Revista nº 814

Alfonso X “El Sabio” | Lupión Cruz, E 304 Actual Med. 2021; 106(814): 303- 311 En este artículo, como una modesta aportación al mencionado hito histórico, vamos a tratar los aspectos psicosomáticos 5 de la patobiografía 6 de Alfonso X “El Sabio” . Ya que si se revisan las Crónicas de ese tiempo (como las compuestas a iniciativa del monarca) e incluso pasajes claramente autobiográficos de alguna de sus obras (como pueden ser “Las Cantigas de Santa María” ), se podrán constatar los diversos hechos que le ocurrieron y las vivencias que sin duda experimentaría, junto a las variadas patologías, algunas muy severas, que le afectaron. Circunstancias que pudieron tener relevancia en su comportamiento y muy posiblemente en la toma de decisiones, que en muchas ocasiones se apartaron del carácter humanista y ciertamente tolerante que, según se desprende de la historia, el monarca por lo general mostraba. Alfonso X, según se refleja en las miniaturas de las textos de ese tiempo (entre ellos en las Cantigas o en el Libro de los Juegos ), aparece físicamente como un personaje bien parecido, de senos frontales abombados y nariz tendente a aguileña y alargada, de tez pálida, 7 en ocasiones barbado, de cabellos ondulados de color castaño tendente a claro y largos hasta el casi el final del cuello, de complexión proporcionada, y de una estatura aproximada de un metro setenta y cinco centímetros , 8 q ue se puede considerar aventajada para su época. Sufrió a lo largo de su vida numerosas enfermedades, algunas severas, y de ellas varias se hicieron crónicas, causándole un gran sufrimiento, ya que en ese tiempo no se conocían calmantes verdaderamente eficaces. Es más, dichos padecimientos aparecerán unidos a sus fuertes desequilibrios y trastornos emocionales, como se irá comprobando a través de su patobiografía. Ya en su infancia determinadas vivencias pudieron influir en la formación del carácter y personalidad de Alfonso X. Al hecho de ser el primogénito de diez hermanos, jurado heredero el 21 de marzo de 1222, en la ciudad de Burgos, se sumó la influencia de su madre, que le hizo sentir una gran afición por la cultura y el arte. También parece que pudo tener alguna participación en su educación su abuela la reina Berenguela la Grande (c. 1180-1246). El contacto materno no fue muy prolongado, porque, como era costumbre, para su crianza pronto fue separado de su entorno y le fueron designados cuidadores . 9 Recibiría una esmerada educación en muy diversas materias, y en la Corte de Toledo se rodeó de intelectuales , 10 comenzando a relacionarse con los herederos de las principales familias nobles de los reinos de Castilla y de León. Un hecho importante y triste, cuando tenía catorce años, fue la muerte de su madre , en 1235, 11 y relevante también sería, en 1237, el nuevo matrimonio de su padre , Fernando III, con Juana de Ponthieu (o de Danmartín), con la que las relaciones de Alfonso no fueron buenas, aunque parece que él la trató siempre con deferencia . 12 Otro hecho relevante fue su amor de juventud , doña Mayor Guillén de Guzmán (1205-1262), por la que sintió un gran afecto, y con la que tendría a su hija Beatriz (c. 1243-1303), que se mantuvo con él en sus últimos años, y a la que Alfonso profesó gran cariño, le puso el nombre de su propia madre, y pactó su boda con el rey de Portugal, Alfonso III. Cumplida la mayoría de edad a los diecinueve años, en que su padre le puso casa propia, sostenida por rentas leonesas y andaluzas, Alfonso comenzó a participar en diversas acciones bélicas , 13 e n las que mostro su valor, pero que, por ser en muchas ocasiones cruentas y despiadadas, sin duda alguna incidirían en su carácter. Un evento, también importante, ocurrió dos años antes de la toma de la ciudad de Sevilla: la celebración de sus esponsales con Violante de Aragón, hija de Jaime I “El Conquistador”, con la que contraería matrimonio, el 29 de enero de 1249, en la ciudad de Valladolid, y con la que tuvo once hijos . El hecho de su matrimonio no impidió que Alfonso siguiese manteniendo relaciones con su amor de juventud, Mayor Guillén de Guzmán, e incluso con otras damas con las que al parecer tuvo también hijos. Al fallecer Fernando III el Santo, Alfonso fue proclamado, el 1º de junio de 1252, rey de Castilla y de León, como Alfonso X , en la Iglesia Mayor de Sevilla, la misma en la que había sido enterrado su padre, continuando la línea de conquistas de su antecesor, junto a una tendencia repobladora, y afrontando rebeliones en los territorios recién incorporados a Castilla, ya en 1253, o la revuelta mudéjar de 1264, entre otros hechos. También inició una positiva reforma económica, que a la larga le acarrearía en 1272 una rebelión nobiliaria , 14 y Figura 1. Alfonso X 'el Sabio' en las Cantigas de Santa María. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

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