Historia, Conmemoraciones y Aniversarios
In memorian por la pérdida del patólogo Juan Rosai
Juan Rosai, in memorian
Actual. Med. 2020; 105 : (810): 130-131 DOI: 10.15568/am.2020.810.hca01
Enviado: 15-06-2020
Revisado: 23-06-2020
Aceptado: 02-07-2020
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El 7 de julio del 2020, en tiempos de pandemia, falleció en su Italia natal (en Milán) el más importante patólogo del último medio siglo. (1)
Juan Rosai (bautizado como Giovanni, castellanizado más tarde en Argentina) nació el 20 de agosto de 1940 en Poppi, un pequeño municipio toscano en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Con 8 años, su familia se ve obligada a emigrar a la Argentina, como consecuencia de la crisis económica derivada del conflicto bélico.
Asentado en el país sudamericano, se matricula en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires a los 15 años de edad. Allí conocerá al patólogo Eduardo Lascano (discípulo del insigne neurohistólogo español en el exilio Pío el Río-Hortega), quién influirá de manera determinante en él, y lo animará a formarse como especialista en Anatomía Patológica bajo su tutela. Hemos de reseñar en este momento la importancia de un maestro que guíe en el camino a un discípulo. (2–3)
Cuando Rosai era asistente de Anatomía Patológica en el Hospital Regional del Mar del Plata, se cruza en su camino la profesora Lauren Ackerman, que le invitó a mejorar su formación en Sant Louis (Estados Unidos) en la Facultad de Medicina de la Universidad de Whasington y en el Hospital de Barnes; permaneciendo en esta posición clínico-docente hasta 1974. Es durante esta estancia cuando describe un proceso conocido como histiocitosis sinusal con linfadenopatía masiva (1969), entidad que más adelante será denominada enfermedad de Rosai-Dorfman.
En 1974, con 34 años, Juan Rosai es propuesto como profesor y director de Anatomía Patológica de la Universidad de Minesota. En 1985 se traslada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Havenn (Connecticut), y entre 1991 y 1999 acepta el puesto de Profesor y Jefe de Patología en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en la ciudad de Nueva York.
Pese a su proyección y reputación internacional Juan Rosai mantuvo lazos con su país natal siendo profesor visitante en la Universidad de Florencia y de Bolonia (1982-1983). Finalmente, se traslada de manera definitiva en el año 2000 como presidente del Departamento de Anatomía Patológica del Istituto Nazionale dei Tumori (Instituto Nacional del Cáncer) en Milán, Italia. En 2005, se crea el Centro de Consultas de Patología Oncológica, centrado en la patología quirúrgica fundamentalmente de tipo oncológico y ubicado en la misma ciudad. Allí, Rosai continua su labor docente y como consultor experto. (2-3)
Juan Rosai describió por primera vez entidades como la histiocitosis sinusal con linfadenopatía masiva (enfermedad de Rosai-Dorfman, ya comentada), el tumor carcinoide tímico, el tumor desmoplásico de células pequeñas y redondas y el tumor de células foliculares dendríticas. Entre sus áreas de interés destaca el mediastino: tiroides y timo (4), así como las partes blandas la hematopatología y la dermatopatología. No obstante, ninguna subespecialidad escapaba de su interés. (2,5)
Rosai y sus colaboradores implantaron la inmunohistoquímica y los estudios moleculares, incorporándolo no sólo en sus publicaciones, sino en sus diagnósticos diferenciales de manera muy precoz.
El profesor Rosai ha destacado en amplias parcelas de la anatomía patológica: ha publicado centenares de artículos científicos y libros, impartiendo seminarios, cursos y docencia en todos los continentes. Pero su mayor aportación, sin menospreciar ninguna de ellas, es el libro de texto “Rosai and Ackerman’s Surgical Pathology”. Este texto, traducido a varios idiomas, se ha convertido en el manual de referencia para todo especialista en Anatomía Patológica: una herramienta de aprendizaje irremplazable durante la etapa formativa como médico interno residente y un instrumento de consulta imprescindible incluso para profesiones expertos. Su contenido no solo permite a los profesionales un conocimiento amplio y completo sobre la Anatomía Patológico, sino que además influye de manera fundamental en el diagnóstico clínico y las decisiones terapéuticas de enfermedades complejas y graves. (2,3)
De manera general, la figura del médico anatomopatólogo es muy poco conocida, muchas veces incluso para los distintas especialidades médicas, especialmente cuando están alejadas de la patología quirúrgica, sin embargo la multidisciplinaridad de esta especialidad se veía reflejada de manera integral en el Profesor Rosai, no sólo en diagnósticos brillantes sino en su capacidad de generar entusiasmo, capacidad para investigar y ofrecer a sus discípulos la manera más socrática de la transmisión del saber: generar duda dentro del pragmatismo. (2,6)
En la dimensión del trabajo diario, en palabras de sus colaboradores y discípulos, considero oportuno traer aquí las palabras del ex Presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), el Prof. Dr. Aurelio Ariza: “observar a Juan Rosai en plena acción en su despacho, en el momento de dar cada día respuesta a las decenas de consultas recibidas desde todo el mundo. Tras ser informado por el fellow del motivo de la consulta, mientras examinaba las preparaciones en el microscopio iba elaborando su diagnóstico diferencial y haciendo comentarios sobre las entidades a considerar. Con frecuencia, al llegar a este punto, se levantaba y se dirigía a las estanterías que cubrían las paredes, atiborradas de múltiples revistas de la especialidad dispuestas en volúmenes encuadernados.
