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CARTAS AL EDITOR
Actualidad
Médica
A C T U A L I D A D
M É D I C A
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La comunicación entre los Servicios de Urgencias
y Medicina Preventiva como herramienta para
el control de las enfermedades transmisibles
María Fernández-Prada
1
, Mª Filomena Alonso Morales
2
, José Guillén Solvas
1
1
Servicio de Medicina Preventiva. Hospital Universitario San Cecilio, Granada
2
Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias. Hospital Universitario San Cecilio, Granada
Enviado 26-03-2013
Revisado 15-07-2013
Aceptado 20-08-2013
María Fernández-Prada
Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario San Cecilio
Avda. Dr Olóriz, s/n · 18014 Granada
e-mail: mfdezprada@ugr.es
The communication between the Emergency Department and
Preventive Medicine Department as a tool for the control of
communicable diseases
Actual. Med.
2013; 98: (789): 116
Estimado Editor:
La experiencia nos indica que el trabajo compartido entre
los médicos preventivistas hospitalarios y los médicos de los ser-
vicios de urgencias es fundamental para evitar la propagación
de las enfermedades transmisibles en la comunidad.
Esta pronta
información permitiría a los profesionales hacer un diagnóstico
precoz y poner el tratamiento acorde con la situación epidemioló-
gica. Además, una comunicación rápida y eficaz entre estas áreas
sanitarias favorecería la puesta en marcha de medidas preventi-
vas que limiten la expansión de la enfermedad en la población.
Un ejemplo en el que se puede aplicar nuestra sugerencia
es el caso de la tos ferina.
Se trata de
una infección respiratoria
provocada por
Bordetella pertussis
.
Sabemos,
además, que afecta
aproximadamente a 50 millones de personas al año y produce
más de 400.000 muertes por complicaciones (1). Actualmente
EEUU, por ejemplo, registra la mayor tasa de infección de los úl-
timos 70 años, y se sabe que en otros países también va en au-
mento (2). Conviene destacar que los princip
ales implicados son
lactantes, adolescentes y adultos no revacunados desde la edad
escolar (3). Además, según el calendario vacunal andaluz, la pau-
ta de administración es a los 2, 4, 6 y 15 meses del nacimiento
así como una dosis de recuerdo a los 6 años de edad (4). Cabe
reseñar también que, a medida que pasan los años se pierde in-
munidad frente a
Bordetella pertussis
, siendo la eficacia vacunal
de un 46% tras 7 años de la última dosis (4). Es importante dejar
constancia de lo anterior, sobre todo, cuando se trata de familias
con niños menores de 15 meses de edad que aún no tienen com-
pleto el calendario vacunal y, por tanto, no se encuentran inmuni-
zados frente a la bacteria.
A continuación justificamos las consecuencias de nuestro
planteamiento: en el otoño de 2011 hubo en Granada (España)
un brote de tos ferina, con un total de 111 infecciones declaradas
en el Sistema de Vigilancia Epidemiológico Andaluz (SVEA). Dicho
brote afectó, principalmente, a lactantes menores de un año (dos
de ellos resultaron fallecidos), también a jóvenes entre 15 y 19
años y a personal sanitario.
Cuando intervino el Servicio de Medicina Preventiva me-
diante la encuesta epidemiológica preceptiva a los pacientes
ingresados, sobre todo lactantes, se observó que muchos de los
padres cursaban o habían cursado infecciones respiratorias agudas
compatibles con
Bordetella pertussis
. Ellos mismos aclararon que
habían consultado en diferentes Servicios de Urgencias donde,
desconocedores de la situación epidemiológica del momento,
les prescribieron medicación no específica. Llegado este punto,
tuvimos la sospecha de que la principal fuente de infección para
los niños afectados fueron sus propios padres. Tanto es así que al
prescribirles la medicación adecuada (azitromicina en este caso),
hubo una rápida mejoría del cuadro clínico en curso. Por otra parte,
se puso en marcha la “Estrategia Nido” (5) con los contactos más
íntimos de los niños para evitar futuros casos.
La reflexión de lo descrito anteriormente nos obliga a pen-
sar que si la comunicación entre estos dos servicios hubiese sido
fluida, la erradicación del foco hubiese sido más rápida y las con-
secuencias negativas, fruto del retraso diagnóstico en los padres,
hubieran sido evitables: un conocimiento temprano del brote hu-
biera facilitado la anamnesis dirigida y la aplicación en el momen-
to del tratamiento de elección. Las recomendaciones futuras van
encaminadas hacia la mejora de la comunicación entre estas dos
áreas a través del refuerzo del circuito en el hospital.
REFERENCIAS
1. Heininger U. Update on pertussis in children. Expert Rev Anti In-
fect Ther. 2010;8:163-73
2. CDC. Pertussis Epidemic — Washington, 2012. MMWR 2012; 61:
517-522.
3. Halperin SA. The control of pertussis – 2007 and beyond. N Engl
J Med. 2007;356:110-3.
4. Asociación Española de Pediatría. Vacunas en pediatría, manual
de la AEP 2012 de bolsillo. Madrid: Exlibris; 2012.
5. Healy CM, Rench MA, Baker CJ. Implementation of cocooning
against pertussis in a high-risk population. Clin Infect Dis. 2011;52:157-62.