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Sociedad Andaluza de Neurocirugía
SUPLEMENTO
póster
Actual. Med.
2017; 102: (800). Supl.41-36
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS:
El Reino Nazarí de Granada
(s. XIII-XV) fue una formación política medieval que ha trascen-
dido fronteras a lo largo de los siglos gracias a la gran herencia
patrimonial que dejó, con La Alhambra como paradigma arqui-
tectónico, sede política y residencial, a pesar de su reducida ex-
tensión territorial comparado con el mundo islámico de su época
o con el que había abarcado siglos antes al-Andalus dentro de la
península Ibérica, ocupando las actuales provincias de Granada,
Málaga y Almería, junto con la zona meridional de la de Jaén y
parte de Cádiz.
La medicina fue junto a la botánica y la farmacología, la dis-
ciplina más estudiada. Los reyes nazaríes promovían su estudio, al
tiempo que acogían y protegían a médicos procedentes de otras
partes de la Península así como del otro lado del Estrecho.
Se creará una Escuela de Medicina donde impartió clases
entre otros Ibn al Jatib y un Hospital, llamado Maristán. Será la
Madraza la que alcance mayor notoriedad, impartiéndose Medi-
cina, Filosofía, Teología y Derecho.
MATERIAL Y MÉTODO:
En el terreno de patolología del Sis-
tema Nervioso, los avances experimentados en el conocimiento
durante el periodo nazarí son notables. Destacable es la mejoría
conseguida en el material quirúrgico, en concreto en el bisturí, de
la mano de ibn Faray al-Qarbylyani, conocido As Safra, que pre-
cisamente quiere decir “El Bisturí” por su habilidad en el manejo
y fabricación del mismo. En 1344 escribiría Indagación y ratifica-
ción sobre el tratamiento de las heridas” donde se mencionan
36 tipos de tumores, la cura de heridas, extracción de flechas o
el arte de reducir las fracturas y dislocaciones. Entre los tumores
descritos se describen tumores de la calota craneal, que llegan a
ser extirpados con el paciente pseudoanalgesiado y es de subra-
yar la descripción de fracturas del segmento cervical con la clínica
observada en el paciente.
Los médicos nazaríes estudiaron las enfermedades y en-
contraron recursos para combatirlas como la aplicación de agua
de nieve, que porteaban en mulos desde las cumbres de Sierra
Nevada (Sulayr), que utilizaban contra las hemorragias, incluso
en pacientes con sospecha de apoplejía aplicaban dicha agua de
nieve sobre la cabeza de los enfermos, para reducir la inflamación
que suponían se encontraba en la base etiopatogénica de dichos
pacientes. De igual forma, cauterizaban las heridas del cuero ca-
belludo para evitar su infección, utilizaban caústicos contra las
fluxiones interiores, baños termales para combatir el reuma o las
lumbalgias, siendo descritas por Ibn al Jatib por primera la clínica
de una ciatalgia o radiculopatía, situando su origen en la compre-
sión de un nervio en la zona lumbar.
En el terreno de la tisis, actual tuberculosis, enfermedad
muy frecuente por aquel entonces, los cármenes del Darro supu-
sieron toda una red para el tratamiento y cura de la enfermedad.
Fueron descritas las manifestaciones del mal de Pott, así como la
meningoencefalitis de causa tuberculosa.
CONCLUSIONES:
Los avances en el terreno del conocimiento
y tratamiento de las enfermedades del sistema nervioso durante
la época nazarí son de gran importancia y muy avanzados para el
saber de su tiempo, logrando grandes avances en el conocimiento
de la anatomía y de la prevención en esta patología.
P04 - TCE CON HEMATOMA EPIDURAL ISODENSO EN EDAD
PEDIÁTRICA COMO COMPLICACIÓN TARDÍA.
Huete Allut A, Escribano Mesa JA, Narro Donate JM, Mén-
dez Román P, Masegosa González J, Contreras Jiménez A, Pedrero
García FJ.
Servicio de Neurocirugía. Complejo Hospitalario Torrecárdenas.
Almería.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS:
Cada año se producen en
nuestro país entre 80000 y 100000 nuevos casos de traumatismo
craneoencefálico, aceptándose que el 50% se producen en indivi-
duos menores de 15 años. Circunscribiéndonos a la edad infantil
se considera que uno de cada 10 niños sufrirá un TCE a lo largo
de esta etapa vital.
