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                Andrés Salgado-Miranda
              
            
            
              
                Exacerbación inmunohistológica de la queratoconjuntivitis vernal
              
            
            
              larización corneal con cicatrices subepiteliales a estados de ecta-
            
            
              sias corneales como el queratocono, ocasionando disminución de
            
            
              la agudeza visual en un 6% de pacientes e incluso ceguera (1, 2).
            
            
              La QCV tiene una distribución mundial y es más frecuente
            
            
              en zonas áridas con clima cálido como el área del mediterráneo.
            
            
              Es una patología poco frecuente que sólo representa el 0,5 al 1%
            
            
              de las conjuntivitis pero, origina el 46% de los procesos alérgicos
            
            
              oculares (3). D. Bremond y colaboradores determinaron una pre-
            
            
              valencia de 3,2 por 10.000 habitantes para QCV en Europa (2).
            
            
              Es una enfermedad que se presenta frecuentemente en pacien-
            
            
              tes del sexo masculino, el 65% de pacientes presenta una histo-
            
            
              ria personal o familiar de atopia (3), con una media de comienzo
            
            
              apenas más temprano en los niños que en las niñas entre los 6 y
            
            
              7 años de edad con una relación que varía dependiendo de las
            
            
              series, entre 4:1 y 2:1 hasta la pubertad y a los 20 años esta re-
            
            
              lación se aproxima a 1:1. (4). La QCV tiene una duración de 4 a
            
            
              8 años desapareciendo justo antes de la pubertad, aunque en
            
            
              ocasiones puede prolongarse y desarrollar una condición ocular
            
            
              que es indistinguible de la queratoconjuntivitis atópica típica del
            
            
              adulto (4).
            
            
              La alergia ocular es una respuesta anormal de hipersensibi-
            
            
              lidad del sistema inmune a antígenos comunes que puede ocurrir
            
            
              por un proceso mediado por inmunoglobulina E (IgE), por linfoci-
            
            
              tos T o una combinación de ambas (6, 7, 8). En la QCV la respues-
            
            
              ta inmune está asociada a una reacción de hipersensibilidad tipo
            
            
              I y tipo IV a la que se suman una mayor infiltración conjuntival
            
            
              especialmente de eosinófilos así como de macrófagos y neutró-
            
            
              filos que producen quimioquinas y citoquinas principalmente la
            
            
              interleuquina (IL) 2 que permite la estimulación del crecimiento
            
            
              y diferenciación de los linfocitos T (9, 10). La activación directa a
            
            
              través de linfocitos T específicos o de células dendríticas pueden
            
            
              ser vías alternativas para iniciar la reacción sin que la IgE medie el
            
            
              proceso. De hecho la IgE se encuentra solo en el 50% de pacientes
            
            
              lo que apoya el concepto de que existe una vía que no se activa
            
            
              por IgE (6, 10).
            
            
              La mayoría de casos de conjuntivitis alérgica pueden ser
            
            
              controlados con lágrimas artificiales, evitando los posibles desen-
            
            
              cadenantes de la enfermedad y utilizando fármacos estabilizado-
            
            
              res de la membrana mastocítica (15), pero en el caso de la QCV es
            
            
              difícil mantener a los pacientes únicamente con este tratamiento
            
            
              por lo que se requiere añadir corticoides tópicos. Sin embargo
            
            
              el uso prolongado de corticoides tópicos puede producir un ries-
            
            
              go iatrogénico de cataratas, glaucoma, infecciones y retraso en
            
            
              la reparación corneal, de ahí la importancia de encontrar trata-
            
            
              mientos alternativos con una potencia antiinflamatoria mayor y
            
            
              que reduzcan significativamente el uso de corticoides y mejore el
            
            
              estado clínico del paciente. (4, 5, 11, 13).
            
            
              En este contexto el tacrólimus, también conocido como
            
            
              FK506, emerge como una nueva alternativa que se suma a las
            
            
              pautas terapéuticas antes descritas para tratar la QCV. El tacróli-
            
            
              mus es un macrólido derivado de
            
            
              
                Streptomyces tsukubaensis
              
            
            
              (17,
            
            
              18) inicialmente utilizado para prevenir el rechazo en el trasplan-
            
            
              te renal, hepático, cardíaco, pulmonar, pancreático y de médula
            
            
              ósea. A nivel oftalmológico se ha utilizado como fármaco alter-
            
            
              nativo en enfermedades refractivas al tratamiento convencional
            
            
              como la conjuntivitis crónica cicatrizal, la escleritis necrotizante,
            
            
              la escleritis nodular y la úlcera de Mooren y para prevenir el re-
            
            
              chazo del trasplante corneal y limbar debido a su alto poder in-
            
            
              munosupresor (12, 13, 14, 15, 16, 19).
            
            
              El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos terapéuti-
            
            
              cos de la pomada de tacrólimus en la queratoconjuntivitis vernal.
            
