Revista nº 817

Ingeniería tisular en cirugía pediátrica | Botía Martínez C, et al. 160 Actual Med.2023;108(817):157-164 Urología La búsqueda de sustitutos tisulares es especialmente notable en la urología pediátrica. Son varias las patologías, tanto congénitas como adquiridas, que en la edad pediátrica afectan al tracto urinario como hipospadias, epispadias, extrofia vesical, estenosis, fístulas o traumatismos. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la ingeniería tisular aplicada a la sustitución o reparación uretral es la fibrosis y estenosis secundaria del segmento implantado, así como la vascularización tardía de los tejidos , que deriva a su vez en necrosis de estos, y un estado de inflamación crónica y proliferación tisular incontrolada (23). Por otro lado, la composición de la orina le otorga a este fluido propiedades citotóxicas, (24) que pueden afectar a la supervivencia de las estirpes celulares implantadas en los scaffolds , y por ello conseguir un urotelio con sus propiedades fisiológicas mantenidas y la comprensión en profundidad de su funcionamiento e interacción con el estroma vesical y la orina supone un requisito indispensable para el desarrollo del sustituto tisular ideal en este campo. Niu et al . (23) estudiaron en 32 perros de raza Beagle los resultados del implante de un scaffold tubular de nanofibras de poliuretano anfílico como sustituto uretral, que demostró poseer compatibilidad celular y propiedades hidrofílicas y mecánicas compatibles con las de una uretra nativa. Este scaffold , además, demostró inducir la formación de neovasos bajo las condiciones de una respuesta inmune controlada, sin reacción de cuerpo extraño secundaria. Asimismo, son varios los estudios que han destacado la capacidad de los injertos compuestos por células madre mesenquimales derivadas de la médula ósea (MSC) combinadas con células madre hematopoyéticas CD34+, reduciendo la inflamación, y mejorando el tiempo de transición a la remodelación y maduración de la herida, aumentando asimismo la neovascularización en el tejido periuretral (25). También se han obtenido buenos resultados con el empleo de scaffold s tubulares de ácido polilacticoglicólico sembrado con células musculares y epiteliales del propio paciente, mostrando una buena respuesta histológica y funcional a largo plazo (26). Recientemente, se está profundizando en el estudio de las células madre derivadas de la orina (UDSCs) para su utilización en este ámbito. Una de las principales ventajas que presentan estas células es su facilidad de recolección, por 2métodos inocuos y en cantidades generosas gracias a su gran capacidad de proliferación. Abbas T et al hablan de la posibilidad de obtener, a partir de 200mL de orina, células suficientes como para fabricar un constructo celular de hasta 0.5 × 2 × 10 cm 3 (24). Algunos pacientes con patologías que engloban altas presiones vesicales o vejigas con baja capacidad pueden requerir cirugías de ampliación vesical. La enterocistoplastia es el gold standard empleado hasta el momento en pacientes en los que el tratamiento médico fracasa (5). Sin embargo, esta intervención quirúrgica conlleva numerosas complicaciones a largo plazo como la incontinencia urinaria, la formación de litiasis vesicales o las infecciones crónicas debido a las características histológicas mantenidas por las células intestinales empleadas. En aras de encontrar el sustituto ideal para lograr una vejiga con propiedades morfofuncionales lo más similares a una vejiga natural, son muchas las vías de trabajo abiertas actualmente. El propio intestino sigue estudiándose como posible scaffold para la reparación vesical, ahora con el objetivo de emplearlo como scaffold natural de colágeno descelularizado, hasta el momento obteniendo resultados aún muy preliminares aunque satisfactorios a nivel histológico (27). El grupo de Estrada et al., por ejemplo, ha realizado un estudio en roedores utilizando como material de sustitución para la cistoplastia un scaffold acelular de esófago porcino que a nivel histológico ha demostrado buenos índices de regeneración urotelial y de fibras de músculo liso a partir de la migración de células adyacentes (28). Sin embargo, y como pasa en gran parte de los trabajos publicados hasta el momento, es necesario ampliar estos estudios en modelos animales de mayor tamaño que permitan estudiar la eficacia del implante a nivel funcional, sin duda uno de los principales problemas de estos pacientes. Hay constancia de un primer estudio clínico realizado en niños con patología vesical avanzada, en el que se aisló tejido celular muscular liso así como urotelial autólogo, se expandió in vitro y se embebió en un scaffold de colágeno y ácido poliglicólico para su posterior implantación. Sin embargo, gran parte de los pacientes desarrollaron tejido fibroso en la pared vesical, lo que impidió que lograran alcanzar una buena capacidad y distensibilidad vesical (29). A día de hoy, el tratamiento de los grandes defectos uretrales sigue precisando como fuente de tejido la propia piel genital y mucosa oral del paciente (30,31), y la enterocistoplastia se mantiene como gold estándar para el tratamiento quirúrgico de las vejigas con baja capacidad. Sin embargo, y a pesar de los intentos de traslado a la clínica poco exitosos hasta el momento, continuar trabajando en este campo nos permitirá, con el tiempo, lograr tratamientos de ingeniería tisular aptos para la patología urológica en niños. Cirugía General En el campo de la cirugía general en cirugía pediátrica, las principales necesidades son la regeneración del tejido intestinal en pacientes con síndrome de intestino corto y la reparación de componentes de la pared abdominal. A la hora de desarrollar tejido intestinal mediante ingeniería tisular aplicable a la clínica, es esencial

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