Revista nº 817

Botía Martínez C, et al. | Ingeniería tisular en cirugía pediátrica 159 Actual Med.2023;108(817):157-164 poliláctico o poliglicólico, enriquecidos con células (Dermagraft®, Transcyte®) o sin ellas, pero aun así biológicamente activos. Un ejemplo de estos últimos es el Biobrane®, un sustituto cutáneo constituido por una película de silicona semipermeable funcionalizada con colágeno porcino, con buena adaptación al lecho, reduciendo la posibilidad de que queden “espacios muertos” y la consecuente proliferación bacteriana, y que posibilita un buen control de la hidratación local (8,9). Apesar de los buenos resultados que en general presentan estos sustitutos cutáneos, la biocompatibilidad sigue siendo un problema a la hora de su aplicación. Para intentar solventarlo, algunos equipos como el de Abdel-Sayed et al., han desarrollado vendajes biológicos desarrollados a partir de fibroblastos cutáneos de origen fetal dispuestos en un scaffold de colágeno, observando, en un estudio realizado en ocho pacientes en edad pediátrica, mejoría del proceso de curación de las zonas quemadas con mínima reacción inflamatoria local (9). Se están realizando estudios aún en fase preclínica, como el publicado por Loretelli C. et al, dirigidos a estudiar el papel de extractos acelulares de células madre embrionarias (EXTs) en la inmunomodulación y mejora del proceso curativo de diversas heridas, con resultados hasta el momento prometedores (10). En grandes defectos cutáneos, los apósitos no bastan, y los sustitutos cutáneos autólogos desarrollados mediante ingeniería tisular se presentan como una alternativa terapéutica prometedora frente al homoinjerto cutáneo; de especial interés aquellos obtenidos a partir de células madre mesenquimales y células madre derivadas del tejido adiposo (11,12). También mediante la utilización de biomateriales de fibrina y agarosa se ha logrado generar piel humana artificial estructural y ultraestructuralmente análoga a la piel humana nativa (13). La vascularización de estos injertos supone el tema principal de numerosos estudios aún en fase experimental. Células endoteliales y estromales obtenidas a partir de tejido adiposo han demostrado poseer potencial vasculogénico in vitro, lo que permite injertar un sustituto ya vascularizado previamente (14). También se ha visto que el co-cultivo de células endoteliales microvasculares dérmicas humanas (HDMECs) con fibroblastos humanos logra una rápida formación capilar y la conexión de estos capilares a la vascularización subyacente del huésped con el establecimiento, poco después del trasplante, de una perfusión sanguínea adecuada (15). Se plantea también en el área de la cirugía plástica el problema de los defectos cutáneos en la edad fetal y neonatal, principalmente en patologías como el mielomeningocele con importante defecto cutáneo. Se han realizado estudios con resultados exitosos en los que se ha realizado trasplante in utero de sustitutos cutáneos autólogos desarrollados mediante ingeniería tisular, logrando alcanzar una arquitectura histológica muy cercana a la natural (16). Sin embargo, al trasplante de sustitutos cutáneos in utero se le reconocen numerosas limitaciones relacionadas principalmente con el difícil control de la presión ejercida sobre la zona injertada, las condiciones de bajo oxígeno presentes en el líquido amniótico o el difícil manejo de la zona donante. Por otro lado, hay trabajos que estudian la posibilidad de obtener el tejido donante in utero para expandirlo in vitro mientras el embrión finaliza su desarrollo aprovechando la rápida proliferación in vitro que presentan las células fetales. Finalmente, el implante se realiza durante los primeros días post-parto con las células cultivadas embebidas en un scaffold biodegradable de ácido poliglicólico, observando mejores tasas de cicatrización y una curación acelerada con respecto a aquella que se lograría si todo el proceso se iniciara postparto (17). También en el campo de la cirugía plástica pediátrica han surgido avances en la ingeniería de tejidos para el tratamiento de la microtia, la malformación auricular congénita mayor más frecuente (18). Durante las últimas décadas, el abordaje terapéutico más aceptado ha sido la reconstrucción auricular a partir de injertos de cartílago costal del mismo paciente (19), con las ventajas y desventajas inherentes a la utilización de tejidos autólogos, además de que este procedimiento quirúrgico se desarrolla en varias etapas a lo largo del tiempo (18). Hasta el momento, un implante de polietileno poroso de alta densidad, conocido como MedPor®, constituye una alternativa terapéutica menos invasiva en el tratamiento de estos pacientes. Se trata de una técnica que reduce las intervenciones quirúrgicas necesarias a una o dos, y evita los problemas derivados de la obtención del cartílago costal. Sin embargo, se trata de un implante sintético que, aunque con buenos resultados, no está exento de complicaciones como la infección postquirúrgica, fracturas en la zona del implante o incluso isquemia por compresión (19,20). Es por ello que los investigadores continúan trabajando para encontrar una solución mediante ingeniería tisular para dar respuesta al problema de la microtia. Se han desarrollado polímeros sintéticos y naturales a base de hidrogel, que incluyen ácido poliglicólico, ácido poliláctico, geles de fibrina, colágenos fibrosos y otros materiales y han sido testados en modelos animales con diversas tasas de éxito y cuyas principales complicaciones derivan del rechazo del material, contracción o deformación del implante o incluso exposición del mismo a través de la piel local (21). Se han propuesto también alternativas mediante bioimpresión para la confección de un implante hecho mediante un scaffold suplementado con condrocitos, con aparentemente buenos resultados iniciales a nivel histológico en ensayos de laboratorio, pero sin haber sido posible aún testar a nivel clínico (22). En definitiva, la reconstrucción auricular es una intervención relativamente frecuente en la edad pediátrica para la que aún no hay una respuesta mediante terapias avanzadas que sustituya totalmente al homoinjerto de cartílago como tratamiento de elección.

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