Revista nº 806

Perez-Mendoza et al. Beneficios de la tomografía de cuerpo completo Actualidad Médica · Número 806 · Enero/Abril 2019 Páginas 31 a 35 · 32 · INTRODUCCIÓN En todo el mundo, las lesiones por accidentes de tráfico, las caídas y los ahogamientos son las principales tres causas de muerte por lesiones no intencionales (1). El paciente politraumatizado se define como aquel paciente que presenta múltiples lesiones traumáticas en distintas áreas anatómicas, como consecuencia de un traumatismo biomecánico, y que al menos una de ellas pone en riesgo la vida (2). Se ha observado que hacer una tomografía de cuerpo completo (TCC) al paciente con trauma severo aumenta la probabilidad de diagnosticar lesiones ocultas. La calidad en el proceso de la TCC ha sido probada en varios estudios que han confirmado su viabilidad, alta seguridad diagnóstica y reducción sustancial en el tiempo de exploración (3). En nuestro país existe la necesidad de establecer un plan de tratamiento enérgico, rápido y efectivo en los pacientes que sufren accidente de alta energía, éstos pacientes requieren un abordaje de carácter multidisciplinario y de extrema rapidez en el diagnóstico. Durante la evaluación inicial es preciso el diagnóstico del origen de las hemorragias y otras lesiones importantes, esencial para planificar y priorizar el tratamiento. Desafortunadamente en muchas ocasiones se pasa por alto lesiones significativas en pacientes con traumatismo mayor, particularmente en pacientes con un nivel reducido de conciencia (1). Se estima que entre 1 al 6% de los pacientes puede cambiar el enfoque del tratamiento al realizar la TCC así como identificar las lesiones clínicamente ocultas que, de otro modo no pueden ser evidentes. Una ventaja sustancial de la TCC en comparación con el abordaje estándar con radiografías, ecografía, tomografía estándar y exploración selectiva, es la visión general, rápida y completa de las lesiones traumáticas potencialmente mortales (4) lo que reduce el tiempo para obtener un diagnostico final en 33 minutos frente a 70 minutos con el abordaje estándar y el tiempo en establecer el plan de manejo 47 minutos frente a 83 minutos (5). Se ha observado que con la TCC se obtuvo diagnóstico definitivo de las lesiones en una cuarta parte del tiempo en comparación con las imágenes estándar. Cuando se presente a la sala de Urgencias un paciente politraumatizado se recomienda una TCC, ya que con ella podemos evitar diagnósticos erróneos de lesiones importantes para dar un tratamiento óptimo . (6). La TCC realizada durante la revisión primaria permite efectuar un balance global de lesiones de forma rápida y detallada, identificando aquellas de riesgo vital, con frecuencia lesiones no sospechadas (7). La sensibilidad para detectar sangrado activo es de alrededor del 95%, lo que permite adelantarse, en ciertos casos, a la inestabilidad hemodinámica que podría presentar el paciente, y mejorar su pronóstico, ya que la probabilidad de muerte se incrementa debido a la demora de la intervención (2). Un estudio realizado en un centro de de trauma en Francia, en 2011, analizaron 193 pacientes, se encontró que 48% de los pacientes mostraron lesiones inadvertidas, el 71% de lesiones eran musculo esqueléticas, 15% eran lesiones abdominales de estas 20% eran lesiones a órganos sólidos, 8% lesiones cerebrales, 3% lesiones torácicas y 2% lesiones vasculares, los pacientes con lesiones inadvertidas fueron más frecuentes en mujeres y en mayores de 50 años, la tasa de mortalidad a los 28 días fue el 6% (8). En el Hospital Universitario de Limerick, Irlanda en 2013, se realizó una búsqueda sistemática en las bases de datos Pubmed y Cochrane, los estudios elegidos compararon a los pacientes con trauma a los que se les realizó TCOE con pacientes que se sometieron a TCC, se observó que hubo una reducción significativa en el tiempo de permanencia en Urgencias cuando los pacientes se sometieron a TCC (IC del 95%), hubo una reducción