Aula de Medicina Interna

Síndrome COVID-19 prolongado: un nuevo reto para la Medicina Interna

Prolonged COVID-19 syndrome: a new challenge for Internal Medicine

Martín-Garrido, I.1; Medrano Ortega, F.J.2; Bianchi-Llave, J. L.3

1 Consulta multidisplinar de atención a pacientes con Síndrome post-COVID-19. Servicio de Medicina Interna, Hospital U. Virgen del Rocio de Sevilla
2 Vocal por Sevilla de la Sociedad Andaluza de Medicina Interna
3 Presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Interna

Actual Med. 2020; 105(811): 253-255 DOI: 10.15568/am.2020.811.ami01

Recibido: 15/11/2020
Revisado: 21/11/2020
Aceptado: 29/11/2020

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Desde que en diciembre de 2019 se describiera en la ciudad china de Wuhan el primer caso de infección por el coronavirus tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo grave tipo 2 (SARS-CoV-2) (1), este nuevo patógeno se ha extendido hasta alcanzar proporciones de pandemia en poco tiempo y, actualmente, se han comunicado más de 102 millones de casos confirmados de la infección en todo el mundo, y más de 2,2 millones de personas han muerto a causa de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) (2).

Aunque la comunidad científica y médica ha realizado esfuerzos sin precedentes para secuenciar, diagnosticar, tratar y prevenir la COVID-19, los efectos persistentes de la infección después de la fase aguda son aun escasamente conocidos.

Cada vez está más claro que muchos pacientes con infección por SARSCoV-2, incluso aquellos leves, pueden desarrollar síntomas duraderos que pueden tener consecuencias incapacitantes. Los estudios hasta la fecha sobre los efectos prolongados de la infección por SARS-CoV2 son limitados, lo que impide una definición precisa de sus síntomas y conocer de forma precisa prevalencia. Los resultados de un meta-análisis en fase de pre-publicación, en el que se incluyen estudios publicados hasta el 1 de enero de 2021 con un total de 47910 pacientes, indican que el 80% de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 desarrollaron uno o más síntomas a largo plazo, describiéndose un total de 55 síntomas, signos y alteraciones analíticas (3).

El primer problema en este escenario es conseguir unos criterios uniformes para definir este cuadro clínico tan polimorfo y heterogéneo. En este sentido, el 18 de diciembre de 2020 el National Insitute for Health and Care Excellence (NICE) publicó una guía (4) donde diferencian las siguientes fases de la enfermedad: (i) fase aguda (del día 0 hasta las cuatro semanas después del inicio de la clínica); (ii) COVID-19 sintomática continua (signos y síntomas de COVID-19 desde la semana cuatro a la semana 12 tras el inicio de la clínica); (iii) síndrome post-COVID-19 (signos y síntomas que se desarrollan durante o después de una infección compatible con COVID-19, continúan durante más de 12 semanas y no se explican mediante un diagnóstico alternativo). La denominación COVID-19 prolongado se utiliza para describir los signos y síntomas que continúan o se desarrollan después del COVID-19 agudo, incluyendo en este término a los dos últimos grupos.

Igualmente, en nuestro país, la Sociedad Española de Medicina General (SEMG) ha publicado los datos de una encuesta realizada en pacientes con “COVID persistente”, término acuñado por esta Sociedad, para referirse al complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido la COVID-19 (con diagnóstico confirmado o sin él), y que permanecen con síntomas tras la fase aguda de la enfermedad (5).  En esta encuesta participaron 2.120 pacientes, de los cuales 1.834 presentaban síntomas compatibles con COVID persistente. Se incluyeron pacientes de todas las edades, el 79% fueron mujeres, con una edad media de 43 años. Se recogieron un total de 200 síntomas que fluctuaban en el tiempo, con una media de 36 síntomas por persona y se detectó un gran impacto en la calidad de vida con una incapacidad notable a la hora de realizar actividades básicas de la vida diaria (aseo, trabajar fuera de casa, obligaciones familiares, etc.).

En la revisión sistemática realizada por Lopez-Leon (3), los síntomas más frecuentes que presentaban estos pacientes fueron: fatiga (58%), dolor de cabeza (44%), trastorno de atención (27%), caída del cabello (25%) y disnea (24%).  En la encuesta realizada por la SEMG los síntomas más prevalentes fueron, cansancio/astenia (95,91%); malestar general (95,47%); dolores de cabeza (86,53%); bajo estado de ánimo (86,21%); dolores musculares o mialgias (82,77%); falta de aire o disnea (79,28%); dolores articulares (79,06%); falta de concentración/déficit atención (78,24%); dolor de espalda (77,70%); presión en el pecho (76,83%); ansiedad (75,46%); febrícula (75%); tos (73,2%); fallos de memoria (72,63%); dolor en el cuello/en las cervicales (71,32%); diarrea (70,83%); dolor torácico (70,12%); palpitaciones (69,85%); mareos (69,36%); y hormigueos en las extremidades o parestesias (67,28%).

La prestigiosa revista Nature Medicine, lanzaba en diciembre de 2020 un nuevo desafío a la comunidad científica: abordar y dar soluciones al síndrome COVID-19 prolongado (6). En el cuidado de los pacientes con COVID-19 prolongado hay que tener en cuenta que los pacientes presentan una amplia gama de síntomas que podrían requerir la participación de múltiples especialistas, lo que puede resultar en una pesadilla logística para el paciente que busca diagnóstico y tratamiento. Por tanto, se necesita un enfoque más integrado para aliviar la carga que pesa sobre el paciente y mejorar la atención. Están surgiendo unidades multidisciplinares para la atención de pacientes con COVID prolongado, como las que ya existen en los Hospitales Mount Sinai de Nueva York y Penn-Presbyterian de Pensilvania. Más recientemente, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido ha anunciado la próxima creación en todo el país de 40 unidades clínicas para el tratamiento de esta entidad (6).

