Revista nº 812

125 Actual Med. 2021; 106(812): 121- 133 Rivera Izquierdo M, et al. | Factores asociados a la mortalidad en residencias por Covid-19 nalmente, se registraron menores porcentajes de uso de tratamientos específicos en PRM (no así de anti- bióticos y IECA/ARA-II), menor porcentaje de in- gresos en UCI y mayor frecuencia de éxitus durante el ingreso (un 40% de las PRM ingresadas fallecie- ron, frente al 14,1% de las personas que viven en su domicilio). Frecuencia de secuelas durante los 6 meses de seguimiento Del total de la muestra (n=441), sobrevivieron 361 pacientes, lo que representa una mortalidad intra- hospitalaria del 18% en nuestra cohorte. A los super- vivientes se les siguió durante 6 meses para recoger posibles secuelas (39 pacientes dados de alta a resi- dencias de mayores y 322 dados de alta a domicilio). La frecuencia de dichas secuelas en cada grupo queda resumida en la tabla 2. Como puede observarse en la tabla, la frecuencia de secuelas fue, en términos generales, superior en el grupo de pacientes que viven en su domicilio respec- to a las PRM. Sin embargo, la presencia de desorien- tación o confusión, secuelas hematológicas, nefroló- gicas, de salud mental, arritmias, sobreinfecciones e infección del tracto urinario (ITU) fueron superiores en el subgrupo de PRM (p<0,05). Asimismo, las PRM acudieron más a urgencias tras el alta (30,8% respec- to 19,6% de las personas que viven en su domicilio), reingresaron con más frecuencia (58,3% respecto al 19% de las personas dadas que alta que viven en su domicilio). Finalmente, la mortalidad tras el alta también fue superior en el subgrupo de PRM (12,5% respecto a 0,4%). Factores asociados a la mortalidad por CO- VID-19 Se estimaron las asociaciones del tipo de residencia (residencia de ancianos respecto a vivir en domi- cilio) con la mortalidad por COVID-19, así como del resto de variables potencialmente asociadas a la mortalidad. En los modelos crudos (no ajustados por otras va- riables), podemos observar que la mayoría de las variables analizadas mostraron resultados significa- tivos. Sin embargo, tras ajustar por edad, la fuerza de asociación de la mayoría de las variables analiza- das disminuyó. Finalmente, al ajustar por todas las variables del modelo, aquellas que mostraron una asociación independiente con la mortalidad fueron la edad (un 6% más de riesgo de fallecer por cada año de edad sumado), el sexo (los varones mostraron 2,43 veces más riesgo de fallecer que las mujeres), las escalas pronósticas (tanto CURB-65 como la de- cisión del clínico de que el paciente era o no candi- dato a medidas de reanimación cardiopulmonar, y el ingreso en UCI. En el presente estudio describimos las principales características de una cohorte de 441 pacientes in- gresados durante las primeras semanas de la pan- demia de COVID-19 en nuestro medio. Analizamos las diferencias entre el subgrupo de pacientes que provenía de una residencia para personas mayores (PRM) y aquellos que residían en su domicilio, y es- timamos la frecuencia de las secuelas presentes en ambos grupos durante 6 meses de seguimiento. Finalmente, analizamos el efecto del tipo de domici- lio en la mortalidad de los pacientes hospitalizados tras ajustar por los potenciales variables de confu- sión recogidas en nuestra base de datos. Distribución de las características de la mues- tra total La edad media de nuestro estudio (66,4 años) y la distribución por sexos (55,1% de varones) son si- milares a las de previos estudios sobre pacientes hospitalizados por COVID-19 (12), aunque difieren de los datos de otros estudios realizados durante la “primera ola” de la pandemia (18,19). En particular, la edad media superior en nuestro estudio podría estar justificada por una esperanza de vida eleva- da en nuestro país, así como por una población de referencia envejecida en nuestro medio, con acce- so a numerosos centros residenciales para personas mayores en el área sanitaria donde se realizó este estudio. La mortalidad total de nuestra muestra (18,1%) es similar a la reportada por otros estudios de morta- lidad realizados durante los primeros meses de la pandemia, por ejemplo, la cohorte publicada con datos de la ciudad de Nueva York (20), e inferior a otros estudios realizados sobre los primeros pacien- tes con desenlaces (Wuhan), posiblemente debido a que nuestro estudio se realizó sobre una cohorte de ingresos que fueron seguidos en el tiempo e incluye- ron casos menos graves (21). Asimismo, la proporción de pacientes hospitaliza- dos que requirió ingreso en UCI (10,4%) fue lige- ramente inferior a la reportada en grandes cohortes de otros países afectados como los Estados Unidos de América (14,2%) (20), probablemente debido a diferentes comorbilidades de base, así como a dife- rencias en la atención sanitaria. DISCUSIÓN

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