Revista nº 818

Girón Irueste FM, et al. | Eduardo García Solá 55 Actual Med.2024;109(818):50- 62 Autor de una obra de Histogénesis, premiada por la Academia de Medicina de Madrid. Autor de una Memoria sobre el cólera morbo. Autor de varios artículos científicos, referentes mu- chos de ellos a la Histología. Hasta el momento la Histología formaba parte de una asignatura denominada Anatomía General y descrip- tiva y elementos de Histología normal . Recordemos que había sido el granadino Aureliano Maestre de San Juan (1828-1890) el primer catedrático español de Histología, y lo hizo en la Universidad Central en el año 1873, si bien no constituía por entonces una disciplina del curriculum, sino de los cursos del doctorado. Su obra histológica y anatomopatológica está conte- nida en su “Tratado elemental de Histología normal y patológica, precedido de un resumen de Técnica Histológica” aparecido en 1879. (31) Este libro debió ser, muy posiblemente, la principal guía para la for- mación de García Solá en el campo de la histología. Por entonces ya ha compuesto su importante libro “Histología é Histoquimia normales y Anatomía pa- tológica” que publica el mismo año de su traslado de cátedra. (32) Alcanzó dos ediciones más. Antes, en 1883, había publicado “Examen crítico de las teorías histogénicas dominantes”, una memoria que mereció el premio Pedro Mª Rubio de la Real Academia Nacio- nal de Medicina en el año anterior, otorgado al mejor escrito de medicina aparecido en España en los dos últimos años. (33) Le sucederán tres artículos más en relación con esta materia: uno sobre quistes hepáticos; otro sobre sar- coma de senos esfenoidales y otro sobre citología. (34) En la Gaceta Médica Catalana, en 1901, verán la luz dos artículos de García Solá en los que muestra su parcial rechazo a las doctrinas de Ramón y Cajal, en cuanto a la disposición del sistema nervioso según las aportaciones de este último. (35) Uno de sus más tardíos trabajos de laboratorio, realizado en 1911, tiene un carácter doble: histo- lógico y microbiológico; en él estudia el origen ce- lular de la inmunidad y también el tejido adenoide. (36) En 1914 aparecerá un artículo suyo sobre posibles errores histológicos producidos por artefactos. Y en 1918 publicó un inventario sobre el Laboratorio mi- crográfico de la Facultad de Medicina, que nos sirve para comprobar la parquedad de medios de los que dispuso. (37) Aunque le correspondía jubilarse por edad en el año1915, estuvo en activo hasta 1918, tras unos la- boriosísimos trámites administrativos que incluían tres certificados médicos por parte de sendos pro- fesionales independientes de la universidad, uno de ellos de Sanidad Militar. GARCÍA SOLÁ, PIONERO EN GRANADA DE LA DENOMINADA “MENTALIDAD ETIOPATOLÓGICA” Creemos que esta faceta fue la más importante de la actividad científica de nuestro biografiado, sobre todo porque fue realizada en un tiempo en que pocos científicos del país se ocupaban de esa materia. Ello nos permite encuadrarlo como uno de los pioneros en España de la denominada “Mentalidad etiopato- lógica”. Dicha orientación renunciaba de antemano a valorar, tanto la lesión como la disfunción, siempre problemáticos a la hora de emitir el diagnóstico, para centrarse en las causas del enfermar, algo mucho más evidente. (38) En efecto, Eduardo García Solá, sin ser profesor de ninguna disciplina estrictamente relacionada con la microbiología, lo fue como sabemos de Patología ge- neral , primero y de Histología y Anatomía patológi- ca, después, hizo importantes aportaciones sobre el tema. La realidad es que, a falta de un profesional es- pecífico dedicado a la bacteriología, su trabajo dia- rio, primero como anatomopatólogo y luego como histólogo, precisó del uso continuado del microsco- pio, aparato aun cuestionado por muchos, por lo que sin duda era el más indicado para ello. Escribió antes varios trabajos en relación con la mi- crobiología que datan ya de 1879, y a estos segui- rán otros más. Se trata de sendos estudios sobre dos parásitos, visto desde la perspectiva microbiológica más amplia. (39) Y en su estudio sobre el paludis- mo, corriendo el año 1883, “Nosogenia del paludis- mo”, apuesta claramente por declarar a los gérmenes como origen inequívoco de muchas de las enferme- dades humanas, en contra de otros profesores de la facultad que se empeñaban en rebajar tal importan- cia. Lo propio sucede con otra publicación en la que divulga las generalidades de la Microbiología, en el mismo año y que tituló “Microbiología Popular”. (40) Figura 7 . Un laboratorio de la Facultad de Medicina.

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