Revista nº 815

Tendencias suicidas en estudiantes universitarios | Sánchez Jiménez A, et al. 14 Actual Med.2022;107(815):9- 17 DISCUSIÓN Dadas las características del estudio, es permisible generalizar los resultados obtenidos a la población de estudiantes de la UPAEP de la licenciatura de medicina. El suicidio es una condición que no se puede tratar, sin embargo, se puede prevenir realizando estudios de tamizaje que permitan identificar a comportamientos y tendencias suicidas tempranas para ser intervenidas (15). Es frecuente que los jóvenes después de concluir la educación media superior migren internamente dentro de su país de un estado a otro con el objetivo de ingresar a instituciones educativas de nivel superior. Este cambio de residencia temporal o permanente conlleva un proceso inherente de adaptación psicosocial especialmente al pasar de un entorno rural a un entorno urbano, de tal suerte que esta situación migratoria puede ser considerada como un factor de riesgo o de protección en los estudiantes universitarios (16). Es evidente este flujo migratorio ya que un 54,3% de la muestra son foráneos, es decir, no residen en su lugar de origen, mientras que un 45,7 % de ellos, viven dentro del núcleo familiar (Tabla 1). En estos primeros años de juventud, los estudiantes forjan una experiencia de vida a través de una serie de condiciones y factores sociales, económicos y culturales (17). El riesgo suicida moderado y severo es mayor en mujeres, foráneos, solteros y bebedores sociales. Son diversos los estudios que demuestran que la ideación suicida, el intento y la consumación de este tiene una compleja relación con el género. Los hombres presentan tasas mucho más altas de suicidio consumado en comparación con las mujeres, con tasas de 3 o hasta 4 veces más (18). De forma contraria, las mujeres presentan mayores índices de ideación suicida, lo que coincide con lo reportado en la literatura (19). A nivel nacional, en términos porcentuales, según el cuaderno de Estadísticas de suicidios de los Estados Unidos Mexicanos del año 2011, 5718 suicidios fueron efectuados, de los cuales 4621 fueron hombres, 1095 fueron mujeres y dos de ellos no fueron especificados, es decir los hombres superaron en un 61,7% los suicidios cometidos por mujeres en el año 2011(20). Aunque, por otra parte, el cuaderno de Estadísticas de intentos de suicidio y suicidios de los Estados Unidos Mexicanos 2005, nos muestra que, de un total de 227 intentos de suicidio, 108 de ellos fueron efectuados por hombres y 119 por mujeres, es decir, los intentos de suicidio fueron mayores en mujeres por un 4,9% de casos (21). De tal suerte, que las mujeres mexicanas sufren una tendencia mayor de pensamientos de muerte y por tanto ideación suicida (4). En este trabajo se encontró que el puntaje promedio obtenido por las mujeres en el cuestionario de Plutchik y Beck (BDI-II), es mayor en relación a los hombres, siendo significativo estadísticamente. En este complejo, pero existente fenómeno, autores como Canetto y Sakinosfky, han descrito diversas teorías explicativas (19). Son diversas las causas y factores que han sugerido explicaciones parciales entre estas diferencias, una de ellas son las diferencias psicosociales, por ejemplo: las mujeres son más propensas a valerse de las líneas telefónicas Figura1. (De dere- cha a izquierda, de arriba abajo). Se muestran gráficas de dispersión y ma- triz de correlación de los puntajes obtenidos en las siguientes prue- bas: Apgar, Plut- chik y Beck (BDI-II), (n=350).

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