Suplemento II · Revista nº 814
Asma grave y COVID-19 | Lara de la Rosa MP, et al. Actual Med. 2021; 106(814). Supl2: 7- 10 8 S U P L E M E N T O C O V I D - 1 9 dada su mayor susceptibilidad a las exacerbaciones asociadas a virus respiratorios comunes, condicionada por una respuesta inmune antiviral deficiente debido a niveles reducidos de interferón β y α. Sin embargo, los datos actuales no sugieren una mayor prevalencia de asma entre los pacientes con COVID-19, que puede atribuirse a la respuesta inmune T helper tipo 2/ T helper tipo 17 predominante en pacientes con asma, así como a los tratamientos indicados para el asma, incluidos corticosteroides inhalados, antagonistas de leucotrienos, broncodilatadores y los tratamientos biológicos, que pueden modular la respuesta inmune asmática al SARS-CoV-2 evitando el desarrollo de una hiperrespuesta inflamatoria, que es uno de los mecanismos fisiopatológicos implicado en los pacientes con mala evolución. Las guías de consenso internacionales de asma han aconsejado, desde el inicio de la pandemia, mantener un control óptimo del asma continuando con el tratamiento de mantenimiento, lo que puede ayudar a controlar la evolución de la infección por COVID-19 en estos pacientes (3). En la situación de pandemia, desde las consultas de Alergología, debemos insistir especialmente en la adhesión terapéutica de los pacientes asmáticos en cada revisión, así como detectar la aparición de nuevos síntomas que indiquen posibles secuelas de SARS-CoV-2 a nivel cardíaco, neurológico, síndrome de fatiga postvírica, problemas de salud mental o incluso una reagudización de su enfermedad de base. Es necesario prestar especial atención a las deficiencias residuales a nivel pulmonar, para detectar daños estructurales persistentes, siendo importante la realización de pruebas complementarias que valoren la posible evolución a largo plazo de las secuelas, cuya frecuencia e intensidad no son del todo conocidas en la actualidad (4). Mujer de 61 años, ama de casa, que ingresa en octubre de 2020 por infección respiratoria por SARS-CoV-2 con clínica de diarrea e insuficiencia respiratoria hipoxémica, sin alteraciones en Rx simple de tórax. En 48 horas fue dada de alta por evolución clínica favorable. Antecedentes personales: asma persistente grave eosinofílica controlada, en seguimiento por la Unidad de Asma grave de la Unidad de Gestión Clínica de Alergología del Hospital Universitario Virgen Macarena desde hace 8 años. En tratamiento de mantenimiento con corticoides inhalados a altas dosis en combinación con β agonistas de acción prolongada (LABA), antileucotrienos y fármacos anticolinérgicos de acción prolongada (LAMA), fármaco biológico anti interleucina-5 (Mepolizumab), y tratamiento de rescate con β agonistas de acción corta (SABA), que utilizaba menos de 2 veces al mes en los últimos 6 meses antes de su ingreso. Otros antecedentes de interés: Sensibilización subclínica a epitelio de perro. Enfermedad por reflujo gastroesofágico. Hernia de hiato. Exfumadora desde hace 19 años (Índice paquetes año: 40). Síndrome de apneas-hipopneas del sueño. Síndrome ansioso- depresivo. Obesidad grado III. A las 2 semanas de su ingreso presenta empeoramiento clínico, con disnea grado 2 (Medical Research Council), requiriendo ciclos de corticoides orales durante un mes, con dosis acumulada de 1.200 (equivalente mg prednisona) y uso de SABA al menos 2-3 veces al día. No precisó atención urgente no programada. Pruebas complementarias: (Tabla 1). Evolución: Tras ajuste de tratamiento de mantenimiento (corticoides inhalados a altas dosis en combinación con LABA, antileucotrienos y LAMA), continuar tratamiento biológico con Mepolizumab e indicación de Oxigenoterapia domiciliaria para ejercicio físico y deambulación en la calle presenta evolución clínica favorable con buen control del asma, sin presentar exacerbaciones ni uso de corticoides orales ni SABA. Administrada vacuna Oxford/AstraZeneca contra la COVID-19, a los 6 meses postinfección, sin presentar reacciones adversas. Se ha descrito que el asma no es un factor de riesgo para sufrir la infección por COVID-19 ni para su gravedad, a pesar de ser una de las enfermedades respiratorias más prevalentes, y que la causa más frecuente de exacerbaciones asmáticas son las infecciones víricas, fundamentalmente rinovirus. No se ha evidenciado que los pacientes asmáticos presenten un mayor riesgo de ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos, intubación o complicaciones relacionadas con esta infección (5). Esto puede deberse al efecto de los tratamientos para el asma en la patogénesis de la COVID-19. Los corticosteroides y su capacidad para suprimir la síntesis de mediadores inflamatorios que puede proteger a los asmáticos en las primeras etapas de la infección por SARS-CoV-2, reduciendo la inflamación de las vías respiratorias y dirigiéndose al complejo replicación-transcripción del ARN viral bloqueando la replicación de coronavirus, incluidos SARS-CoV-2, SARS-CoV y el MERS-CoV. Los LABA y LAMA han demostrado eficacia en la disminución de los títulos virales y la producción de citoquinas inducidas por coronavirus. Los tratamientos biológicos indicados en pacientes con asma grave (Omalizumab, Mepolizumab, Benralizumab, Reslizumab), no se han relacionado con un mayor riesgo de sufrir infecciones graves por SARS-CoV-2 (3). CASO CLÍNICO DISCUSIÓN
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