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Alejandro Rodríguez Morata
Injertos vasculares por vía transperineal
Técnica quirúrgica del bypass fémoro-femoral cruzado
transperineal.
Para llevar a cabo un bypass transperineal deben asociarse
estas circunstancias:
1) No es recomendable obtener perfusión del sector aor-
toilíaco ipsilateral (infección protésica local, abdomen hostil,
etc.)
2) No es recomendable un bypass axilofemoral (por una
longitud excesiva y, además, por estar constituido por material
sintético).
3) La anastomosis distal del bypass va a realizarse sobre
la femoral superficial o la profunda, no en la femoral común.
4) Hay que evitar categóricamente la zona inguinal
(infección local grave, metástasis ganglionares perivasculares,
cambios tróficos actínicos, pérdida de sustancia grave).
En la preparación del campo quirúrgico dejamos movilidad
de ambas piernas, de tal modo que podamos efectuar una
flexión de las caderas y rodillas, al tiempo que abducir ambas
extremidades. La arteria donante se encuentra en la extremidad
no afectada, y podemos tomar la anastomosis tanto de la arteria
femoral común como de una rama de un bypass aortobifemoral
o axilofemoral, o bien de la propia arteria femoral superficial.
El material del bypass más adecuado es la vena safena interna,
que se anastomosa invertida pues es difícil devalvularla una vez
tunelizada, salvo que lo hiciéramos con la anastomosis en carga
antes de la tunelización.
La utilización de un injerto criopreservado para este
tipo de bypass podría ser técnicamente posible y preferible a
utilizar prótesis sintéticas en cualquier caso, si la situación no
representa una emergencia o bien la urgencia en su resolución
puede diferirse hasta la obtención del mismo y descongelación
en su modalidad rápida. No obstante no hay publicaciones al
respecto en la literatura médica y nuestro equipo ha utilizado
siempre la vena safena interna en este tipo de situaciones.
El instrumental para tunelizar el bypass puede ser bien el
propio de un bypass axilofemoral o bien tunelizadores más cor-
tos pero con cierta curvatura.
Figura 3. Tunelización transperineal utilizando el material de tu-
nelización fémoro-poplítea (Dr. Rodríguez Morata).
Figura 4. Tunelización transperineal utilizando el material de tu-
nelización axilo-femoral (Cortesía del Dr. J. González Ríos).
Es relevante pasar alejados del foco tumoral o infeccioso
inguinal, por lo que la tunelización ya se hace en dirección a los
aductores, para que el cuerpo del bypass surque el periné. Habi-
tualmente no son necesarias contraincisiones (14). Además, en
este sentido debe hacerse hincapié en que el material quirúrgico
que pudiera entrar en contacto con las zonas sépticas o tumorales
no debiera utilizarse en campo quirúrgico limpio.
La tunelización se hace inmediatamente por debajo de los
genitales externos, alejada en lo posible de la zona anal. Una vez
tunelizada la vena puede tensarse con las piernas en abducción
para evitar que quede corto y pueda desinsertarse ante una ma-
niobra de abducción forzada. La situación final de las curvas entre
el periné y el muslo que adoptan el bypass en uno y otro lado son
bastante armónicas (15).
Figura 5. AngioTAC postoperatorio donde se aprecia bypass fémo-
ro-femoral transperineal permeable y con un trayecto acorde a la
anatomía local que atraviesa (Dr. Rodríguez Morata).