Revista nº 809

Campos-Muñoz Ibn al-Jatib, Granada 1348 · 63 · Actualidad Médica · Número 809 · Enero/Abril 2020 Páginas 62 a 65 Nace en Loja en 1313 y tras destacar en sus estudios ac- cede al cargo de Secretario de correspondencia de la Corte na- zarí de Yusuf I (Fig. 2). Durante la epidemia de la peste de 1348 permanece en Granada y estudia la enfermedad y en 1349 es nombrado Visir de Granada sucediendo a su maestro Ibn al-Ya- yyab, muerto en la epidemia. En la Madrasa Yusufiyya, abierta para la enseñanza ese mismo año, ejerce probablemente la docencia. Tras la muerte de Yusuf I, su sucesor en el trono, Mu- hammad V al-Gani, lo mantiene como visir del Reino. En 1360 al ocupar el poder Muhammad VI, Ibn al-Jatib marcha al exilio en el Norte de África y presta sus servicios a los monarcas Me- riníes de Marruecos. Destronado y muerto Muhammad VI en 1362 y tras el retorno al trono de Muhammad V, Ibn al-Jatib vuelve a Granada y es confirmado de nuevo como Visir. En 1370 Ibn al-Jatib, cansado de las intrigas de la Corte en la que tiene múltiples enemigos, y quizá enfermo, decide abandonar el Reino de Granada y parte de nuevo al exilio en Marruecos. Ibn Zamrak, antiguo discípulo de Ibn al-Jatib y nuevo visir de Granada le acusa en 1374 de traición y herejía y es condenado a muerte. Ibn al-Jatib muere asesinado ese mismo año en una cárcel de Fez antes de ser ejecutado (7, 8). En su azarosa vida fue poeta, historiador, teólogo, juris- ta, político, veterinario y médico, y autor de una obra ingen- te en sus distintos campos del saber. Con independencia de importante obra como historiador o como poeta -algunos de sus versos decoran las paredes de la Alhambra-, Ibn al-Jatib desarrolló una importante obra médica que merece destacar- se. Tres son, a este respecto, sus aportaciones más importan- tes. En primer lugar la elaboración de un texto de naturaleza enciclopédica, que recoge la mayor parte de las enfermeda- des conocidas en su época, las cuales describe, siguiendo el orden tradicional, desde la cabeza hasta el pie. Un resumen versificado de este texto destinado a los estudiantes, que ti- tula Poema sobre la medicina , constituye posiblemente uno de los primeros manuales docentes escritos en España con dicho fin. La segunda aportación significativa de Ibn al-Jatib es su tratado de higiene, denominado también Libro sobre el cuidado de la salud durante las estaciones del año, en él que desarrolla todo un conjunto de recomendaciones, destinadas a la higiene de actividades diarias como comer, beber, via- jar, reposar, moverse, divertirse, etc. y la incidencia que en dichas actividades tienen las variaciones estacionales y las características personales. Su tercera aportación, sin duda la más trascendente y que más adelante comentaremos, es la que se recoge en el denominado Libro de la Peste , que anteriormente mencionamos y en el que relata la epidemia de peste negra que asoló Granada en 1348. Ibn al Jatib fue también autor de un libro sobre el desarrollo fetal del que, lamentablemente, no se conserva ningún ejemplar (7, 9). Una aportación también médica, pero fruto de su acción política, fue sin duda la construcción del Maristán de Grana- da, el único hospital islámico construido al parecer en España (Fig.3). El hospital, con capacidad para doscientos enfermos, se inaugura en 1365 durante el reinado de Muhammad V, pe- riodo en el que Ibn al-Jatib es visir del Reino (10, 11). LA EPIDEMIA Y EL CONFINAMIENTO DE 1348 Las primeras descripciones de la peste bubónica o peste negra aparecen en la Biblia durante el robo del Arca Sagrada por los filisteos (Samuel, 5.6 y 6.6) y en la Grecia del siglo III antes de Cristo. Con posterioridad se han descrito, entre otras, la epidemia del año 531-la peste de Justiniano-, las epidemias de las cruzadas y la pandemia del siglo XIV, que parte de China y llega a Italia en 1347. Dicha pandemia conocida como la pes- te negra o la gran plaga asola el continente europeo durante ocho años causando aproximadamente 25 millones de muer- tos (12) (Fig.4). En Granada la peste aparece pocas semanas después de su presencia en Italia. Ibn al- Jatib observa la situación y la describe años más tarde en su ya citado libro sobre la Peste cuyo original se conserva en la Biblioteca del Escorial. Aparte de la descripción clínica y de los efectos de la enfermedad, la primera e importante aportación de Ibn al-Jatib es que la en- fermedad se contagia de persona a persona y que para evitar el contagio (al-adwa) es necesario aislarse y por tanto confi- narse evitando cualquier tipo de contacto con los enfermos. En sus propias palabras Ibn al-Jatib escribe: “ Es evidente que la mayoría de las personas que han tenido contacto con una víctima de la peste morirán, mientras que aquellas que no lo han tenido se mantendrán saludables. Una prenda de ves- tir puede llevar la infección a una casa, incluso un pendiente puede resultar fatal para el hombre que lo pone en su ore- ja. La enfermedad puede hacer su primera aparición en una sola casa de un pueblo determinado, y luego extenderse a partir de ahí a otras personas, vecinos, familiares, visitantes, etc.”“La plaga -escribe en otro lugar- aparece en una ciudad costera pocos días después del desembarco de un portador que llegue por mar de una ciudad donde la plaga haya arra- sado” . Y en su texto pone también ejemplos demostrativos Figura 2. Corte Nazarí Figura 3. El Maristán. Reconstrucción Fernando Aznar Figura 4. La epidemia de peste en Europa. Miniatura de La Franeschina.

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