Revista nº 816

Rotura esplénica por mononucleosis infecciosa | Morales Hernández I, et al. 132 Actual Med.2022;107(816):130- 133 DISCUSIÓN La mononucleosis infecciosa, causada por el virus de Epstein-Barr (VEB) o el Citomegalovirus, es una enfermedad generalmente autolimitada, caracterizada por la presencia de odinofagia, fiebre y adenopatías cervicales en pacientes jóvenes (1). Sin embargo, puede dar complicaciones, como la descrita en este caso. El VEB está ampliamente extendido en la población y se calcula que en torno al 90-95 % de los adultos serán expuestos a este virus a lo largo de su vida (2). Parece demostrarse que la infección por VEB suele cursar de forma subclínica durante la infancia, haciéndose sintomática a partir de la etapa de la adolescencia, con la mayor incidencia de infección en torno a los 15-24 años (3). La transmisión se produce de persona a persona, a través de secreciones salivares durante un periodo prolongado, incluso parece transmitirse hasta seis meses después del inicio de la enfermedad. Algunos estudios sugieren como otras posibles vías de transmisión la lactancia materna y la vía sexual (3). El diagnostico diferencial deberá hacerse con cuadros respiratorios de vías altas causados por otros microorganismos, como pueden ser infecciones causadas por Streptococo del grupo A, Arcanobacterium haemolyticum, citomegalovirus, o incluso VIH o Toxoplasma gondii. Diferenciar la mononucleosis infecciosa causada por el VEB de otro síndrome similar suele ser difícil, pero cobra especial importancia en las embarazadas, puesto que las infecciones por citomegalovirus (CMV), VIH y toxoplasma pueden tener efectos adversos importantes sobre el feto (3). Como se describe con anterioridad, generalmente es difícil diferenciar clínicamente el cuadro clínico producido por VEB y el resto de patógenos. Sin embargo, disponemos de herramientas para diferenciarlos, siendo la más importante, la realización de serologías. Es por ello necesario, en cuadros respiratorios de moderada- grave intensidad clínica, la posibilidad de realización de serologías para VEB, Toxoplasma, VIH y CMV. En el caso de infección por Streptococo del grupo A, además, se podría diferenciar del VEB de forma mucho más precoz gracias a la positividad de la prueba de diagnóstico rápido para Streptococcus (Streptotest). El aumento del tamaño del bazo, o esplenomegalia, se presenta hasta en un 60 % de los pacientes con mononucleosis infecciosa, por lo que no es raro que lo encontremos como dato exploratorio en el paciente con cuadro clínico respiratorio de vías altas. Generalmente se produce un aumento del tamaño y una posterior regresión a partir de la tercera semana de la enfermedad. (3) Si bien no es algo frecuente, ya que se produce aproximadamente en 1 a 5 casos por cada 1000, la rotura esplénica conlleva riesgo mortal, lo que constituye una emergencia médica, por lo que debemos prestar atención a aquellos dolores abdominales en contexto de cuadro clínico compatible con mononucleosis (4). Se ha descrito que en el 70 % de los casos, la rotura visceral se produce en varones, generalmente menores de 30 años y en más de la mitad de los casos, la rotura se produce de forma espontánea. La clínica de presentación habitual es de dolor abdominal, aunque en ocasiones el indicador es una disminución brusca del hematocrito (2,3). Generalmente, ocurre unas dos semanas tras el inicio de los síntomas respiratorios, aunque es posible su aparición desde los 4 días hasta las 8 semanas tras el inicio de la clínica. En ocasiones, puede ser incluso el síntoma de presentación (4). Ante un hallazgo de esplenomegalia, la actitud que se debe mantener es conservadora, con reposo y evitando la realización de esfuerzos físicos o deportes al menos 4-6 semanas tras la clínica, puesto que se puede producir una rotura traumática del bazo (1). El tratamiento una vez instaurada la rotura, puede ser conservador, con cuidados intensivos, o quirúrgico, como se realizó en este caso. Otras complicaciones de la mononucleosis infecciosa relacionadas con el bazo son los infartos esplénicos, sin embargo, es bastante infrecuente e incluso a veces, el hallazgo es incidental. Deberíamos sospechar posible infarto esplénico en aquel paciente que presente, además del cuadro de vías respiratorias, fiebre, náuseas, vómitos y, sobre todo, dolor abdominal en hipocondrio izquierdo. En pacientes con mononucleosis infecciosa, también se ha descrito aparición de complicaciones como un rash maculopapular generalizado, urticarial o incluso petequial, que generalmente suelen tener relación con la administración de ampilicina o amoxicilina, aunque ha sido descrito también por otros antibióticos como azitromicina, levofloxacino, piperacilina/tazobactam y cefalexina. Asimismo, otras complicaciones posibles descritas son síndromes neurológicos como el Guillain-Barré o incluso diferentes tipos de mielitis (2,3). CONFLICTO DE INTERESES Los autores/as de este artículo declaran no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo.

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