            
              
                MATERIAL Y MÉTODOS
              
            
            
              
                Diseño del estudio
              
            
            
              Realizamos un estudio descriptivo retrospectivo de serie de
            
            
              casos, de los pacientes diagnosticados de QCV en el Hospital Clí-
            
            
              nico Universitario San Cecilio (Granada, España), entre enero de
            
            
              2009 a junio de 2013,
            
            
              Para determinar la gravedad de la QCV y la efectividad de
            
            
              la pomada de tacrólimus se utilizó clasificación de exacerbación
            
            
              para enfermedad alérgica conjuntival 5-5-5 y propuesta por Shoji
            
            
              J, et al (22).
            
            
              
                Selección de Pacientes
              
            
            
              Para la inclusión de los pacientes en el estudio se utilizaron
            
            
              los criterios modificados de Ramírez et al (23):
            
            
              Edad de aparición de los primeros síntomas entre 3 y 7 años.
            
            
              Presencia de uno o más de los siguientes signos: papilas, hi-
            
            
              peremia conjuntival, quemosis, nódulos de Horner Tantras, que-
            
            
              ratitis superficial, pseudogerontoxon, úlcera en escudo, pannus
            
            
              corneal.
            
            
              Presencia de 3 o más síntomas en los últimos 6 meses pre-
            
            
              vios al diagnóstico: prurito ocular, lagrimeo, sensación de cuerpo
            
            
              extraño ocular (SCE), fotofobia, secreción ocular.
            
            
              Respuesta clínica insatisfactoria con antihistamínicos, esta-
            
            
              bilizadores de la membrana del mastocito, corticoide tópico y/o
            
            
              lubricantes oculares.
            
            
              Manifestaciones clínicas intermitentes o continuas durante
            
            
              al menos 1 año.
            
            
              Estudio iconográfico.
            
            
              Pacientes con consentimiento informado, firmado por el re-
            
            
              presentante del menor, para la aplicación tópica ocular de poma-
            
            
              da de tacrólimus al 0.03% para uso compasivo del medicamento.
            
            
              Se excluyeron a los pacientes que tuvieran en los últimos 3
            
            
              meses previos al inicio del estudio, infecciones oculares, trauma
            
            
              ocular u otras enfermedades concomitantes del ojo o del sistema
            
            
              lacrimonasal.
            
            
              Todos los pacientes y sus representantes legales fueron in-
            
            
              formados sobre el tratamiento, los posibles beneficios y efectos
            
            
              adversos.
            
            
              
                RESULTADOS
              
            
            
              El grupo de estudio estuvo formado por 4 pacientes, 3 hom-
            
            
              bres (75%) y 1 mujer (25%). En el momento del diagnóstico todos
            
            
              los pacientes tenían menos de 7 años de edad. Aplicando la clasi-
            
            
              ficación de exacerbación para la enfermedad alérgica conjuntival
            
            
              5-5-5 (22), el 100 % de pacientes tenían un diagnóstico de QCV
            
            
              moderada en base al puntaje obtenido (media de 105 puntos
            
            
              +/- 5.5). Se observó una queratopatía epitelial exfoliativa en el
            
            
              75% de pacientes. En todos los pacientes, previo al tratamiento
            
            
              con tacrólimus se administró, durante una mediana de 2 años
            
            
              (SD +/- 0.57), antihistamínicos y/o corticoides tópicos de forma
            
            
              intermitente según la sintomatología y gravedad del cuadro que
            
            
              presentara el paciente. Tras no apreciarse mejoría significativa se
            
            
              inició tratamiento con pomada de tacrólimus al 0.03%. Tras un
            
            
              período de 3 meses (SD +/- 1.2) de tratamiento, se evidenció una
            
            
              mejoría clínica significativa basándonos en el puntaje obtenido
            
            
              aplicando la clasificación de exacerbación para enfermedad alér-
            
            
              gica conjuntival 5-5-5 (22), evolucionando de QCV moderada a
            
            
              QCV leve. No se observaron efectos secundarios asociados a los
            
            
              tratamientos empleados, tanto al uso de corticoide como al uso
            
            
              de tacrólimus tópico.
            
            
              
                DISCUSIÓN
              
            
            
              El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos
            
            
              terapéuticos de la pomada de tacrólimus en la queratoconjuntivitis
            
            
              vernal. Este estudio de casos mostró que el uso de pomada de
            
            
              tacrólimus al 0.03% es un tratamiento seguro y efectivo para
            
            
              pacientes con QCV refractario al tratamiento convencional. Todos
            
            
              los pacientes mostraron una mejoría clínica de los signos y los
            
            
              síntomas iniciales, sin reportarse efectos adversos severos, punto
            
            
              que ha generado preocupación en el campo oftalmológico, ya
            
            
              que no existen estudios a largo plazo que evalúen la seguridad
            
            
              a nivel ocular. Sin embargo a nivel dermatológico este tema ha
            
            
              sido investigado ampliamente sin que se encuentren efectos
            
            
              secundarios graves (29). La valoración inicial, el diagnóstico y
            
            
              el seguimiento de los pacientes afectos con QCV es un proceso