El TCE es la primera causa de mortalidad de niños entre un
año y los 12 de edad y puede ocasionar secuelas graves.
Los hematomas epidurales en los niños son una complica-
ción infrecuente del traumatismo craneoencefálico. Es una de las
clásicas urgencias neuroquirúrgicas por su semiología (depresión
del nivel de conciencia en dos tiempos con intervalo libre), por su
potencial gravedad y su tratamiento quirúrgico definitivo.
Suele cursar con una clínica aguda, salvo en casos subagu-
dos donde podemos encontrar en la neuroimagen realizada con
TC craneal una mayor atenuación de la densidad del hematoma.
MATERIAL Y MÉTODO:
Presentamos el caso de un paciente
varón, de 3 años, que presenta caída 3 días antes, sin observar los
padres alteración en el comportamiento del niño, ni irritabilidad
ni cefalea acompañada de náuseas ni vómitos. A los 10 días del
TCE comienza el pequeño con intranquilidad, llanto frecuente y
náuseas, siendo trasladado a Centro Hospitalario donde se rea-
liza TC craneal que muestra imagen en semiluna a nivel fronto
parietal derecho, con la particularidad de la isodensidad del he-
matoma.
El paciente es intervenido mediante craniotomía con eva-
cuación del hematoma que se encuentra organizado, siendo la
recuperación del niño completa sin secuelas asociadas.
CONCLUSIONES:
Los hematomas epidurales asociados a
los TCE son entidades no frecuentes y su aparición en un estadio
subagudo es todavía más rara, con imágenes en el TC craneal que
pueden variar de la clásica observada en los casos agudos, y que
en ocasiones requiere de tratamiento quirúrgico en función de la
clínica del paciente.
P05 - SIDEROSIS DEL SNC Y SU TRATAMIENTO NEUROQUI-
RÚRGICO
Huete Allut A, Escribano Mesa JA, Narro Donate JM, Mén-
dez Román P, Masegosa González J, Contreras Jiménez A, Pedrero
García FJ.
Servicio de Neurocirugía. Complejo Hospitalario Torrecárdenas.
Almería.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS:
La siderosis superficial del
sistema nervioso central (SNC) es una entidad neurológica poco
frecuente que se caracteriza clínicamente por ataxia cerebelosa,
sordera neurosensorial, anosmia, mielopatía y deterioro cogni-
tivo. Se asocia con la deposición de hemosiderina en las capas
subpiales del cerebro, cerebelo y médula espinal, tras sangrados
crónicos, a menudo clínicamente silentes, en el espacio subarac-
noideo. Histopatológicamente se observa gliosis, pérdida neuro-
nal y demielinización del SNC.
MATERIAL Y MÉTODO:
Presentamos el caso de un paciente
varón, de 57 años, que presenta como antecedente personal un
accidente de tráfico con politraumatismo, con plexopatía braquial
izquierda asociada y un síndrome de Horner como secuelas de
dicho traumatismo.
Presenta una clínica progresiva de más de un año de evo-
lución consistente en alteración de la marcha, con una marcha
taloneante, con cuadros de desequilibrios asociados, sordera
neurosensorial bilateral y un deterioro cognitivo leve, fundamen-
talmente con un componente amnésico de memoria a corto y
medio plazo.
Se le realiza estudio de neuroimagen con RM craneal y
panrraquídea donde se observa una imagen hipointensa en T2
que circundaba la fisura silviana, el tronco cerebral, la transición
bulbomedular, los hemisferios cerebelares y los surcos del vermis
cerebeloso, sugestivos de hemosiderosis, atrofia del vermis ce-
rebeloso y discreta atrofia cortical. La angiorresonancia de vasos
intracraneales no evidenció aneurisma ni malformación vascular.
Un Doppler transcraneal fue normal. En el TC cervicodorsal reali-
zado se observa un meningocele de 18*27 mm, a través del agu-
jero de conjunción D1-D2 izquierdo.
El paciente es intervenido para oclusión de cavidad de me-
ningocele D1-D2, enviándose tejido a anatomía patológica que
informa de quiste de naturaleza benigna. Tras la intervención el
paciente presenta una mejoría franca tanto del trastorno de la
marcha como de la memoria. Sufre caída con traumatismo cer-
vicodorsal, a raíz del cual presenta de nuevo reaparición de los
síntomas, realizándose RM panrraquídea que muestra de nuevo
la cavidad del meningocele en comunicación con el espacio suba-