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Mª Ángeles Muñoz Miguelsanz
Preservación hipotérmica del intestino delgado
INTRODUCCIÓN
El trasplante intestinal pediátrico, a pesar de no haber tenido
una evolución paralela a la de otros trasplantes de órganos sólidos,
se ha convertido en una realidad en las dos últimas décadas
gracias al desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas y diferentes
formas de injertos intestinales, así como a la aparición de algunos
inmunosupresores, y la evolución del concepto de fallo intestinal
(1-3). No obstante, la preservación del intestino continua siendo
inadecuada, suponiendo un reto debido a la naturaleza hueca del
mismo, a sus necesidades metabólicas especiales, a la facilidad
para el desarrollo de edema bajo mínimas condiciones de estrés
así como a su ambiente bacteriano (4-6). En este sentido, y a
diferencia de lo que ocurre con el resto de órganos utilizados
para trasplante, se ha observado un daño significativo de la pared
intestinal tras 12 horas de isquemia fría. Este daño se incrementa
durante la fase de la isquemia-reperfusión siendo la responsable
de las complicaciones en el postoperatorio inmediato como la
perforación, fistulización y translocación bacteriana, pudiendo
contribuir en el rechazo del injerto en el postoperatorio tardío (7).
Para la preservación del intestino delgado se han
desarrollado múltiples soluciones, ninguna de las cuales han
sido capaces de mantener la integridad tisular en condiciones
de hipotermia similares a las utilizadas en otro tipo de trasplante
(8). La solución más empleada en la clínica en el momento actual
es la solución de la Universidad de Wisconsin® (UW), dado que
la mayoría de las extracciones de intestino delgado se llevan a
cabo en donantes multiorgánicos y dicha solución constituye la
técnica de preservación estándar para dicho tipo de trasplante
(9-14). Existen otras soluciones de preservación (solución de
Eurocollins, solución de Bretschneider o Custodiol, solución IGL-
1) aunque ninguna de ellas muestra resultados consistentes (15-
17). Estudios experimentales han demostrado que la solución de
preservación fría Celsior® (CL) es tan efectiva como UW para la
preservación de riñones. Dicha solución ha sido utilizada para la
preservación de injertos intestinales en animales, obteniéndose
un mejor resultado en la recuperación tras la isquemia en cuanto
a integridad estructural y funcional de la mucosa intestinal, que
en el grupo de UW (18).
En los últimos años algunos autores proponen la utilización
conjunta de la perfusión vascular y luminal del intestino (5-7).
El propósito de estos estudios es una mejora en la preservación
de la mucosa intestinal en relación a la energética tisular. No
obstante, son escasos los estudios experimentales llevado a cabo
que han tratado de analizar la morfología del la mucosa intestinal
tras dicho tipo de preservación hipotérmica (5). El mantenimiento
de la integridad morfológica de la mucosa intestinal esta
directamente correlacionado al sustento de los parámetros
de actividad metabólica y funcional que desempeñe tras el
trasplante. Asimismo, dicha integridad tisular es primordial para
prevenir la translocación bacteriana y posibles complicaciones
infecciosas (19).
El objetivo del presente estudio, por tanto, es analizar
la integridad de la mucosa intestinal, desde una perspectiva
morfológica, tras su preservación hipotérmica (fría) con diferentes
soluciones de preservación mediante el empleo de microscopía
electrónica de barrido (MEB).
MATERIAL Y MÉTODOS
Animales de experimentación
En nuestro estudio hemos utilizado ratones hembra CD1
(Charles River, Barcelona, España) con un peso de 25-30 g.
Los animales de experimentación (n=12) fueron sometidos a
dieta absoluta de alimentos sólidos, permitiéndose solamente
la ingesta de agua, durante 24 horas previas a su intervención
quirúrgica. Los animales fueron manipulados de acuerdo con la
Directiva del Consejo de Comunidades Europeas (86/609/ECC).
Procedimiento quirúrgico y obtención de intestino delgado
Los animales de experimentación fueron anestesiados
con isofluorano procediendo a continuación a su perfusión
intracardíaca con cada una de las soluciones de preservación.
Para ello se canuló el ventrículo izquierdo del animal, inoculando
30 ml de la solución de preservación fría mediante una bomba
de inyección, accediendo a la circulación sistémica del animal.
Tras la perfusión, se accedió a la cavidad abdominal y se localizó
el ciego y la válvula ileocecal, situados en el cuadrante abdominal
inferior izquierdo. Se extirparon 10 cm de íleon (desde válvula
ileocecal hacia íleon proximal) de cada uno de los ratones. Una
vez realizada la disección y sobre una placa de Petri, se procedió
a la canulación del segmento de íleon obtenido por su extremo
proximal. A continuación el segmento intestinal fue perfundido,
por vía intraluminal, con 7-10 ml de la solución correspondiente
a 4ºC. Tras el lavado de la luz intestinal y la obtención de un flujo
continuo de la solución de preservación por el extremo distal, se
procedió a la sutura del mismo con seda de 4/0 (Silkam, Braun
Aesculap, Rubí, Barcelona, España). Posteriormente, se continuo
perfundiendo la solución evitando la sobredistensión del segmento
intestinal y se procedió a la sutura del extremo proximal (Figura
1A). Los segmentos intestinales perfundidos de forma vascular e
intraluminal fueron introducidos en frascos universales de cultivo
(25 ml) rellenos de la misma solución de preservación utilizada.
Los segmentos intestinales de íleon fueron almacenados en estas
condiciones durante 14 h a 4º C (Figura 1B).
Figura 1. Almacenamiento de los fragmentos de íleon. (A)
Segmento intestinal con ambos cabos cerrados conteniendo la
solución de preservación en el espacio intraluminal. (B) Tubos de
almacenamiento de las muestras de los grupos 2, 3 y 4, conteniendo
los segmentos intestinales y la solución de preservación.