Revista nº 808
· 151 · EDITORIAL Actualidad Médica A C T U A L I D A D M É D I C A www.actualidadmedica.es ©2019.Actual.Med.Todoslosderechosreservados La ética del CRISPR The CRISPR ethic En la segunda cumbre internacional sobre la edición del genoma humano en Hong-Kong en Noviembre de 2018, el joven profesor de 34 años, He JianKui, anunciaba que había tratado los embriones de dos gemelas con la técnica de CRISPR/CAS9, el lla- mado vulgarmente ‘corta y pega’, con el fin de hacerlas inmunes al virus del SIDA que porta su padre. El mundo científico se ho- rrorizó ante esta revelación y rápidamente surgieron voces cla- mando por detener este tipo de pruebas e incluso propusieron medidas punitivas contra el investigador chino. ¿Por qué tanta alarma? El CRISPR se había trasformado en un juguete en ma- nos de todos los investigadores, desplazado a otros métodos de edición de genes, técnicamente más engorrosos y más caros. Los científicos han visto de inmediato las amplias posibilidades que esta técnica abre en diversos campos de la biología — tales como la medicina, la microbiología, o la agricultura — al permitir corre- gir mutaciones que son origen de enfermedades genéticas, hacer plantas resistentes a plagas o eliminar patógenos. Se podría decir que desde 1983, cuando Kary Mullis demostró el funcionamiento de la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR, de sus siglas en inglés, polymerase chain reaction) no se ha produci- do un acontecimiento científico de idéntica dimensión. La PCR y la CRISPR-cas9 son los dos descubrimientos más revolucionarios de la biología moderna, ambos son simplemente dos técnicas, pero para las personas de poyata, que son las que realmente ha- cen la investigación, unas técnicas tan poderosas como estás son las que permiten un salto gigantesco en la aplicación práctica de la ciencia. Pero estas técnicas tan poderosas, tienen una doble faz. La positiva, en el caso de la PCR, revolucionó la criminalísti- ca forense, permitió sacar de la cárcel a muchos inocentes que habían sido injustamente acusados, e inculpar a otros, que sin ella habrían quedado impunes, pero desde el inicio, el carácter identificador infalible con la que nació, el pseudónimo con el que se la conoce, la huella biológica , fue su peor enemigo. La CRISPR tiene una faz positiva, que ha sido resaltada por todos los investi- gadores: es precisa, barata, fácil de ejecutar y muy versátil. Su faz negativa es que, precisamente por estas cualidades, se ha puesto a disposición de muchos; son legión los investigadores que han acudido en tropel a esta técnica, con fines muy distintos. Este es el problema: ya no es posible controlar a los usuarios, ni discipli- narlos con los múltiples acuerdos internacionales que han pre- tendido, sin éxito, controlar las investigaciones sobre el genoma. Dichos tratados incluyen la Declaración Universal de la UNESCO sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos (1997), y el Convenio relativo a los Derechos Humanos y la Biomedicina (Con- venio Europeo de Bioética o Convenio de Oviedo, 1997) el cual, en su Artículo 13, establece que “no podrá realizarse intervención alguna sobre el genoma humano si no es con fines preventivos, diagnósticos o terapéuticos y a condición de que no tenga por objetivo modificar el genoma de la descendencia”. Heidi Ledford, en un artículo titulado CRISPR: el disruptor 1 , publicado en un número especial sobre CRISPR de la revista Na- ture, nos describe, a través de la historia personal de diversos in- vestigadores — como Bruce Conklin en el instituto Gladstone en San Francisco, James Haber en Harvard o Bill Skarnes en el Institute Sanger en Reino Unido — lo que ha supuesto esta técnica en su trabajo comparativamente a lo que estaban haciendo antes. Cuan- do los acontecimientos se desarrollan a tanta velocidad, lo primero que se resiente es la seguridad, el control de los propios experi- mentos y este temor está justificado. Si a día de hoy consultamos en la base de datos pubmed las entradas con la palabra CRISPR, encontramos 15797, y con CRISPR-Cas9, 9600. Ledford incluye en su artículo una gráfica sobre la evolución de los fondos destinados por el instituto nacional de la salud americano (NIH, de sus siglas en inglés National Institute of Health) a proyectos que emplean CRISPR, así como del número de patentes que ya ha producido. A partir de ahora, lo que cabe esperar, es que voces procedentes de múltiples organismos, comités de ética, legislaciones nacionales e internacionales, códigos de deontología, llamen al control del uso de esta técnica, pero los científicos, como el Dr. He JianKui y otros más, que sin duda surgirán, irán por otro camino. El 18 de Abril de 2015, un equipo de investigación dirigido por Junjiu Huang, un investigador de la Universidad Sun Yat-Sen en Guangzhou, publicó un artículo en el que describía cómo utili- zaron el entonces novedoso sistema de moléculas llamado CRIS- PR/Cas9 para modificar el ADN en embriones humanos y luego intentaron repararlo introduciendo nuevo ADN 2 . Para evitar los problemas éticos, los investigadores emplearon embriones no viables obtenidos de clínicas de fertilidad, en los cuales los óvulos habían sido fertilizados por dos espermatozoides. Más reciente- mente 2016, científicos del Francis Crick Institute en Londres han recibido permiso para editar genoma de embriones humanos, con fines de investigación. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad La clásica pregunta que desde hace mucho tiempo se formula desde la ética: ¿Todo lo que es científicamente posible se debe ha- cer? No tiene una respuesta unívoca. Por un lado los que piensan como Ramón la Cadena, que existe un imperativo tecnológico y lo que es posible técnicamente debe hacerse porque la técnica es éti- camente neutra. Por otro lado, se encuentran los que pensamos que la ciencia sí es neutra, pero el investigador, no. El investigador Actual. Med. 2019; 104 : (808): 151-153 DOI:10.15568/am.2019.808. ed01 Villanueva-Cañadas E. Catedrático Emérito de la Universidad de Granada. Académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental Enrique Villanueva Cañadas Catedrático Emérito de la Universidad de Granada Académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental
RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=