Revista nº 806

Azpitarte-Almagro Doctor Antonio Azpitarte Rubio Actualidad Médica · Número 806 · Enero/Abril 2019 Páginas 62 a 67 · 67 · dose para sí el de director, conforme a su rango de Catedrático. Mi padre aceptó con entusiasmo la colaboración, y el proyecto fue progresando, redactándose incluso unos estatutos funda- cionales. Pero hete aquí que, al ir difundiéndose la iniciativa, se alzaron fuertes resistencias universitarias con el mezquino argu- mento de que “cómo se podía consentir que fuese subdirector una persona que no tenía rango académico alguno”. Antonio, conocidas las circunstancias, fue a ver a don Julio y le reiteró su agradecimiento, pero le dijo que con la hostilidad de parte de la comunidad universitaria no podía sumarse al proyecto. Él era hombre de pocas palabras, acostumbrado a digerir los reveses de la vida en silencio, pero me consta que aquello – el rechazo de su alma mater – le dolió profundamente. MUERTE Y RECUERDO Pero la vida siguió y encontró nuevas satisfacciones; p. ej. con la llegada de los primeros nietos a los que como buen abuelo adoraba. Todo transcurría armoniosamente hasta que una mañana del mes de noviembre de 1966 llegó a casa desde el hospital, antes de lo previsto; abrió la puerta con su llave y por el pasillo, con paso vacilante, la cara descompuesta y una mano en el pecho, según mi madre, alcanzó su dormitorio y se postró de bruces en la cama, diciéndole a Pilar con un hilo de voz ─ avisa a Aguilera y a Serrano porque tengo un infarto ─. Así era, en efecto: un infarto de la cara inferior del corazón, segura- mente con afectación acompañante del ventrículo derecho. Esta patología, que hoy día se solucionaría con una buena angioplas- tia, cursó muy mal, con la instauración progresiva de un shock cardiogénico que terminó con su vida en la madrugada del 7 de noviembre de 1966, cuando contaba con solo 62 años. El suceso conmocionó a toda la ciudad, dando la noticia en primera página los periódicos locales. Estos días he vuelto a leer uno de los reportajes y me hace sonreír el argumento, algo naif, que utiliza el cronista para dar cuenta de la grandeza del cortejo funerario: “hubo que habilitar dos presidencias de autoridades porque en una sola, a lo ancho de la calle, no cabían todas las presentes” . Sus restos fueron enterrados en el panteón familiar de Melchor Almagro, prócer del siglo XIX y abuelo de mi madre. Es el primero a la derecha, nada más acceder al cementerio, fácilmente identificable por los signos masónicos funerarios – columna truncada, calaveras, trébedes – con los que Agustín Querol ornó el monumento encargado por el Ayuntamiento de Granada. Después se sucedieron artículos elogiosos en la prensa, la imposición de su nombre a una calle en Granada, lo mismo que en Jaén – su ciudad natal – homenajes múltiples, entre los que destacó el rendido por la SEC en una solemne jornada en San Juan de Dios y al que asistió su amigo Vega Díaz, presidente en aquel momento. El acto culminó con la instalación de una placa de mármol en el patio del hospital para conmemorar toda la labor que había ejercido entre sus paredes. Pero para mí, lo más importante de todo fue que, más allá de su familia, la sensación de orfandad se extendió a otras mu- chas personas: sus numerosos pacientes, sus amigos cercanos y sus fieles discípulos. Y ellos le pagaron con un recuerdo emo- cionado que ha perdurado durante muchos años. No quiero ter- minar sin mostrarles esta foto (figura9) que, según otro Antonio Azpitarte – mi hermano – es la mejor de las que se conservan en la colección familiar. Mi hermano, que murió aún no hace un año, se dedicó durante tiempo, antes de caer enfermo, a restau- rar y digitalizar las fotos familiares, a las que solía añadir un co- mentario. La mayoría de las veces festivo e irónico; otras reflexi- vo y con tintes poéticos. El que acompañaba esta foto es del se- gundo género y me parece particularmente acertado: “Los ojos del retrato tienen una insólita mezcla de ensoñación, convicción y firmeza. Es la mirada de un observador inteligente y profundo, acostumbrado a escrutar el alma de las personas, tratando de descubrir en ellas el íntimo origen de sus problemas y dolencias” Y con esto termino, no sin reiterarles, en nombre de toda la familia Azpitarte, nuestra gratitud sincera por su asistencia a este acto. Y a nuestra querida Sociedad Española de Cardiología, así como a su filial andaluza, tan bien representadas ambas aquí esta noche, nuestro eterno agradecimiento por haber propiciado este homenaje emocionado a la figura del Dr. Antonio Azpitarte Rubio. REFERENCIAS 1. Azpitarte Sánchez J. El ánima de Andrés de Vanda-Elvira al través de su testamento. Don Lope de Sosa: crónica mensual de la provincia de Jaén. 1919; VII:6-9. 2. http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/ publicaciones/numeros_por_mes.cmd?idPublicacion=10223 6&anyo=1919 3. Miral D. La crisis de la Universidad. Salamanca, 1908,pág. 41. Citado por Martínez Trujillo A: La Universidad de Granada 1900-1931. Tesis Doctoral, Universidad de Granada, pág. 482 1986. 4. http://www.cervantesvirtual.com/obra/la-universidad-de- granada-19001931--0/ 5. Cohen J. In memoriam: David Scherf, M.D., 1899-1977. J Electrocard. 1978; 11:101-102. 6. Azpitarte A. La visibilidad de la vena ácigos como signo radiológico de las lesiones tricuspídeas. RevEspCardiol. 1951;5:97-108. 7. Lenègre J. The pathology of complete atrio-ventricular block. Prog Cardiovasc Dis. 1964;6:317-323. 8. De Fuentes Sagaz M. Historia del nacimiento de la Sociedad Española de Cardiología y de las Sociedades Filiales. BCR PromocionsEditorials: Barcelona; 1994. 9. Antonio Azpitarte Rubio. http://dbe.rah.es/biografias/29763/ antonio-azpitarte-rubio 10. Azpitarte Rubio A. Taquicardias agudas (tercera ponencia). II Congreso Nacional de Cardiología, Barcelona 1947. Editorial Miguel Servet: Madrid; 1947. 11. Laín Entralgo P. Necrológicas: Francisco Vega Díaz, cardiólogo. https://elpais.com/diario/1995/08/26/ agenda/809388001_850215.html Figura9. AntonioAzpitarteen laque, para suhijodelmismonombre, es la mejor fotoque se conserva en el archivo familiar.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=