Revisión
Ecografía en Patología Folicular
Ultrasonography In Hair Follicle Pathology
Actual. Med. 2014; 99: (793). Supl. 42-68
RESUMEN
La ecografía del pelo y el folículo pilosebáceo es un nuevo abordaje en el estudio de la patología folicular de manera no invasiva. Mediante esta técnica se puede estudiar la estructura íntima del pelo y sus variaciones fisiológicas como las que sufre en el ciclo folicular y las patológicas como se puede apreciar en las alopecias. El papel que pueda tener esta novedosa técnica en la tricología está por ser establecido.
Palabras clave: Ecografía de alta frecuencia, ecografía dermatológica, ecografía cutánea, ecografía del pelo, alopecia
ABSTRACT
Follicular and hair ultrasonography is a new way of assessing follicular pathology from a non –invasive point of view. Hair structure and its physiological and pathological changes such as hair cycle variations and alopecia can be assessed closely with ultrasonography. The role of this new technique may play in trichology remains to be stablished
Keywords: High frequency ultrasound, dermatologic ultrasonography, skin ultrasonography, hair ultrasonography, alopecia
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Anatomía del pelo y el folículo
El pelo es una estructura en forma de hilo, filiforme, que nace de un folículo piloso en la piel de los mamíferos. Consiste en un tallo que se proyecta por encima de la piel y una raíz introducida en la misma (fig.1). Otros autores denominan a la porción inserta en la piel folículo piloso. El tallo del pelo, parte visible del pelo, que protruye a través de la piel, está constituida por capas de células muertas queratinizadas y fusionadas. La proteína que hay dentro de las células muertas es la queratina. Un folículo piloso ancla cada pelo en la piel. La parte más profunda de la raíz, terminal, expande formando el Bulbo Piloso (fig. 2). El bulbo piloso es la parte más profunda, base, del folículo piloso. En el bulbo piloso, las células vivas se dividen y dan lugar al crecimiento del tallo. En el bulbo piloso penetran vasos y tejido conjuntivo formando la papila. Mediante la Papila, los vasos sanguíneos irrigan las células de la matriz del bulbo piloso y liberan hormonas que modifican el crecimiento del pelo a lo largo de la vida. En la parte alta, más superficial del folículo piloso desembocan las glándulas sebáceas (folículo pilosebáceo) (fig. 2) y en las partes donde hay glándulas apocrinas, por ejemplo en la axila, la glándula apocrina desemboca en el folículo piloso, cerca de su superficie. Insertándose en el folículo piloso y en la superficie profunda de la dermis existe una estructura muscular, el musculo piloerector.
El tallo del pelo tiene tres capas concéntricas la medula, la corteza y la cutícula (fig. 3 y 4). La cutícula, que es la capa más superficial en la parte visible del pelo, tallo, está formada por 6 a 11 capas de células apuestas unas sobre otras a modo de escamas. Forma una fina capa incolora que protege a la corteza. La cutícula permite que el pelo se pueda estirar y sea resistente al agua. La corteza es la capa principal del pelo está compuesta de células fusiformes alargadas rellenas de queratina, una proteína densa y fibrosa. La corteza es la responsable del color del pelo. También puede contener gránulos pigmentarios, melanina, y unas estructuras ovoides o redondas denominadas cuerpos ovoideos. La melanina es sintetizada por meloncitos que se encuentran en el bulbo del folículo. Con la edad esos melanocitos desaparecen y, al no sintetizarse melanina, el pelo se vuelve de color gris. La corteza hace al pelo flexible y resistente a la tensión. La medula es el cuerpo central del pelo y puede contener aire. La medula no está presente en todos los pelos, solo en los largos y gruesos del cuero cabelludo. En los pelos humanos la medula tiene una estructura amorfa.