no significativa en la tasa de mortalidad (9). En Alemania se realizó un estudio retrospectivo con 2304 pacientes, en el año 2002 al 2011, se aplicaron los criterios de inclusión ISS > 16 quedando 968 pacientes, para probar si el uso de la TCC reduce la mortalidad, y se observó que hubo un aumento significativo en la tasa de TCC de 56.96% a 71.7% y se concluyó que la mortalidad se redujo de 30.4% a 18.4%, además hubo diferencias estadísticamente significativas en el tiempo en sala de shock, tiempo de pase a cirugía (10). En 2017, en Londres, Swathikan y colaboradores realizaron un meta-análisis que incluyó a 11 estudios en el que incluyeron a 32,207, concluyeron que la TCC se asocia con mejores resultados en la evolución del paciente, que incluye tasa de mortalidad más baja a las 24 horas, tuvieron estancia más corta en UCI y en consecuencia en hospitalización, reducción en la morbilidad en la fase aguda (11). Actualmente, con mejoras técnicas y en la infraestructura, la tomografía ha evolucionado hasta convertirse en un método confiable e importante de imágenes de diagnóstico en trauma. Se pueden diagnosticar lesiones óseas y de órganos, y pueden identificarse sitios de hemorragia potencialmente mortales. Además del valor diagnóstico de la tomografía en pacientes que presentan lesión traumática en órganos individuales, se ha informado que la tomografía es una modalidad valiosa para las imágenes corporales totales en términos de un mejor manejo del paciente y precisión diagnóstica, por todo esto se decidio analizar los beneficios en el paciente politraumatizado involucrado en accidente de alta energia a traves de la tomografia de cuerpo completo atendico en el area de Urgencias del Hospital Gustavo A. Rovirosa Perez. MATERIAL Y MÉTODOS El presente es un estudio cuantitativo, descriptivo, transversal y retrospectivo de pacientes con politraumatizados involucrado en accidentes de alta energía, atendido en el área de Urgencias del Hospital Gustavo A. Rovirosa Pérez, en el periodo de enero de 2016 a diciembre de 2017. Se analizaron expedientes clínicos de los pacientes que ingresaron al servicio de Urgencias politraumatizados involucrados en accidente de alta energía en el periodo antes mencionado. De un total de 317 expedientes, 94 cumplieron con los criterios de inclusión y estudio de TCOE o TCC. Se aplicó el instrumento de recolección de datos en el que se registro edad, sexo, fecha de ingreso y de egreso, clasificación por escalas de gravedad AIS, ISS y Glasgow, así como a los que se les realizó radiografías, FAST, el tipo de tomografía realizada, tiempo de estancia en urgencias, tiempo entre llegada del paciente y pase a quirófano y tiempo de llegada y pase a UCI, los datos obtenidos se analizaron de acuerdo al programa PSPP. RESULTADOS De los 94 expedientes de pacientes que cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión, se observó que 70% fue de género masculino (66) y 30% de género femenino, se integraron por grupo de edad, el grupo de 16 a 20 años representó el 16% (15), el grupo de edad de 21 a 45 años el 38% (36), grupo 46 a 60 años, 34% (32) y los pacientes mayores de 60 años 12% (11). (Figura 1) En cuanto al lugar de procedencia de los pacientes tenemos que procedentes de Balancán fueron el 2.13% (2), de Cárdenas 11.70% (11), Centro 27.66% (26), Comalcalco 9.57% (9), Cunduacán 7.45% (7), de Emiliano Zapata 1.06% (1), Huimanguillo 5.33% (5), Jalpa de Méndez 2.13% (2), Macuspana 9.57% (9), Nacajuca 3.19% (3)m Paraíso 3.19% (3), Tacotalpa 2.13% (2), Teapa 4.26% (4), Tenosique 1.06% (1), además de pacientes foráneos del estado de Chiapas fueron 7.45% (7), y de Veracruz 1.06 (1). Se observó que al 79% (74) de los pacientes se les realizó TCOE y a al 21% (20) de los pacientes se les realizó TCC, al 94% (88) de los pacientes se les realizó Radiografías y a al 90% (85) de los pacientes se les realizó FAST en el área de Choque (Figura 2).

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