Revista nº 821
Hernández Gil ÁL, et al. | TMA en dolor por lesiones músculo tendinosas 37 Actual Med.2025;110(821):3 1-41 evolución del cuadro clínico mediante estudios pro- gramados que registran la dinámica térmica del área afectada, hasta constatar la resolución del gradiente térmico, lo que puede considerarse un indicador de remisión del proceso inflamatorio agudo. La integración de los hallazgos termográficos con la evaluación clínica permite establecer un seguimiento preciso del estado lesional. Esta información facilita la toma de decisiones médicas sobre la continuidad o finalización del tratamiento, así como la identifica- ción de la fase de estabilización o curación, basándose en parámetros objetivos relacionados con la actividad inflamatoria de los tejidos involucrados. Aplicaciones específicas de TMA en Traumato- logía y Rehabilitación La termografía infrarroja de alta resolución permite evaluar la simetría térmica cutánea como indicador de salud neurológica y musculoesquelética hecho que queda demostrado en numerosos estudios cien- tíficos. En un estudio realizado en 39 varones sanos, las diferencias térmicas bilaterales no superaron los 0,4 °C, con menor variabilidad en vistas regionales. El análisis de promedios de temperatura y desviacio- nes estándar en zonas anatómicas de interés cotejadas bilateralmente confirmó altos niveles de simetría, su- periores a los reportados previamente. Estos resulta- dos validan el uso clínico de la simetría térmica como referencia diagnóstica (17), ya que en presencia de le- siones las diferencias térmicas son significativamente mayores (18). Por otro lado, la termografía es una herramienta útil que proporciona pautas objetivas para el diagnós- tico y el tratamiento del dolor, y su eficacia se ha evaluado en numerosos estudios científicos (19). La termografía infrarroja se presenta como una herra- mienta diagnóstica no invasiva capaz de proporcionar una evaluación objetiva de la actividad inflamatoria en pacientes con síndromes de dolor cervical (20) y dorsal. Esta técnica permite identificar zonas con in- cremento de temperatura cutánea —conocidas como “puntos calientes”— que son indicativas de procesos inflamatorios activos, incluso en ausencia de hallaz- gos estructurales evidentes en estudios convencio- nales como radiografías o tomografías computariza- das. En individuos con dolor cervical crónico, se han documentado alteraciones metabólicas, vasculares y electromiográficas a nivel de los músculos trapecios. La termografía permite visualizar estas alteraciones térmicas en la superficie corporal, proporcionando información útil para el seguimiento del tratamiento y la evolución clínica del paciente (21). En un estudio publicado en la revista de reumatolo- gía de la British Society sobre 65 casos de lumbalgia crónica, la TIR fue anormal en el 92%, la resonancia magnética en el 89%, la tomografía computarizada en el 87% y la mielografía en el 80%. La TIR se correla- cionó con la RMN en el 94% de los casos y con la TC en el 87% de los casos (22). En un estudio clínico realizado en una cohorte de 202 pacientes con diagnóstico de hernias discales lumba- res múltiple fue estudiada la eficacia diagnóstica de la termografía digital por infrarrojos (TDI). El análisis se centró en la correlación entre los patrones térmi- cos obtenidos, la sintomatología clínica y los hallaz- gos quirúrgicos intraoperatorios. Adicionalmente, se examinó la concordancia diagnóstica entre la TDI y la discografía, considerada una técnica invasiva de refe- rencia. Los resultados evidenciaron una alta sensibi- lidad de la TDI frente a los síntomas clínicos (86,4 %) y una buena correlación con los hallazgos quirúrgi- cos. Asimismo, se observó una elevada concordancia (81,4 %) entre los resultados termográficos y la disco- grafía, lo que respalda el valor de la termografía como herramienta diagnóstica complementaria, no invasiva y clínicamente útil en el abordaje de patologías disca- les lumbares (23). En otro estudio científico realizado a pacientes con hernia discal cervical se detectaron cambios térmicos con TIR útiles en la localización del nivel de protrusión discal, así como para identificar el nivel sintomático en casos de hernias múltiples (24). En pacientes con síndrome de latigazo cervical, la ter- mografía ha sido capaz de detectar “puntos calientes” en las regiones anatómicas afectadas (25). Pacientes con latigazo cervical postraumático presentan una hipertermia en las regiones anatómicas afectadas, con una disminución progresiva de la misma en dos semanas, hasta alcanzar valores térmicos cercanos a los fisiológicos, evolución térmica correlacionada de forma significativa con la reducción en la puntuación de la Escala Visual Analógica (EVA) del dolor. Estos hallazgos respaldaron el uso de la TIR como prueba objetiva y no invasiva para detección de los sínto- mas asociados a lesiones por latigazo cervical y para el control de la respuesta terapéutica (26). Similares resultados se han demostrado en el diagnóstico del dolor radicular lumbosacro asociado a radiculopatías, resultando útil la TIR en el diagnóstico diferencial de lumbociatalgia, aportando valor adicional en situa- ciones donde la exploración clínica convencional no es concluyente (27-28). Es importante destacar que los pacientes que presen- tan patologías degenerativas previas a lesiones infla- matorias agudas en lugar de elevación de temperatura corporal existe hipotermia. Un estudio prospectivo en 76 sujetos (56 pacientes con lesión medular in- completa y 20 individuos sanos como grupo control), evidenció que los pacientes con lesión medular in- completa presentan una disminución significativa de la temperatura cutánea en comparación con sujetos sanos (29). En 2022, se llevó a cabo un estudio retrospectivo cuyo objetivo fue comparar la eficacia diagnóstica de la TIR frente a las pruebas electrofisiológicas para la de- tección de sintomatología subjetiva en pacientes con
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