De forma precisa seleccionaba un volumen, lo abría por una cierta página y mostraba a los presentes (residentes y visitantes) el artículo seminal sobre la entidad en cuestión. Mientras el volumen corría de mano en mano, él ya había localizado en sus archivos de diapositivas una imagen macroscópica de un caso similar, que el fellow proyectaba sobre una pantalla y él comentaba brevemente. Sin que el fellow hubiese tenido tiempo aún de extraer la diapositiva y apagar el proyector, ya estaba preguntando por el siguiente caso y así hasta verlos todos. Luego, sin más ayuda que su propia memoria, dictaba las cartas de respuesta a cada una de las consultas. Todo ello en medio de frases en inglés, castellano o italiano dirigidas a los visitantes del día y conversaciones telefónicas en cualquiera de esas lenguas con cualquier punto del planeta”. (2)
Uno de los rasgos que más define al maestro es la transmisión del conocimiento a sus discípulos, para que sean capaces de avanzar aun más en el camino. Juan Rosai ha plantado la semilla de la patología en cientos de patólogos que se han formado y ampliado sus conocimientos bajo la tutela de su magisterio, muchos de ellos españoles que luego han ocupado posiciones relevantes en la Universidad Española. Ese elenco, tributario y deudor de sus aportaciones, ha de servir como relevo necesario a las nuevas generaciones de patólogos, y entregar el testigo potenciando la investigación dirigida por patólogos, la carrera académica en sus distintas posiciones y por supuesto generar en la sociedad española la divulgación necesaria para dar la importancia al diagnóstico histopatológico y sus implicaciones en el tratamiento de las distintas enfermedades oncológicas o no.
Juan Rosai tuvo una constante relación con España. Fue investido Doctor Honoris Causa en 1999 por la Universidad de Santiago de Compostela, a propuesta del Profesor Forteza, y asiduo del Camino de Santiago, actividad que alternaba con ponencias sobre patología entre los años 2004 y 2010. Acogió en su seno investigador y docente a cuantos españoles quisieron para ampliar sus conocimientos. (6)
En definitiva, la figura de Rosai, no será más que la de un referente que durará varios lustros entre los que lo estudiamos primero por obligación, segundo por revisión y en último lugar por placer. Alguien a quien acudir en los momentos de ayuda diagnóstica y además una referencia para una especialidad transversal entre naciones. Juan Rosai dejó multitud de escritos, pero sobre todo discípulos que continuaron con su entusiasmo, su dedicación y su magisterio, siendo una figura a la que seguir y un reclamo para una sociedad tan falta de referentes intelectuales sólidos. Los patólogos ante los nuevos avances de la biología molecular y su implicación en diagnóstico tienen una oportunidad histórica, que en palabras de Rosai: no podemos permitirnos perder. (7)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- ↑ Nota de prensa Yale School of Medicine, 14 de julio de 2020. Disponible en: https://medicine.yale.edu/news-article/26008/
- ↑ Ariza A. Juan Rosai (1940-2020). Rev Esp Patol. 2020. Artículo en prensa. DOI: 10.1016/j.patol.2020.07.001
- ↑ Damjanov I. In Memoriam: Juan Rosai. The Pathologist. 2020. Disponible en: https://thepathologist.com/outside-the-lab/in-memoriam-juan-rosai
- ↑ Suster S, Rosai J. Histology of the normal thymus. Am J Surg Pathol. 1990. 14(3):284-303.
- ↑ Rosai J, Dorfman RF. Sinus histiocytosis with massive lymphadenopathy: a newlyrecognized benign clinicopathologic entity. Arch Pathol. 1969;87:63–70.
- ↑ Nota de Prensa de El Correo Gallego, del 11 de julio del 2020. Disponible en: https://www.elcorreogallego.es/santiago/pesar-por-el-fallecimiento-del-patologo-juan-rosai-FE3879421
- ↑ Rosai J. Pathology: a historical opportunity. Am J Pathol. 1997 151(1):3-6.
INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
Autor para la correspondencia: Fernando Leiva-Cepas. Departamento de Ciencias Morfológicas y Sociosanitarias. Facultad de Medicina y Enfermería. Universidad de Córdoba. Avenida Menéndez Pidal s/n. · 14004, Córdoba. E-mail: fernando.leiva.sspa@juntadeandalucia.es