Revista nº 811
Redruello Guerrero P. | Reales Colegios de Cirugía en el siglo XVIII Actual Med. 2020; 105(811): 202- 208 203 Ante esta falta de cirujanos formados y experimenta- dos, la Armada Española tuvo que optar por buscar más allá de las fronteras nacionales a personal cua- lificado para el desempeño de sus labores al cuidado de la misma. Esta necesidad fue el aliciente para fo- mentar el desarrollo de los colegios de cirujanos en España impulsados principalmente por la figura de Don Pedro Virgili y Jean La Combe (3). Este trabajo persigue conocer la vida de los cole- gios de cirugía de Madrid y de Barcelona en el siglo XVIII. Así como los diferentes aspectos dentro de los mismos tales como su desarrollo, la enseñanza y los materiales utilizados para ello, entre otros. Asi- mismo, se resaltaran las figuras más relevantes de la cirugía española en estos colegios durante este siglo. Para su elaboración se han utilizado fuentes de ar- chivo histórico como Reales Cedulas, discursos inau- gurales, ensayos históricos así como artículos, entre otros, utilizando bases de datos en internet. El primer Colegio de Cirugía en España fue el de la ciudad de Cádiz en 1748. Este se localizaba en un lugar geográfico estratégico dando paso del océano Atlántico al mar Mediterráneo. En el año 1760, se fundó el Real Colegio de Cirugía de Barcelona debi- do a la concentración de tropas que se hallaban en esta ciudad. El motivo de este asentamiento militar era fruto de las numerosas expediciones que par- tían por el mar Mediterráneo y de la proximidad de la frontera con Francia. Es por ello que la necesidad de cirujanos para la Armada en Barcelona era de- mandada (4). Concretamente, a través de una Orden Real se ins- tituyó este Real Colegio de Cirugía el día 19 de sep- tiembre de 1760. Sin embargo no fue inaugurado hasta dos años más tardes por Don Pedro Virgili, impulsor de la fundación del Real Colegio de Cirugía de Cádiz, quien sería director de esta nueva escuela (5). No obstante, estos inicios no fueron fáciles ya que a esta nueva institución se opusieron institucio- nes importantes como Tribunal del Protomedicato así como la Universidad de Cervera (5). La enseñanza comprendía tanto docencia teórica como prácticas clínicas. La primera de ellas engloba- ba ciencias tales como anatomía en sus distintas va- riedades tanto patológica como quirúrgica, descrip- tiva, fisiológica o práctica; la química en su vertiente pneumática así como la denominada de contagio ; y la física experimental (5). Para ello se llevaban a cabo disecciones en las instalaciones del colegio como se aprecia en la figura 1 (Fig. 1). “ Freqüentad en los Hofpitales, […] Aquí veréis execu- tar fobre los vivos lo que vofotros mifmos habréis exe- cutado fobre los cadáveres; y fi advertís con cuidado, y atención, os parecerá eftar executando lo que vueftros Maeftros .” En el fragmento de texto anterior, parte de la “ Ora- cion inaugural que para la abertura de los estudios ce- lebrada en el Real Colegio de Cirugia de Barcelona… ”, Gimbernat resalta que era en el estudio de la anatomía donde estas escuelas tenían su eje principal. El estu- dio a través de cadáveres se volvió a retomar en esta época gracias a la institución de estos colegios (6). La práctica clínica se desarrollaba en el Hospital General de Santa Creu de Barcelona, donde acudía una gran cantidad de población tanto militar como civil (4). Además, se llevaban también a cabo disertaciones médicas en las llamadas juntas literarias. En ellas se recogían experiencias profesionales de sus miembros y en las que participaban también los alumnos. Fue- ron un gran impulso para el avance del conocimien- to medico al igual que para la adquisición teórica de nuevas habilidades prácticas (7). Dos décadas después de la fundación del Real Cole- gio de Cirugía de Barcelona, se propuso crear el Real Colegio de San Carlos en Madrid por “ Real Cedula de S.M. y señores del Consejo por la qual se manda esta- blecer en Madrid un Colegio, y Escuela de Cirugía ” (8). Por orden real, Mariano Rivas, catedrático del Real Colegio de Cirugía de Cádiz junto con el profesor del COLEGIO DE CIRUGÍA DE BARCELONA EN EL SIGLO XVIII Figura 1. Sala de disección del Real Colegio de Cirugía de Barcelona. COLEGIO DE CIRUGIA DE SAN CARLOS DE MADRID EN EL S. XVIII
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