Revista nº 820

Maldonado-Rodríguez F, et al. | Estado emocional asociado a COVID-19 145 Actual Med.2024;109(820):141-153 (p=0169), y a la presencia de enfermedad pulmo- nar (p=0,060) y diagnóstico previo de salud men- tal (p=0,095). Un dato llamativo fue la presencia de tratamiento inmunosupresor como factor asociado a una menor frecuencia de ansiedad (p=0,011) y de estrés (p=0,035). Se realizaron modelos multivariantes de regresión lo- gística para evaluar la asociación entre el grupo la- boral (necesidad de adaptación o no) y la presencia de cada variable de interés, ajustando por todas las variables recogidas a priori como posibles confusoras. Respecto al modelo de depresión, la necesidad de adaptación del puesto de trabajo conllevó una OR ajustada (ORa) de 1,998 (p=0,092) y la variable más asociada a la depresión tras el ajuste fue el sexo feme- nino (ORa=2,813, p=0,0215). Respecto al modelo de ansiedad, la necesidad de adap- tación del puesto de trabajo conllevó una ORa = 1,855 (p=0,040) y las variables más asociadas a la ansiedad tras el ajuste fueron el sexo femenino (ORa=2,180, p=0,0277) y el diagnóstico previo de salud mental (ORa=2,506, p=0,0656) como asociación de ries- go, y el tratamiento inmunosupresor (ORa=0,300, p=0,0398) como asociación protectora. Respecto al modelo de estrés, la necesidad de adap- tación del puesto de trabajo conllevó una OR=2,968 que, a pesar de ser la estimación mayor, no fue es- tadísticamente significativa (p=0,108). Las variables más asociadas al estrés tras el ajuste fueron la pre- sencia de enfermedad cardiovascular (ORa=7,554, p=0,0633) como asociación de riesgo y el tratamiento inmunosupresor (ORa=0,130, p=0,0196) como aso- ciación protectora. DISCUSIÓN En el estudio un gran número de trabajadores presen- tó síntomas de estrés (69,5%), de ansiedad (65,2%) y de depresión (42,4%). El grupo con mayor cantidad de profesionales afectado por las tres patologías fue el que recibió un ACR, seguido del NAT, siendo el de Urgencias el que menos profesionales afectados presentó. Las variables que se asociaron a una mayor frecuencia de depresión fueron el sexo femenino, la presencia de enfermedad cardiovascular y renal. La ansiedad se asoció también al sexo femenino, a la presencia de HTA, diagnóstico previo de salud men- tal, enfermedad pulmonar y cardiovascular. El es- trés se asoció con mayor frecuencia también al sexo femenino y a la presencia de enfermedad pulmonar y enfermedad de salud mental. La presencia de an- siedad es significativamente mayor en trabajadores que recibieron una adaptación de puesto, también es mayor en cuanto a estrés y depresión, pero no signi- ficativamente. En comparación con estudios que han precedido a este, podemos encontrar similitudes y diferencias. El sexo femenino es factor de riesgo para sufrir las tres patologías registradas, en consonancia con los es- tudios que se han realizado por el momento (25,26). Podría ser parcialmente explicado por el hecho de que las mujeres tradicionalmente han tenido más carga de trabajo en el ámbito familiar, situación empeorada por la pandemia. También hay un aumento de ansiedad, estrés y depresión en relación con diversas patologías, como HTA, enfer- medad cardiovascular, enfermedad pulmonar crónica, enfermedades mentales o enfermedad renal crónica, en consonancia con los resultados de los estudios realiza- dos (27). Podría explicarse por el hecho de que en estos meses se ha informado de que el virus producía mayor morbilidad y mortalidad en personas con las patologías anteriormente descritas, por tanto, las personas que su- fren dichas patologías son conocedoras del mayor riesgo que conlleva contraer una enfermedad desconocida y a priori más grave debido a su condición. En estudios locales previos (28) se detectó la existen- cia de importantes preocupaciones entre los profesio- nales sanitarios afectados por COVID-19, tales como el miedo de infectar al entorno cercano o la angustia de volver al trabajo. Ello, unido a la gran cantidad de casos y la gravedad de los mismos asociada en nues- tro medio (29) generó un ambiente de incertidumbre entre los trabajadores. Los trabajadores que recibieron algún tipo de adap- tación, presentaron mayores niveles de ansiedad y depresión que los trabajadores de urgencias. Esto no va en la línea de los diferentes estudios, ya que, en es- tos parece existir una mayor existencia de depresión, estrés y ansiedad en el personal que trabaja en pri- mera línea (14). Esto se podría explicar por diversos motivos. Los trabajadores de urgencias son el grupo de menor edad y con menor patología, lo que pro- duce una autopercepción de menor riesgo de sufrir complicaciones. Por otro lado, en el hospital en el que se realiza el estudio no ha habido tanta presencia de casos como en otras zonas. Además, la percepción de los trabajadores que no estaban en primera línea de que no estaban haciendo lo suficiente contra el virus y de que no podían ayudar directamente a sus compañeros de trabajo pudo influir. Este estudio tiene la ventaja de haber sido realizado en el momento agudo de la pandemia en España. Ade- más, las encuestas han sido realizadas de manera per- sonal y físicamente a los trabajadores. El estudio presenta limitaciones. El número de tra- bajadores que han participado en el estudio no fue lo suficientemente elevado como para detectar estadísti- camente muchas de las asociaciones buscadas. El estu- dio se realizó de acuerdo con la factibilidad de los in- vestigadores, sin haber estimado un cálculo de tamaño

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=