Revista nº 819

Ingeniería tisular en perforaciones timpánicas | Díaz Rodríguez F, et al. 108 Actual Med.2024;109(819):100-112 -108 multitud de factores, desde su propia localización en la membrana hasta la extensión de la misma. Estas va- riables tienen en sí un impacto notable y determinan desde que el cierre de estas se produzca en un plazo de tiempo mayor o menor hasta la efectividad con lo que pueda lograrse la curación del defecto (20). Co- menzando por el tipo de perforación, el modelo sub- total, que es probablemente el que tendría mayor im- pacto de poder ser regenerado en la clínica, se usó en 7/8 registros con perforación aguda frente a 4/10 que emplearon la perforación crónica. Este defecto, que comprende una superficie mayor al 40-50% de exten- sión del tímpano, dificulta de forma habitual el cie- rre espontáneo de la membrana, requiriendo en gran cantidad de casos del uso de injertos que actúen como soporte para conseguir su regeneración total (21). Respecto al modelo in vivo , el hecho de que en 11 de las 18 revisiones se emplease la rata Sprague-Dawley como especie animal no es extraño, ya que su faci- lidad de manejo y cuidados hacen que su uso como animal de experimentación sea muy habitual (22). No obstante, debe señalarse que, en varios de los registros incluidos, las condiciones de almacenamiento y cui- dado de los distintos tipos de animales no aparecían correctamente detalladas, siendo estos algunas de las debilidades metodológicas detectadas en la mayoría de los trabajos. Además de esto, alguno de los estudios incluía tamaños de muestra que podrían considerarse pequeños (19,23) probablemente debido a las reco- mendaciones de limitación en el uso de animales de experimentación. Esto podría haber dado lugar tanto a algunos sesgos de información como puede ser la so- breestimación de alguno de los resultados obtenidos. La ausencia de protocolos previamente publicados o la utilización de técnicas de ciego para la evaluación de los grupos experimentales son otras de las debili- dades metodológicas que se detectaron en el conjun- to de documentos evaluados. Ante esto, quizá deba señalarse la necesidad de que futuros experimentos empleen técnicas de cegamiento para la comparación de los diferentes grupos analizados, incluidos los gru- pos control. A pesar de esto, en términos generales, la evaluación del riesgo de sesgo reveló que los artículos revisados tenían una calidad metodológica aceptable, ya que en 13 de los 21 ítems evaluados se observó un cumplimiento parcial o total de los mismos. A la hora de analizar de nuevo las perforaciones sub- totales tanto agudas (PAS) como crónicas (PCS), des- taca el hecho de que, ambas, obtuvieron resultados satisfactorios con una tasa de cierre del cien por cien en todos los casos. No obstante, la realidad es, que existen diferencias, comenzando por el modelo ani- mal escogido para el caso de las PAS, donde se empleó rata Sprague-Dawley en todos los casos, frente a los modelos de PCS, que contaron hasta en la mitad de los casos con la cobaya como modelo animal (15, 16). Estas diferencias se extienden también al tiempo de seguimiento donde los estudios que recogieron PAS alcanzaron un máximo de 30 días (18) frente a aque- llos que emplearon PCS, donde el seguimiento llegó a los 70 días (24). La realidad es, que, de forma general, Figura 4 . Resumen de la aplicación de los Criterios ARRIVE (versión 2.0) con los estudios incluidos en la revisión

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