Revista nº 820
Calvo Bernal B, et al. | Estado actual de resistencias a carbapenemes. Parte II 169 Actual Med.2024;109(820):1 66-175 – Identificación del riesgo: Los pacientes que puntúan alto tienen un riesgo elevado de mortalidad, lo que puede influir en decisiones sobre cuidados intensi- vos o terapias antimicrobianas más agresivas. – Guía para el tratamiento antibiótico: La puntua- ción ayuda a los médicos a decidir si un paciente requiere una combinación de antibióticos activos o si se puede utilizar monoterapia. – Estratificación del tratamiento: En pacientes con baja puntuación, el enfoque clínico puede ser más conservador, mientras que aquellos con puntua- ciones altas pueden requerir un manejo más in- tensivo, incluyendo la consideración de terapias experimentales o cuidados de soporte avanzados. Existen varios desafíos asociados con la implementa- ción práctica del INCREMENT-CPE score: – Variabilidad en el acceso a antibióticos: Algunos países o instituciones no tienen acceso rápido a antibióticos activos frente a CPE, como ceftazi- dima-avibactam o meropenem-vaborbactam, lo que puede dificultar la aplicación efectiva de este score. – Diagnóstico microbiológico oportuno: La identifi- cación de las cepas productoras de carbapenemasa se puede demorar, lo que puede influir negativa- mente en la aplicabilidad inmediata del score, ya que su valor depende del uso rápido de antibió- ticos activos frente al microorganismo implicado. – Cambio en los patrones de resistencia: Los per- files de resistencia bacteriana evolucionan cons- tantemente. Si bien el INCREMENT-CPE score se basó en datos de un momento determinado, los cambios en la prevalencia de resistencia o la in- troducción de nuevos antibióticos pueden afectar su precisión predictiva en algunos contextos clí- nicos actuales. – Uso limitado en ciertas poblaciones: El score fue validado principalmente en pacientes adultos hospitalizados en Europa. Por lo tanto, puede no ser aplicable de la misma manera en poblaciones pediátricas, pacientes ambulatorios o en regiones donde las infecciones por CPE tienen diferentes patrones epidemiológicos. – Complejidad en la evaluación: Aunque el score es relativamente sencillo, requiere que se recopi- len varios datos clínicos de manera oportuna, lo que, en situaciones de emergencia, como el ma- nejo inicial de una sepsis, puede ser complicado. La sobrecarga de trabajo para el personal médico podría dificultar la aplicación sistemática del sco- re en todos los casos. Con respecto al tratamiento, aporta recomendaciones relevantes. En primer lugar, la importancia de un tra- tamiento activo precoz, dentro de los primeros 5 días de la infección, con el objetivo de reducir la mortali- dad; en segundo lugar, el tratamiento combinado ha demostrado ser superior sólo en los pacientes clasi- ficados de alto riesgo (8 a 15 puntos). Por el contra- rio, para pacientes con menor riesgo de mortalidad de acuerdo con esta escala (0 a 7 puntos), sería suficiente el tratamiento en monoterapia. Individualizar el tra- tamiento de estas infecciones permite una optimiza- ción en el uso de los antibióticos, lo que contribuye a evitar la expansión de las resistencias bacterianas, así como a disminuir los distintos efectos secundarios de estas terapias (11). 3. TRATAMIENTO FRENTE A GÉRMENES PRODUC- TORES DE CARBAPENEMASAS El principal motivo de preocupación acerca del au- mento de las infecciones producidas por organismos resistentes a carbapenemes es la escasez de tratamien- tos consolidados de primera línea y, en consecuencia, la necesidad de emplear a veces fármacos con alta to- xicidad y farmacocinética deficiente. Es fundamental saber optimizar el uso de los antibióticos tradicio- nales, así como seleccionar aquellos pacientes que se puedan beneficiar del uso de los nuevos compuestos disponibles (12). En estos pacientes el tratamiento ha de ser lo más in- dividualizado posible, ya que en su éxito influyen dis- tintas variables como los valores de sensibilidad a los antimicrobianos, los datos de farmacocinética y far- macodinamia (por los cuales la dosis estándar puede ser insuficiente en algunas ocasiones) y los fármacos disponibles actualmente. Además, es importante la epidemiología local a la hora de establecer un trata- miento empírico, ya que la sensibilidad de los anti- bióticos varía en función del tipo de carbapenemasa causante de la resistencia y, por tanto, conociendo las carbapenemasas prevalentes en cada zona, se puede mejorar la elección del tratamiento empírico (12). Antibióticos Tradicionales Los tratamientos antibióticos ya conocidos que se em- plean para combatir las infecciones causadas por mi- croorganismos resistentes a carbapenemes son: las ti- geciclinas, las polimixinas (sobre todo la colistina), aminoglucósidos y los carbapenemes, a menudo, en combinación con alguna de las opciones anteriores. Una de las principales desventajas del uso de estos fármacos es el incremento de la presión selectiva sobre las bac- terias que conlleva la aparición de resistencias (1,2,12). Por lo general, hay evidencias de que la terapia com- binada se asocia a una mortalidad inferior que los re- gímenes de monoterapia, sin embargo, según algunos estudios, no se observan diferencias significativas en
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