Revista nº 818

Eduardo García Solá | Girón Irueste FM, et al. 54 Actual Med.2024;109(818):50- 62 rio: muy posiblemente se trataba del que Aureliano Maestre de San Juan había conseguido montar en la facultad y que dejó tras su ida a Madrid en 1873. (26) El propio García Solá nos informará de ello cuando enumere su curriculum en 1887 con motivo de su traslado a la cátedra de Histología y Anatomía Pato- lógica: “Llevo ejecutando trece años cuantos análisis microscópicos reclama el servicio de la Facultad de Medicina de Granada”. Según esto, lo manejaba des- de 1874. Lo más probable es que estos análisis fueran en principio solo de tipo anatomopatológico, porque para ello era catedrático de Anatomía Patológica , y como tal sería requerido para ello, pero más tarde aumentaría el campo de acción a otras áreas, como veremos. Antes, en 1872, había hecho una pequeña incursión al campo de la segunda de las tres mentalidades del si- glo XIX, según Pedro Laín: “la fisiopatológica”. Dicha mentalidad concluye que lo importante para estable- cer el diagnóstico es averiguar qué tipo de disfunción afecta al paciente. (27) Para ello se montarán pruebas para ver cómo responde el organismo, y lo mismo que la mentalidad anatomoclínica había fundamentado la aparición de la anatomía patológica, la fisiopatológica abrirá el camino a la patología experimental. El tra- bajo de García Solá trató de establecer qué se podría esperar de la espirometría en las enfermedades del pulmón. (28) En 1878 aparece en la revista El Siglo Médico un ar- tículo titulado “Técnica histológica. Preparaciones microscópicas definitivas”. No lo hemos podido con- sultar . De 1880 es otro trabajo suyo sobre el sarco- ma de mama y cinco años después realiza una reseña sobre un trabajo acerca de un sarcoma de testículo. (29) Una de sus últimas actuaciones con respecto a esta disciplina apareció cuando ya había abandonado la cátedra y fue la reseña realizada en 1889 a la traduc- ción del libro de Julius Cohnheim que lleva por título “Lecciones Patología general” y figura en la revista Gaceta Médica Catalana. (30) Dicha revista había sido fundada por su compañero en la Facultad de Medi- cina de Granada, Rafael Rodríguez Méndez (1845- 1919), ya catedrático de Higiene en Barcelona y más tarde rector de su Universidad, que la dirigió hasta su fallecimiento. En esa revista Eduardo García Solá aparece como colaborador, y publicaría en ella abun- dantemente. García Solá sería el primer catedrático efectivo de His- tología é Histoquimia normales y Anatomía patológica de la Universidad de Granada y de los primeros de Es- paña, puesto que ocupó desde 1887, coincidiendo con la inauguración de los locales de la nueva facultad, hasta 1918, año en el que se jubila reglamentariamen- te. La Gaceta de Madrid recoge, casualmente, el 13 de noviembre de 1887, el nombramiento de los dos nue- vos catedráticos de Histología: Eduardo García Solá y Santiago Ramón y Cajal. Estos fueron los méritos que aportó García Solá para lograr el traslado a la cátedra de Histología y Anatomía Patológica granadina en 1887, que nos han permitido acercarnos a muchos datos de su cu- rriculum: Primer lugar en oposiciones á plazas de alumnos internos de medicina de Granada. Idem id. á Médicos de Sanidad militar. Idem id. á Profesor del Hospital General de Madrid. Idem id, á la cátedra de Patología general y Anatomía patológica de Granada. Autor de una colección de 2.000 preparaciones de Histología normal y patológica. Idem de una colección de preparaciones de microbios. Idem de id. id. de sofisticaciones alimenticias. Lleva ejecutando trece años cuantos análisis micros- cópicos reclama el servicio de la Facultad de Medicina de Granada. Autor de una obra de Anatomía patológica y Patología general, calificada de mérito por el Consejo de Ins- trucción pública. Autor de una obra de Microquimia clínica, con igual calificación. Figura 6 . Fachada de la Facultad de Medicina inaugurada en 1887.

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