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EDITORIAL
Actualidad
Médica
A C T U A L I D A D
M É D I C A
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Las Hepatitis a debate
Hepatitis Debate
Se entiende por hepatitis todo proceso inflamatorio con tropis-
mo hepatobiliar predominante, pero no exclusivo, producido por dife-
rentes agentes etiológicos. La importancia radica en su gran difusión,
la necesidad de un tratamiento prolongado, el elevado número de
complicaciones, e incluso estar considerada, en el caso de las víricas.
como enfermedad profesional para los sanitarios.
Las hepatitis se clasifican en dos grupos: tóxicas o medicamen-
tosas, y víricas. Dentro de las víricas , a su vez, destacamos dos gran-
des grupos: hepatitis A, B, C, D, E (estas dos últimas poco frecuentes),
y las producidas por otros virus convencionales, como por los de la
rubeola, herpesvirus, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, o los lla-
mados virus exóticos (arenavirus, virus Marburg y Ébola, etc.).
La hepatitis A está producida por un virus ARN de 27-30 nm.
Incluido en la familia Picornaviridae, es de transmisión oral (a través
del agua, heces o alimentos contaminados) y con un período de in-
cubación corto (15-30 días). Cursa con un cuadro de fiebre, malestar,
síntomas digestivos e ictericia, que evoluciona normalmente a la cu-
ración, siendo raras las formas crónicas. El diagnóstico es serológico,
mediante la detección de IgM específica en la fase aguda, y el trata-
miento suele ser sintomático. Existe una vacuna eficaz, incluida en el
calendario vacunal.
La hepatitis B está producida por un virus ADN de la familia He-
padnaviridae, con una serie de antígenos (HBs, HBe y HBc) capaces
de dar lugar a una respuesta inmunitaria, que serviría para un diag-
nóstico serológico. Tiene un período de incubación más largo (2-6
meses), con una sintomatología similar a todas las hepatitis, pero con
una evolución variable, caminando hacia la forma de portador o a la
cronicidad en todas sus posibles fases (fibrosis en diferentes estadíos,
cirrosis o incluso hepatocarcinoma). Se transmite por contacto con
sangre infectada, de forma vertical (madre-hijo), y raramente por vía
sexual. En este momento existe un tratamiento adecuado, pero so-
bre todo una vacuna efectiva que ha hecho disminuir de una forma
patente el número de casos en el mundo, e indirectamente, la de he-
patocarcinoma.
La hepatitis C se debe a un virus ARN, incluido en la familia Flavi-
viridae, que presenta una gran variabilidad genética (genotipos, sub-
tipos, aislados y cuasiespecies), cuyo conocimiento es imprescindible,
sobre todo el genotipo, para la elección del tratamiento y necesarios
estudios epidemiológicos. Igualmente es importante el conocimiento
del genoma para saber el lugar de acción de los diferentes fármacos.
Tiene un período de incubación largo (de 1 a 5 meses), con una clíni-
ca similar a la hepatitis A y B, con un elevado número de individuos
asintomáticos que no se diagnostican, pero con una mala evolución a
estadíos crónicos. Es frecuente la coinfección con el VIH, empeorando
la evolución de ambos procesos. La trasmisión es preferentemente
parenteral, baja por vía sexual, vertical o familiar, y esporádica en per-
sonal sanitario. Existen muchos casos en que no se logra conocer la
forma de dicha transmisión. El diagnóstico se realiza mediante la de-
tección de anticuerpos, pero sobre todo por el estudio del ARN (carga
viral), genotipos, etc. No existe ningún tipo de vacuna.
Durante muchos años el tratamiento de la hepatitis C ha ido
evolucionando, desde el interferón administrado sólo, a la forma más
moderna (pergilado) junto con ribavirina, que daba lugar a importan-
tes problemas de toxicidad y a bajas respuestas de curación. En el
momento actual se dispone de varios fármacos que han hecho desa-
parecer dichos inconvenientes, con tasas de curación muy elevadas y
que permiten su combinación, Algunos de esos fármacos presentan
problemas de tipo virológico con la aparición de mutaciones, como
la QFK que podría producir algún tipo de resistencias. Pero sobre
todo, el gravísimo problema planteado es el económico, ya que un
tratamiento normal, que puede durar doce semanas, resulta prácti-
camente inasequible para las diferentes administraciones sanitarias
públicas, o para la mayoría de la población. En principio se hablaba
de cifras cercanas a los 35-40 mil euros. Este hecho ha dado lugar a
numerosas protestas por parte de los afectados, e incluso a la recla-
mación por parte de Médicos del Mundo ante la Oficina de Patentes
Europeas. Teniendo en cuenta la existencia de un número muy eleva-
do de infectados que podrían ser sometidos a tratamiento, y tras la
creación de un Comité Científico, sólo recibirían las combinaciones de
fármacos, aquellos que se encuentran en un estadío de fibrosis tipo 3
y 4, cirrosis o que van a ser sometidos a trasplantes, siendo apartados
el resto, que continuarían con la pauta clásica.
Por ello, se necesita lograr un equilibrio entre el derecho a la salud
de los pacientes que reclaman una casi segura curación, y el derecho a la
investigacióndediferentesempresasfarmacéuticas.Estopasaríaporuna
negociación en que se pudieran respetar ambos derechos sin que sufrie-
ra la sostenibilidad del sistema sanitario. La curación de los enfermos, y
la prevención indirecta que se produciría sobre los sanos impidiendo la
propagación del virus en una enfermedad frente a la que no existe una
vacuna eficaz, obliga, como tantas veces, a tomar posturas rápidas y va-
lientesporpartedelaAdministración,delosprofesionalessanitarios(que
se ven abocados a elegir aquellos pacientes que pueden tratar, según la
clínica, genotipo del virus, etc.), y a las empresas de investigación.
Siempre habrá que tener en cuenta que seguramente, en untiem-
pocorto,apareceránestosuotrosfármacosconunpreciomásasequible,
y que es posible que surjan no sólo de nuevas investigaciones, sino de la
propia competitividad entre las diferentes empresas farmacéuticas.
Actual. Med.
2015; 100 : (794): 5
DOI:10.15568/am.2015.794.ed01María del Carmen Maroto Vela
Real Academia deMedicina de Andalucía Oriental