Crecimiento
Los folículos pilosos crecen en ciclos que se repiten. Un ciclo se divide en tres fases: Anagen o periodo de crecimiento; catagen o fase de transición y telogen o fase de descanso (fig. 5) pelo se encuentra en una de las tres fases, sin relación con los pelos vecinos. En la fase anagen se encuentran el 85 % de los pelos en un momento dado. Dura de dos a seis años. El pelo crece aproximadamente 10 centímetros al año y es poco probable que llegue a medir más de un metro de largo. Al final de la fase anagen, el pelo entra en la fase catagen durante la cual el pelo se acorta aproximadamente hasta 1/6 de su longitud; la parte inferior se destruye y la zona de la Papila se separa del resto del folículo piloso. En la fase telogen o fase de descanso y que normalmente dura de 5 a 6 semanas, el pelo no crece pero permanece unido al folículo. La papila se encuentra también en la fase de descanso debajo. Aproximadamente el 10 al 15 % de los pelos se encuentran en esta fase en un momento dado. Al final de la fase telogen se entra en la fase anagen. En ese momento la papila, en la base del folículo se une de nuevo al resto del folículo y comienza a formarse pelo de nuevo. El pelo viejo que no se haya desprendido es presionado por el nuevo y expulsado del folículo.
Ecografía del Pelo
Técnica
Para explorar el pelo con ecografía es imprescindible hacerlo después de depositar sobre la superficie de la piel una gruesa capa de gel sobre la que se coloca la sonda. Se deben de usar sondas de alta resolución, preferentemente de 18 a 22 Megahercios.
Aspecto ecográfico
En ecografía (figs. 6-12), el tallo del pelo, parte libre, se ve como estructuras ecogénicas lineales de un grosor de 0,2 mm y que pueden verse como monocapa ecogénica o como tricapa (2), según la resolución de la sonda o según que el plano de corte interese todas las capas (complejo cutícula- córtex y médula) (3) o solo algunas. La raíz se ve como una estructura ecogénica lineal que cruza la dermis de forma oblicua y penetra parcialmente en la hipodermis. Con sondas de buena resolución se ve un fino halo hipoecoico rodeando a la estructura ecogénica lineal correspondiente a la raíz del pelo. La estructura ecogénica lineal correspondiente a la raíz, se ve que penetra en la hipodermis y se engruesa correspondiendo esa parte al bulbo piloso, aunque su posición varía en profundidad según la fase en que se encuentre el folículo piloso (3), anagen, catagen o telogen. En la fase de telogen el bulbo piloso es superficial mientras que en la anagen está situado en el tejido celular subcutáneo; en la fase de catagen está situado en una posición intermedia. En el cuero cabelludo la densidad de folículos pilosos, detectados por ecografía es un buen índice para valorar la calvicie (1).
Patología del folículo pilosebáceo
Las alteraciones del folículo pilosebáceo pueden deberse al aumento de cantidad (hipertricosis, hirsutismo) o a su disminución en cantidad (alopecias). Estos procesos, sobre todo las alopecias, habitualmente asocian la presencia de inflamación previa a la alopecia en el caso de las alopecias inflamatorias o miniaturización asociada a las alopecias de carácter hormonal como la alopecia androgénica (4).
Dentro de las alopecias, clásicamente podemos diferenciarlas en cicatriciales o no cicatriciales en función del potencial destructivo de la alopecia (5).
En ese sentido, la sospecha de una alopecia cicatricial conlleva siempre la necesidad de una biopsia que confirme y aporte datos histopatológicos sobre la posible etiología de la misma. La ecografía cutánea permite realizar una evaluación del folículo pilosebáceo de manera no invasiva.
Ecografía de las alopecias no cicatriciales más frecuentes
Alopecia androgenética
La alopecia androgenética se debe tanto en el hombre como en la mujer al aumento de sensibilidad a los andrógenos o sus metabolitos. Esta sensibilidad se manifiesta como una disminución en el tamaño del folículo o miniaturización.
