Revista nº 819
Salud y Crisis climática | Ares Camerino A, et al . Actual Med.2024;109(819):122-123 SALUD Y CRISIS CLIMÁTICA HEALTH AND CLIMATE CRISIS Ares Camerino, Antonio 1,2 ; Ares Sainz, Irene 2 ; Repetto Moreno, Eva María 2 ; Ruiz Horta, Juan José 2 1. Asociación Andaluza de Medicina y Seguridad en el Trabajo 2. Colegio de Médicos de Cádiz Carta al editor El consenso de la comunidad científica es unánime. La crisis climática es la mayor amenaza para la sa- lud del siglo XXI. Es imposible separar la salud del planeta, y de su biodiversidad, de nuestro bienestar y desarrollo sostenible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos alerta de la amenaza que supone el incremento de determinados riesgos que inciden directamente en el aumento de la morbilidad y mor- talidad de determinadas patologías, que podría ser mitigada con acciones concretas dirigidas a frenar el cambio climático. La salud global, la protección del planeta y la lucha por las desigualdades se convierten en el paradigma de todos los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Los datos sobre el aumento de las temperaturas son demoledores. Nunca antes, desde que existen regis- tros, se ha llegado a alcanzar temperaturas tan eleva- das en el planeta, ni durante más tiempo seguido. En este sentido, Europa se lleva la peor parte en dicho aumento, y en concreto los países a orillas del Medite- rráneo. Europa se calienta más que el resto del mun- do. Los episodios de calor extrema han aumentado un 46% desde que empezó el siglo XXI. La alteración del régimen de precipitaciones está provocando grandes sequías e inundaciones. El calentamiento del agua de mares y océanos está provocando una elevación del nivel del mar, el deshielo de los polos, la acidificación del medio y la alteración de la biodiversidad marina, y la falta de habitabilidad de regiones costeras. Las catástrofes naturales se han triplicado. Determinadas enfermedades infecciosas provocadas por vectores han ampliado su ámbito de propagación a paralelos hasta ahora infrecuentes. Según la OMS, cada año más de 7 millones de muertes están directamente relacionadas con el uso de com- bustibles fósiles, atribuibles a la presencia de peque- ñas partículas en suspensión en el aire que respira- mos (PM 2,5). La contaminación del suelo y del agua, la detección de contaminantes químicos en los seres vivos y la ingente cantidad de residuos plásticos de tamaño diminuto, ponen en riesgo la cadena trófica alimentaria. Se sabe que los nanoplásticos han llegado a la leche materna y se han introducido en nuestras células. El agua disponible para el uso de las perso- nas, la ganadería, la agricultura y la industria se ha visto limitada. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), la disponibilidad de alimentos se va ver afectada por el régimen de sequías. Las condiciones climáticas ad- versas, el aumento del número y la gravedad de los desastres naturales y el aumento del nivel del mar es- tán provocando la migración forzada de millones de personas. La Sociedad Civil ha tomado conciencia de la crudeza del problema y reclama, de manera urgente, que se tomen decisiones políticas de alto calado. Es el momento en el que los/as profesionales de la medicina debemos colocar en nuestra agenda diaria el compromiso ante la crisis climática que afecta a la salud de todos/as. Tenemos ante nosotros/as la oportunidad de convertirnos en referentes para la ciudadanía frente al calentamiento global y la de- gradación de los entornos naturales; de ser altavoces para una acción ciudadana que tan necesaria y urgen- te resulta. CONFLICTO DE INTERESES Los autores/as de este artículo declaran no tener nin- gún tipo de conflicto de intereses respecto a lo ex- puesto en el presente trabajo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. h t t p s : / /www. t h e l an c e t . c om/ j ou r na l s / l an c e t / a r t i - cle/PIIS0140-6736(20)32290-X/abstract. Actual Med.2024;109(819):122-123 Actual Med.2024;109(818): DOI:10.15568/am.2024.819.cd01
RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=