Revista nº 809

· 66 · Actualidad Médica A C T U A L I D A D M É D I C A www.actualidadmedica.es ©2020.Actual.Med.Todoslosderechosreservados AULA DIETAMEDITERRÁNEA Enviado: 28-03-2020 Revisado: 15-04-2020 Aceptado: 23-04-2020 DOI:10.15568/am.2020.809. adm01 Actual. Med. 2020; 105: (809): 66-68 ¿Podría el estilo de vida mediterráneo prevenir las complicaciones derivadas de la infección por Covid-19? Maraver-Romero, R. Dietista-Nutricionista (Nº Colegiado: AND -00616) y Educadora en Diabetes. Rocío Maraver Romero Centro Holos C/Cristo Rey n°7, A. Jaén, España E-mail: nutricion@rociomaraver.com Could the Mediterranean lifestyle prevent complications from Covid-19 infection? Es bien conocido que la forma en la que nos alimen- tamos y el estilo de vida que llevamos tiene una influencia directa en nuestro estado de salud, siendo estos factores capaces de alterar diferentes marcadores de enfermedades metabólicas y riesgo cardiovascular como el peso corporal, la presión arterial, la sensibilidad a la insulina, las concentra- ciones de lipoproteínas en sangre, la inflamación o el estrés metabólico (1). En este contexto, se ha estudiado mucho el papel pro- tector que podrían tener ciertos patrones dietéticos en la prevención de enfermedades no transmisibles o enfermeda- des crónicas. Según la OMS los cuatro tipos principales de en- fermedades no transmisibles son: las enfermedades cardio- vasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes (2). Las enfermedades no transmisibles, representan con di- ferencia la causa de defunción más importante en el mundo, pues según los datos de la OMS, acaparan un 63% del número total de muertes anuales, es decir cada año matan a más de 36 millones de personas. Además, cerca del 80% de las muer- tes por enfermedades no transmisibles se concentran en los países de ingresos medios y bajos (2). Ante esta situación, cobra importancia en los últimos años la investigación sobre patrones dietéticos saludables, así como el efecto que podrían tener las políticas de salud pública en la prevención de estas enfermedades. Es el caso de la evidencia científica que respalda a la dieta mediterránea estableciéndola como un estilo de vida protector frente al de- sarrollo de estas patologías. La dieta mediterránea se puede describir como un esti- lo de vida en el que predomina una dieta caracterizada por el alto consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos y semillas. En esta dieta los alimentos deben estar mínimamente procesados, siendo preferentemente de temporada y de cercanía. En la dieta mediterránea se utilizan las frutas frescas como pos- tre en las comidas, siendo también un buen recurso para to- mar entre horas. Además, se utiliza el aceite de oliva como la principal grasa de la dieta. En cuanto al aporte proteico de la dieta destaca, a parte de las legumbres, el consumo de pesca- do, huevos (4 aprox a la semana), lácteos como el yogur o el queso, siendo el consumo de carne roja el que debe de tener menor frecuencia (1,3). En este patrón dietético también la bebida de referencia siempre debe ser el agua y las infusiones, aunque el consu- mo de vino puede estar presente siempre que se consuma con moderación. Por último, los azúcares, dulces y pasteles quedan relegados sólo para tomarlos de forma ocasional (3). Sin embargo, la dieta mediterránea podría considerarse algo más que unas simples recomendaciones alimentarias. Por la situación geográfica, el estilo mediterráneo se caracte- riza por una alta exposición solar al aire libre, por práctica de ejercicio físico a diario (dándole a éste la misma importancia que a una adecuada alimentación), por alta sociabilización, etc. Como expone la Fundación Para la Dieta Mediterránea “Es un estilo de vida equilibrado que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y ac- tividades humanas diversas”. (3) Varias asociaciones médicas de gran relevancia como The American Diabetes Association y The American Heart As- sociation han recomendado el seguimiento de la dieta medi- terránea para mejorar los factores de riesgo cardiovascular y el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2 (1). Los mecanismos por los que la dieta mediterránea pro- duce la mejora de estos factores de riesgo cardiovasculares son sus efectos antinflamatorios y antioxidantes debido a su alto consumo de alimentos de alta densidad nutricional. El alto consumo de compuestos antioxidantes y antiinflamato- rios que tiene esta dieta atenúa la respuesta del sistema in- mune a través de la reducción en la producción de citoquinas proiinflamatorias al mismo tiempo que aumenta la produc- ción de citoquinas antiinflamatorias (1). Estos efectos pueden promover un medio antiinflamato- rio capaz de mejorar la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos, la función endotelial a nivel vascular, ejerciendo

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