuales Actualidad Médica · Número 806 · Enero/Abril 2019 Páginas 24 a 30 · 25 · INTRODUCCIÓN El término chemsex hace referencia al uso intencionado de drogas psicoactivas para mantener relaciones sexuales, principalmente entre hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), aunque también se usa en relaciones heterosexuales; en sesiones de larga duración, con una o múltiples parejas sexuales (1). Esta práctica es un fenómeno emergente que comenzó a principios del 2000 en Reino Unido y Países Bajos, hasta extenderse por el resto de Europa y llegar hasta España, principalmente a grandes núcleos urbanos como Madrid o Barcelona (2). El chemex es un término inglés (abreviatura de “ chemicals ” y “ sex ”), pero no el único para referirse a este fenómeno, en España se lo conoce por el término “sesión” (3), o “morbo y vicio” (4). Las personas que practican chemsex suelen ponerse en contacto a través de medios digitales como apps móviles con geolocalización (5). Las drogas más empleadas son principalmente la mefedrona, la metanfetamina cristalizada y el γ-hidroxibutirato/ γ-butirolactona (GHB/GBL) (2). Aunque otras drogas como la cocaína, ketamina, speed , dietilamida del ácido lisérgico (LSD) o 3,4-metilendioximetanfetamina ( MDMA) son ampliamente utilizadas en este contexto 6 , siendomuy frecuente el policonsumo y su mezcla con alcohol 3 . Las formas de administración de estas drogas son variadas, por vía oral, inhalada, fumada, rectal, intramuscular e intravenosa (conocida como slamming ), siendo esta última la más asociada a riesgos de salud cuando se comparte el material de inyección (2,6). Atendiendo a aquellos pacientes infectados por el VIH que practican chemsex; existe una mayor incidencia de contagios de todas las ITS. Esto parece estar asociados con las prácticas de riesgo, ya que estas drogas suponene un factor determinante para desinhibir y provocar una hipersexualidad, lo cual facilitaría sesiones con múltiples parejas, más largas y prácticas sexuales de mayor riesgo (6), mala adherencia al tratamiento antirretroviral por los efectos derivados del consumo de drogas (2) (como pérdida de la noción del tiempo), e interacciones farmacológicas relevantes entre las drogas recreativas y los fármacos utilizados como TAR, que comprometen la seguridad del paciente al aumentar la concentración de drogas en el organismo, y su toxicidad (7). La implantación del chemsex en España es reciente, por lo que resulta difícil establecer su impacto sobre la infección por VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), sus consecuencias para la Salud Pública, pero sobre todo su magnitud. A pesar de que un número minoritario de HSH lo llevan a cabo, resulta fundamental recabar información para poder diseñar acciones que potencien la promoción de la salud y la prevención de riesgos. El chemsex se ha popularizado en grandes núcleos urbanos, pero se desconoce dicho fenómeno en otras localizaciones españolas, por tanto, los objetivos de este estudio son: conocer las características generales del consumo de chemsex en los hombres que tienen sexo con hombres en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves (HUVN); conocer la epidemiología del uso del chemsex, en los dos grupos de población que mayoritariamente la usan: pacientes que tienen sexo con hombres infectados por VIH y no infectados que consultan por otro tipo de ITS y ver las diferencias entre ambos grupos; conocer sus consecuencias en materia de salud, como qué tipo de ITS se transmiten y qué problemas de salud mental se asocian; así como los detalles sobre su uso. MATERIAL Y MÉTODOS Se ha realizado un estudio descriptivo transversal con dos grupos de población del HUVN, un grupo de hombres que tienen sexo con hombres (HSH) positivos para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH+) que acuden a consulta de infecciosas en el HUVN y otro grupo de HSH VIH – que acuden al Centro de Orientación de ITS y SIDA (Centro de ITS) para ver las posibles diferencias entre ellos. El período de estudio comprendió desde Noviembre de 2017 hasta Mayo de 2018. La muestra incluye a 141 hombres que tienen sexo con hombres (90 del grupo VIH+ y 51 del grupo VIH-) que se incluyeron en el estudio por participación voluntaria (tras informarles de los objetivos del estudio y solicitarles el consentimiento informado) para contestar la encuesta entre los que acudieron a las consultas, por ser el sitio de más fácil de contacto con los pacientes. La encuesta fue contestada en un lugar privado. No se excluyó a nadie de los que contestó la encuesta para su evaluación. No se contabilizó el número de pacientes que no quiso realizar la encuesta. Para llevar a cabo el estudio, se diseñaron dos cuestionarios parecidos (las únicas diferencias se centraban en las específicas al tratamiento antirretroviral) , uno para cada grupo (Anexo 1). Los cuestionarios fueron completados en consulta por los participantes de forma anónima y auto-administrada (el paciente contestaba de forma escrita al cuestionario), habiendo una persona de referencia para resolver las dudas. En los cuestionarios se han recogido una serie de variables sociodemográficas: edad, nivel de estudios, situación laboral en ese momento, orientación sexual, situación sentimental (si tienen pareja estable o no). Se han recogido preguntas acerca de las sesiones de chemsex como su duración, el número de parejas por sesión, nº de relaciones sexuales por sesión, cómo son las prácticas sexuales durante las sesiones: el fisting, barebacking, el uso de juguetes sexuales, sistemas de higiene anal, actitud en el sexo, métodos de protección. Respecto al consumo de drogas se ha preguntado: qué drogas consumen (mefedrona, GHB/GBL, metanfetaminas, MDMA, poppers, cocaína, LSD, speed y otras), consumo conjunto, con qué frecuencia consumen, la vía de administración, complicaciones derivadas del uso, cómo las consiguen, cómo las pagan. Así como preguntas sobre TAR en VIH+ y sobre profilaxis pre y post-exposición en VIH-. Otro bloque de preguntas está enfocado a otras sustancias consumidas como alcohol o tabaco; y patología concomitante, derivada de participar en las sesiones, como ITS o patología mental. Finalmente el último bloque se refiere a la percepción individual de la práctica del chemsex, la búsqueda de asistencia médica y si desean recibir apoyo e información. El análisis descriptivo de los ítems del cuestionario se ha realizado considerando únicamente aquellos encuestados que sí practican chemsex, según su grupo de estudio. Para comparar las variables cualitativas entre los grupos de VIH positivo/negativo, se utilizó el test chi-cuadrado de Pearson y Fisher en los casos en los que la proporción de frecuencias esperadas inferior a 5 fue mayor del 20%. Para las variables numéricas se empleó el test t de Student o Mann-Whitney en los casos en que no se cumplió la normalidad. Las variables numéricas se describen como media y desviación estándar en casos de normalidad y como medianas y percentiles en las no normales. La normalidad se contrastó con el test de Shapiro- Wilks. El estudio ha sido aprobado por el CEIM/CEI Provincial de Granada y toda la información que se contestó en las encuestas era anónima no pudiéndose identificar a los pacientes. RESULTADOS La muestra total del estudio es de 141 hombres que tienen sexo con hombres (homosexuales y bisexuales). La muestra para el grupo VIH+ es n=90 (63,8%) y la del grupo de personas VIH – n=51 (36,2%). Del total, el 14,9% (n=21) de los encuestados

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