Revista nº 813

Arranz Solana C, et al. | Edema pulmonar postobstructivo tras apendicectomía Actual Med. 2021; 106(813): 202- 204 203 cardíacos rítmicos entorno a 125 lpm y murmullo vesicular conservado sin presentar ruidos patológicos sobreañadidos. El electrocardiograma muestra un ritmo sinusal a 120 lpm, QRS estrecho, sin alteraciones de la repolarización, sin signos de bloqueo de rama derecho ni patrón S1Q3T3. Se solicita analítica urgente con gasometría arterial con una FiO 2 del 50% con pH:7,39; pO 2 : 55 mmHg y pCO 2 36 mmHg. Ante la insuficiencia respiratoria aguda con hipoxemia grave y sospechando como una de las primeras posibilidades en un TEPA (tromboembolismo pulmonar agudo) se realiza angio-TAC (tomografía axial computerizada) urgente. En dicho TAC se descarta TEPA, concluyendo como primera posibilidad dada la evolución súbita y el antecedente de intubación, como edema pulmonar postobstructivo. Con estos hallazgos radiológicos y la situación clínica del paciente se comenta el caso al intensivista de guardia, que decide ingreso del paciente en su unidad. La evolución en unidad de críticos es rápidamente favorable, sin precisar ventilación mecánica no invasiva y reduciéndose progresivamente el aporte de oxígeno. En UCI también es valorado por cirugía tras la apendicectomía, siendo dado de alta por su parte. El paciente es trasladado a planta de medicina interna al cuarto día para completar estudio con analítica completa con autoinmunidad y ecocardiografía (sin hallazgos patológicos en ambas pruebas). En el quinto día tras la cirugía, ante mejoría clínica y radiológica, con saturaciones basales de 99% es dado de alta hospitalaria. La incidencia de POPE es de 1 por cada 1.000 pacientes (0.01-0.05%) sometidos a procedimientos anestésicos (3). Es más frecuente en atletas masculinos, especialmente los jóvenes sanos (1) capaces de generar una profunda presión intratorácica negativa, sin embargo puede afectar a cualquier paciente que haya sido intubado, independientemente de la salud y edad. Aunque hay hechos todavía no bien explicados en la génesis de esta entidad (4), el POPE es un edema pulmonar de causa hemodinámica por rotura del equilibrio de presiones que mantiene el volumen plasmático en el compartimento intravascular pulmonar. En nuestro caso, durante la fase de educción anestésica, se produce una reversión del bloqueo neuromuscular mediante sugammadex, provocando una superficialización anestésica y una recuperación brusca del tono, con la consecuente desadaptación clínica frente a la presión intermitente ejercida por el respirador, sumado a la mordedura del tubo orotraqueal. En consecuencia, se produce una probable suma de presiones con el correspondiente edema por presión negativa. El cuadro clínico se caracteriza por: disnea, taquipnea, taquicardia, hipoxemia, secreción bronquial espumosa rosácea y tos. Es un evento potencialmente peligroso para la vida por lo que requiere un diagnóstico no solo adecuado sino precoz, así como un tratamiento temprano . El tratamiento se basa en el restablecimiento temprano de la permeabilidad de la vía aérea y requiere en algunas ocasiones solamente oxigenoterapia o ventilación mecánica no invasiva, en otras, intubación endotraqueal y en los casos graves y de forma excepcional, traqueostomía urgente y conexión a ventilación mecánica, así como Figura 1. AngioTAC torácico. Se observan múltiples opacidades de densidad “en vidrio deslustrado” junto con engrosamiento de septos superpuestos (patrón en empedrado o “crazy paving”) de distribución difusa bilateral, con cierto predominio central o perihiliar. Figura 2. Radiografía tórax portátil en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a su llegada. Se observa infiltrado alveolo- intersticial perihiliar bilateral. DISCUSIÓN

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