Los internistas, como especialistas integrales con formación polivalente y vocación por la innovación, somos capaces de adaptarnos con rapidez y eficiencia a los cambios de la medicina actual, como hemos demostrado previamente en el liderazgo de la atención a los pacientes con infección por VIH, multimorbilidad o enfermedades crónicas complejas, o en el desarrollo de nuevas fórmulas asistenciales como la hospitalización a domicilio.

Al formular la respuesta del sistema de salud a la pandemia de COVID-19, debemos contemplar el verdadero coste de las consecuencias crónicas de la infección por SARS-CoV-2, y se deben diseñar estrategias para brindar atención integral a quienes padecen secuelas de larga duración.

En este sentido en España, se han planteado ya en algunos hospitales la creación de consultas o unidades monográficas de atención a pacientes con síndrome post-COVID19, así como el desarrollo de diferentes documentos de consenso para ello.

La participación de la Medicina Interna andaluza en la actual pandemia que estamos viviendo es incuestionable. Según datos de los servicios de Medicina Interna andaluces, los internistas, como en otras Comunidades Autónomas, son responsables de la atención de más del 85% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 (7). Además, los internistas españoles han desarrollado uno de los mayores registros clínicos sobre COVID-19 en el mundo en el que se incluyen ya más de 18000 pacientes (8).

Desde nuestra sociedad, consideramos que sería fundamental que la oferta profesional se comenzara a realizar basada en una atención multidisciplinar en estrecha colaboración con atención primaria, como ya se ha hecho patente en la participación en la reunión del Proyecto MARCO-19 junto con otras 27 sociedades científicas y de pacientes el pasado 28 de Enero (Infosalus.com). En este sentido, en los Servicios de Medicina Interna andaluces se han comenzado ya a crear unidades para la atención multidisciplinar de pacientes con síndrome COVID-19 prolongado, que complementan a algunas ya existente para el seguimiento de las secuelas respiratorias post-COVID, en su mayoría dependientes de Neumología.

Las características que debe tener una unidad para el manejo integral del Síndrome post-COVID serían la participación de especialistas en Medicina Interna, Neumología, Neurología, Salud Mental y Rehabilitación y la participación de Enfermería especialmente implicada en la Gestión de Casos, en estrecho contacto con los profesionales de Atención Primaria.

Los objetivos fundamentales de estas unidades serían:

  • Definir el espectro clínico e historia natural de esta nueva entidad
  • Descartar en los pacientes con sospecha de síndrome post-COVID la presencia de otras patologías no relacionadas con esta infección.
  • Evaluar su afectación funcional.
  • Identificar agrupaciones sintomáticas o cluster de pacientes y sus necesidades para programar intervenciones concretas.
  • Evaluar la eficacia y seguridad de estas intervenciones sanitarias en ensayos clínicos controlados.

Existe una clara necesidad de estudios de cohortes prospectivos, robustos y controlados, incluyendo diferentes poblaciones y entornos en riesgo, incorporando investigaciones apropiadas, recopilados y registrados de forma estandarizada.

Es una oportunidad única para la comunidad científica (y la sociedad) de cambiar su visión de la patología funcional tal y como la entendemos a día de hoy, dar un paso adelante por los pacientes con COVID (por ellos y los que comparten con ellos características clínicas como son los que padecen síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica), buscar marcadores biológicos, mejores diagnósticos e investigar en terapias eficaces. Y este reto debe ser asumido, como en ocasiones anteriores, por los internistas andaluces.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Hannah Ritchie EO-O, Diana Beltekian, Edouard Mathieu, Joe Hasell, Bobbie Macdonald, Charlie Giattino, and Max Roser. Coronavirus Pandemic (COVID-19). 2021.
  2. World Health Organization.  WHO Coronavirus Disease (COVID-19) Dashboard. Disponible en: https://covid19.who.int/. Último acceso: 1-2-2021.
  3. Lopez-Leon S, Wegman-Ostrosky T, Perelman C, Sepulveda E, Rebolledo PA Cuapio A et al. More than 50 Long-term effects of COVID-19: a systematic review and meta-analysis. medRxiv preprint doi:  https://doi.org/10.1101/2021.01.27.21250617. Último acceso: 1-2-2021
  4. National Institute for Health and Care Excellence. COVID-19 rapid guideline: managing the long-term effects of COVID-19 [Internet]. [citado 18 de diciembre de 2020]. Disponible en: https://www.nice.org.uk/guidance/ng188/resources/covid19-rapid-guideline-managing-thelongterm-effects-of-covid19-pdf-66142028400325
  5. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. COVID-19 persistente. Encuesta [Internet]. Disponible en: https://www.semg.es/images/2020/Noticias/20201111_Resultados_Encuesta_COVID Persistente.pdf Último acceso: 30-1-2021
  6. Meeting the challenge of long COVID. Nat Med 26, 1803 (2020). https://doi.org/10.1038/s41591-020-01177-6
  7. Bianchi-Llave J L; Martín-Escalante MD, Calderón-Sandubete EJ.  La Medicina Interna ante las crisis sanitarias. Actual. Med . 2020; 105: 135-136.
  8. Registro SEMI COVI-19. Disponible en: https://www.fesemi.org/investigacion/proyectos/registro-semi-covid-19

INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO

Conflicto de intereses: Los autores/as de este artículo declaran no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo.

Autor para la correspondencia: Francisco Javier Medrano Ortega. Dpto. de Medicina, Hospital Universitario Virgen del Rocío. Universidad de Sevilla E-mail: fmedrano@us.es