Revista nº 813

Anticuerpos en la artritis reumatoide | Clavero López R, et al. Actual Med. 2021; 106(813): 157- 164 158 La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad sis- témica crónica, de naturaleza autoinmune, que se ca- racteriza por la inflamación y destrucción irreversible del cartílago articular y hueso subyacente. La enfer- medad sigue un curso progresivo, que si no es tratada adecuadamente puede originar una importante disca- pacidad (1). Su característica principal es la presencia de inflamación sinovial persistente junto con daño articular (2). La AR afecta principalmente a articulaciones de pe- queño y mediano tamaño. Las articulaciones metacar- pofalángicas y las interfalángicas proximales son las más comúnmente afectadas (3). En fases muy avanza- das de la enfermedad es cuando se pueden observar deformidades como consecuencia del daño y la des- trucción articular. Las manifestaciones extraarticula- res se suelen presentar en pacientes con AR de larga evolución y formas más severas. Actualmente, los criterios de la EULAR (Liga Europea Contra Enfermedades Reumatológicas) /ACR (Cole- gio Americano de Reumatología) propuestos en el año 2010 son los utilizados para establecer el diagnóstico de la AR (3) ⁠ . Los criterios actuales difieren de los propuestos con anterioridad en plantear un diagnós- tico más precoz de la enfermedad reduciendo así la destrucción articular y el daño generado, mediante la posibilidad de un inicio temprano del tratamiento. En la actualidad se dispone de un arsenal de tratamientos que permiten un adecuado control de la enfermedad (4,5). La AR es una enfermedad de etiología autoinmune, en la que los dos anticuerpos más relevantes para el diagnóstico y manejo de la patología son el factor reumatoide (FR) y los anticuerpos anti-péptidos ci- trulinados cíclicos (APCC). En la guía diagnóstica de la EULAR/ACR 2010 la presencia de estos autoan- ticuerpos se estableció como criterio diagnóstico de la AR. El FR fue el primer anticuerpo descrito para la AR siendo un autoanticuerpo que se dirige con- tra la fracción constante de la IgG (6). La presencia de FR a pesar de su baja especificidad se incluyó ya en los criterios diagnósticos del año 1987 (7). Los APCC se dirigen contra proteínas citrulinadas, en las que se ha producido conversión del aminoácido arginina en citrulina mediante un proceso enzimá- tico de citrulinación. Esta modificación postrans- lacional puede ser reconocida como extraña por el sistema inmunológico. Los APCC presentan frente al FR una elevada especificidad en la AR (8,9). Estos anticuerpos resultan muy útiles en estadios iniciales de la enfermedad en los cuales todavía no se cum- plen criterios de AR, pero los APCC están presentes. A este síndrome se le denomina Artritis Indiferen- ciada. Dentro de estos pacientes, la gran mayoría (90%) desarrollará AR en los siguientes 3 años por lo que son muy buenos predictores de enfermedad (4). Los anticuerpos han demostrado preceder a la enfermedad y pueden ser detectados incluso 10 años antes de las manifestaciones clínicas (8). Junto con la detección precoz, estos anticuerpos también se han relacionado con el curso de la enfermedad y se ha demostrado que su concentración determina el gra- do de destrucción ósea (10). Dentro de la AR se ha establecido una subdivisión en función de la presencia (AR seropositiva) o ausen- cia (AR seronegativa) de los autoanticuerpos (FR y/o APCC), ya que se consideran diferentes en cuanto a la progresión de la enfermedad, destrucción arti- cular e incluso al tratamiento (11). Los sujetos se- ropositivos y, sobre todo, los que presentan APCC, tienen una progresión de erosiones y destrucción ósea más marcada que los seronegativos (10). Se sabe que los pacientes seropositivos presentan una mejor respuesta al metotrexato (MTX), mientras que los seronegativos no presentan tan buena respuesta al mismo tratamiento (12). El objetivo principal del presente trabajo es valorar el papel de los anticuerpos APCC y FR en el diagnóstico de la AR y su relación con los tratamientos farmacológicos. Pacientes Se trata de un estudio observacional, descriptivo y transversal. Se recogieron los datos de forma retros- pectiva en el periodo comprendido entre febrero - abril de 2020. Se incluyen en el estudio a todos los pacientes con sospecha clínica de AR a los que se les solicitaron los anticuerpos característicos de la AR. Se excluyeron los pacientes a los que por cualquier causa no se pudieron recoger todas las variables diseñadas en el estudio. Finalmente se estudiaron 213 pacientes a los que se les solicitó un perfil de anticuerpos por sospecha clínica inicial de AR con resultados obtenidos tanto para FR como APCC en el laboratorio del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Las variables se recogieron a partir de las historias clínicas y de los hallazgos bioquímicos/ inmunológicos de los sujetos a estudio. Se recogie- ron las siguientes variables: sexo, edad del paciente, resultados de FR y de APCC, diagnóstico final, y en los pacientes con un diagnóstico de AR el tipo de la enfermedad (AR seropositiva o seronegativa), así como el tratamiento de base instaurado clasi- ficados de la siguiente forma: Metotrexate (MTX), biológicos anti TNFα (adalimumab, certolizumab, golimumab, etanercept), y el resto de tratamientos modificadores de la enfermedad recogidos en el grupo otros (hidroxicloroquina, leflunomida...), además de todas sus combinaciones. Todos los pacientes incluidos en el estudio dieron su consentimiento a participar después de haber sido informados de forma concienzuda acerca del estudio. INTRODUCCIÓN MATERIAL Y MÉTODOS

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=