Suplemento II · Revista nº 814

El médico de familia frente a la pandemia por COVID-19 | Pérez Milena A Actual Med. 2021; 106(814). Supl2: 109- 117 114 S U P L E M E N T O C O V I D - 1 9 La pandemia por COVID-19 ha provocado un colapso del sistema sanitario, obligando a redistribuir los recursos disponibles. En el hospital se han tenido que retrasar primeras consultas y revisiones, aplazar cirugías programadas y dedicar plantas enteras a la atención a los pacientes con COVID-19. En Atención Primaria se ha incrementado la demora en la atención, pese al aumento de citas diarias. Las consecuencias de estos cambios, aún por determinar, podrían ir desde el agravamiento de patologías por la falta de atención hasta un incremento de la mortalidad. Los médicos de familia se enfrentan a una mayor sobrecarga laboral debido a la merma paulatina de presupuestos desde hace décadas para la Atención Primaria 31 , con exigencias laborales no previstas y con una plantilla escasa. Frente a este problema crónico agravado por la pandemia, han surgido las protestas de la población por la demora en la atención, siendo especialmente llamativa la queja sobre la sensación de que los centros de salud estaban “cerrados”. Medios de prensa y redes sociales han hecho especial hincapié en este titular 32 , no existiendo una respuesta clara y firme por parte de los gestores de la administración sanitaria en sentido contrario. La población se ha sentido excluida al perder el punto de encuentro social que suponía el centro de salud, sin conocer ni entender el nuevo modelo de gestión de las citas, mostrando en ocasiones una elevada intolerancia a las incertidumbres existentes durante este periodo extraordinario de pandemia. A ello se suman el desconocimiento sobre los números telefónicos específicos para la asistencia al COVID-19 y las dificultades para obtener una cita por el colapso que ha sufrido Salud Responde en diferentes periodos de la pandemia, que además no ha podido ejercer una función de triaje para priorizar la atención sanitaria 14 . Este fracaso en el sistema de citas ha afectado negativamente la imagen de los centros de salud y de los médicos de familia. Los centros de salud han estado abiertos durante la pandemia y los médicos de familia han trabajado todos los días, incluso doblando turnos por la tarde y en festivos para mejorar la accesibilidad. Además de la atención a los casos COVID-19, las agendas para otro tipo de consultas han estado abiertas, la mayoría para motivos clínicos más que para trámites administrativos (inferiores al 20% de las citas), con un alto número de pacientes visitados sin cita previa 11 . Se ha tenido que asumir inmediatamente un cambio abrupto en la gestión de las agendas para evitar el riesgo de contagio en los centros sanitarios, pasando de las citas presenciales a un primer contacto mediante consultas telefónicas. La relación personal previa establecida por el médico de familia con el paciente y su familia ha permitido que un gran número de demandas hayan podido ser resueltas mediante una atención telemática, evitando las aglomeraciones en las salas de espera y facilitando la gestión personalizada de las consultas presenciales mediante criterios clínicos 13,23,24 . Este cambio ha sido extremadamente difícil para el médico de familia, suponiendo adoptar una nueva forma de trabajar en pocos días o semanas y sin formación previa. Pese a este esfuerzo, ¿por qué la asistencia telemática es denostada cuando se emplea en el sistema sanitario público mientras que diferentes compañías médicas privadas la promocionan como un producto de calidad? Los centros de Atención Primaria registraron en la historia digital durante 2020 más de 40,4 millones de asistencias, mientras que en las urgencias hospitalarias fueron 2,2 millones y en las consultas externas del hospital alcanzaron los 6,3 millones de registros 33 . No hay muchos más datos oficiales sobre la actividad desarrollada en Atención Primaria durante los distintos momentos del ciclo pandémico. Un reciente estudio de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria 12 visibiliza una ingente actividad asistencial con una media nacional de 35-40 pacientes atendidos al día en la consulta del médico de familia en Atención Primaria durante la primera ola epidémica. En Andalucía y durante la segunda ola, una encuesta 11 mostró que cada médico de familia atendió una media de 60 citas diarias: la mayoría (82%) son demandas clínicas (36 consultas telefónicas, 15 presenciales y 1-2 avisos a domicilio), con otras 11 citas más sólo para temas administrativos, destacando que 1 de cada 5 pacientes fue atendido sin cita previa. Estas agendas duplican en número de citas a las propuestas desde el Servicio Andaluz de Salud en el año 2019 (30 pacientes por cupo y día) 34 lo que puede dar idea de la sobrecarga asistencial sufrida desde el inicio de la pandemia. El sistema sanitario debe reorientarse hacia la Aten- ción Primaria, puerta de entrada a la comunidad, con centros de salud como ejes centrales en la prevención y mitigación de la pandemia por COVID-19 13,14,21,35-37 . Es previsible que la pandemia se prolongue durante varios años, por lo que es urgente adoptar medidas factibles, aceptadas por la población y sostenibles, sin depender del voluntarismo y el esfuerzo desmedido de los mé- dicos. Queda aún camino por andar para alcanzar un control efectivo de la pandemia y conseguir una ade- cuada cobertura poblacional de la vacuna contra la COVID-19, así como para la atención a las secuelas y los casos cada vez más frecuentes de COVID prolon- gado 37 . Se precisa con urgencia un definitivo impulso económico y organizativo a la Atención Primaria que permita al médico de familia disponer de tiempo y re- cursos suficientes para mantener la calidad de la aten- ción clínica 4 . La Atención Primaria posee una serie de fortalezas 4,38,39 (tabla 2) que ofrecen oportunidades para enfrentarse a esta pandemia, siempre y cuando las deci- ATENCIÓN A OTRAS PATOLOGÍAS CONCLUSIONES: FORTALEZAS Y OPORTUNIDADES EN ATENCIÓN PRIMARIA

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