En un reciente artículo, la Dra. Worstman (1) recoge las características ecográficas de 33 individuos con alopecia androgenética frente a 10 sujetos sin alopecia. Los datos ecográficos más característicos de alopecia androgenética frente a sujetos sin alopecia fueron una menor profundidad de los mismos (fig.13). Este estudio se realiza un estudio ex vivo de los folículos y se encuentra que los folículos pilosebáceos de los pacientes con alopecia androgenética presentaban un patrón bilaminar y trilaminar en comparación con los sujetos control.
Alopecia Areata
En el caso de la alopecia areata se pueden apreciar la presencia de folículos que tienden a ser más gruesos que en los pacientes sin alopecia (fig. 14) sin aumento de flujo local. Este patrón podría corresponderse con la presencia del infiltrado linfocítico perifollicular que se aprecia en la anatomía patológica de la enfermedad (5).
Ecografía de las alopecias no cicatriciales más frecuentes
Liquen plano pilaris, alopecia frontal fibrosante
En el liquen plano pilar, como manifestación del liquen plano a nivel folicular se caracteriza clínicamente por la presencia de pápulas violáceas descamativas perifoliculares. La alopecia frontal fibrosante es considerada en la actualidad como una variante final de esta enfermedad en la que se aprecia también desde el punto de vista histológica un infiltrado linfocítico variable con la progresiva cicatrización de los folículos (6) (7).
Desde el punto de vista de la ecografía cutánea, los folículos en este tipo de alopecia se aprecian también engrosados y en ocasiones presentan refuerzo posterior (fig 15). No se suele apreciar aumento de flujo sanguíneo a nivel local.
Foliculitis decalvante o suffodiens
La foliculitis decalvante forma parte de los procesos inflamatorios asociados a la tétrada de la oclusión folicular (acné conglobata, acné queloideo de la nuca, hidradenitis supurativa), caracterizados con la presencia de comedones asociados a la presencia de inflamación folicular o perifolicular intensa (8). Desde el punto de vista ecográfico, existe una inflamación que se menos delimitada que en procesos anteriores, que se extiende hacia dermis e incluso tejido celular subcutáneo, similar a los hallazgos que se pueden encontrar en la hidradenitis supurativa (fig. 16). Suele asociar un aumento de flujo sanguíneo evidenciado mediante Doppler, asociado a las áreas hipoecoicas dermosubdérmicas perifoliculares.
Aplicaciones prácticas y futuro de la ecografía en estudio del folículo pilosebáceo y sus enfermedades
En el estudio del folículo pilosebáceo, la ecografía del folículo pilosebáceo podría ayudar al estudio de las enfermedades inflamatorias del cuero cabelludo con la ventaja de ser un método no invasivo. La presencia o ausencia de inflamación es útil a la hora de realizar el tratamiento de las enfermedades del cuero cabelludo, ya que si el folículo persiste en su inflamación puede llevar a una alopecia definitiva. La monitorización por métodos no invasivos como la tricoscopia está siendo de ayuda a la hora de guiar los tratamientos en estos pacientes (9)
Las nuevas técnicas de implante folicular requieren de una evaluación previa del área donde se implantarán estas unidades foliculares y la inflamación subclínica podría ser deletérea en el proceso de implante folicular al disminuir las posibilidades de que este folículo quede implantado (10). La ecografía folicular podría ser de ayuda en la detección de inflamación subclínica e incluso a la hora de valorar la eficacia de otros tratamientos como el plasma rico en plaquetas (11)
En el desarrollo de esta técnica en el estudio de las enfermedades foliculares quedan por establecer los patrones y las diferencias entre el cuero cabelludo normal y las diferentes enfermedades del folículo para así establecer una serie de patrones y medidas que permitan de manera objetiva una valoración del estado de salud folicular.
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INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
Autor para la correspondencia: Fernando Alfageme. E-mail: feralfarol@yahoo.es