Revista nº 813

DE LAS PANDEMIAS. UNA REFLEXIÓN PERSONAL ABOUT PANDEMICS. A PERSONAL INSIGHT Zuluaga Gómez, Armando Presidente Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental Recibido: 15/05/2021 | Revisado: 21/05/2021 | Aceptado: 23/05/2021 DOI: 10.15568/am.2021.813. ed01 Actual Med. 2021; 106(813): Editorial 149-150 Armando Zuluaga Gómez Correspondencia La humanidad desde la antigüedad ha convivido con bacterias, virus y otros muchos patógenos (hongos, parásitos), origen de enfermedades infecto contagiosas, epidemias o pandemias que como no podía ser de otra forma eran concebidas y tratadas conforme al período y evolución de nuestra civilización. Así, entre la grandes pandemias de nuestra historia, destaquemos la peste o plaga de Justiniano durante el imperio Bizantino del siglo VI, que se cobró la vida del 40% de la población de Constantinopla. La peste negra del siglo XVI (1348), que en la península ibérica habría perdido entre el 60-40% de sus habitantes. La viruela (virus variola) del siglo XVIII, con una tasa de mortalidad de hasta el 30% y que afortunadamente la OMS dio por erradicada del planeta en 1.980. La mal llamada gripe española de 1.918, la más devastadora de las pandemias de la humanidad, en donde se calcula que se perdieron entre 50 a 100 millones de vidas humanas. La gripe asiática de procedencia aviar (H2N2) aparecida en 1.957, o la gripe de Hong Kong, una mutación del virus de la gripe A (H3N2), registrada en 1.968. Todas ellas en su época, como la que seguimos padeciendo, la COVID-19 (SARS COV-2), han sido motivo de grandes crisis sanitarias, sociales, económicas, humanitarias y psicológicas, por el desgaste emocional que supone la pérdida de seres queridos. Y es que las enfermedades infectocontagiosas nunca se han ido, estuvieron, están y volverán. En la antigüedad, en la civilización medieval , en el renacimiento, y muy avanzada la edad moderna, las comunicaciones eran fundamentalmente por vía terrestre y / o marítima, lo que limitaba de alguna forma la propagación de las enfermedades, que circunscribía a territorios geográficos más o menos extensos, pero que no llegaban a todo el globo terráqueo (epidemias). En cambio en nuestra era contemporánea la globalización, con el auge de la industrialización y la facilidad de comunicación por tierra, mar y aire, ha favorecido, que cualquier enfermedad infectocontagiosa se propague por todo el universo (pandemia), a la velocidad del viento (pandemia) A ello además han contribuido, entre otros, el cambio climático, la transformación de los ecosistemas, la deforestación, el cambio en la agricultura, e incluso el cambio en el hábitat natural de la especie animal ( Zoonosis). Científicos e investigadores piensan que volverán nuevas pandemias de consecuencias impredecibles, bien por mutación de virus ya existentes o debidas a patógenos aún desconocidos. Afortunadamente en nuestra era, la medicina no ha dejado de desarrollarse, habiendo sido capaz de desentrañar los secretos del cuerpo humano con el conocimiento del genoma, la biología molecular, la terapia génica y la inteligencia artificial, aprestándose en un futuro a designios impredecibles en la práctica médica. Los científicos e investigadores están cumpliendo con su cometido. En la pandemia que seguimos viviendo, las vacunas abren una expectativa esperanzadora y los tratamientos hasta ahora empleados (Remdesivir, Dexametasona, anticoagulantes), más los que se investigan están logrando sus resultados. Toca pues a los gobiernos de todos los países, que aprendan de estas crisis y catástrofes a proteger a sus habitantes, invirtiendo importantes cantidades presupuestarias, aconsejados por expertos en materia

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