Original

Acoso Escolar desde la perspectiva de Docentes y Alumnos en una Unidad Educativa. Valencia, Venezuela

Bullying in teachers and students in an educational unit of Valencia, Venezuela

Cardozo Rosa1, Núñez Carmen2, Medina Migdalia3, Romano Alejandra3, Núñez Julia3

1MD PhD. Docente Investigador Titular, Departamento de Salud Pública. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.
2MD. Investigador Departamento de Salud Mental. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.
3MD PhD. Docente Investigador Asociado, Departamento Clínico Integral del Norte. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.
4MD Docente Investigador, Departamento de Salud Pública. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela

Actual. Med. 2018; 103: (805): 121-125 DOI: 10.15568/am.2018.805.or01

Enviado: 15-11-2018
Revisado: 19-11-2018
Aceptado: 04-12-2018

RESUMEN

Introducción: El acoso escolar es un problema de salud pública mundial en ascenso, debido a las consecuencias en cada uno de sus protagonistas.

Objetivo: caracterizar el acoso escolar en docentes y alumnos pertenecientes a una Unidad Educativa.

Métodos: Estudio descriptivo, de campo, con 110 alumnos en edades comprendidas entre 12 y 14 años pertenecientes al primero y segundo año de educación media; y 13 docentes, aplicando entrevistas y encuestas. Resultados: 80% de los alumnos fueron intimidados alguna vez; 85% de los docentes y 100% de los alumnos coincidió en la existencia de acoso escolar actualmente, 90% indicó que quien acosa es del sexo masculino, y el lugar de ocurrencia fue 84% en las aulas de clase; 100% de la muestra coincide que no hay un programa para prevenir ni corregir el acoso escolar en el colegio.

Conclusiones: El acoso escolar se dio en gran porcentaje en los estudiantes y fue identificado por los Docentes ya que ocurrió principalmente en el aula de clases. Los varones aparecen más como acosadores y las féminas como víctimas y en mayor porcentaje en forma de acoso verbal. Se registró un alto conocimiento e identificación del acoso escolar, aunque su intervención por parte de los docentes fue ineficaz. Es necesario implementar programas de educación y prevención del acoso escolar en las instituciones educativas, como fomentar la convivencia para una vida libre de violencia.

Palabras clave: Bullying, agresor, víctima, espectador, estudiantes.

ABSTRACT

Introduction: Bullying is an emerging public health problem, because of the consequences in each of its protagonists.

Objective: to characterize bullying to teachers and students belonging to an educational unit.

Methods: Descriptive study, field, with 110 pupils aged between 12 and 14 years old belonging to the first and second year of high school; and 13 teachers, using interviews and surveys.

Results: 80% of the students were bullied once; 85% of teachers and 100% of students agreed the existence of bullying, 90% indicated that males are the aggressors, and the place of occurrence was 84% in the classroom; 100% of the sample agreed that there isn´t a school program to prevent or correct bullying at school.

Conclusions: The bullying occurred in large percentage of students and was identified by teachers since it took place mainly in the classroom. The males appear more like stalkers and females as victims and as a greater percentage in the form of verbal harassment. There is a high knowledge about bullying although the teacher’s intervention was ineffective, almost all of the aggressors were male and the most frequent place of occurrence of bullying was the classroom. Recommendations: It is necessary to implement programs for education and prevention of bullying in schools, to promote coexistence for a life free of violence.

Keywords: Bullying, aggressor, victim, spectator, prevention, students.

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INTRODUCCIÓN

La violencia escolar se ha convertido en un problema que afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula, así como las relaciones sociales existentes, tanto entre compañeros como hacia los profesores. Esta a su vez es una complicación social en las personas que son víctimas de este flagelo. En Estados Unidos y Europa, al menos uno de cada cuatro niños en su etapa escolar ha sido víctima de algún tipo de maltrato, mientras que en países como Ecuador y Perú, 32% y 40% respectivamente, serían las cifras de niños y adolescentes que sufren este tipo de agresión escolar.(1)

Los reportes por parte de la OMS(2) han expresado su temor por el incremento en el número de niños y jóvenes que se suicidaron en 2012. Estiman que en 2012 hubo 475000 muertes por homicidio de los cuales, 60% fueron varones entre 15 y 44 años, siendo la tercera causa de muerte para los varones de ese grupo etario. En los países de ingresos bajos y medianos, las tasas estimadas de homicidio más elevadas se registran en la Región de las Américas, con 28,5 homicidios por 100000 habitantes.

Los factores de riesgo para el acoso escolar están enmarcados en factores familiares, escolares y sociales. El hecho de vivir en un hogar conformado por ambos padres se ha mostrado como factor protector para este fenómeno.(3,4) Mientras que, el clima familiar negativo(5,6), constituye uno de los factores de riesgo directamente relacionado con los problemas de conducta en niños y adolescentes.(7,8)

Desde el punto de vista de los factores escolares, hay características propias de los centros de enseñanza que pueden favorecer el desarrollo de comportamientos violentos en las escuelas, como la masificación de estudiantes en las aulas (más de 30 alumnos por aula), la carencia de normas de comportamiento claras para los alumnos y la orientación autoritaria versus democrática del profesorado(8), la falta de motivación como de estrategia para hacer frente a los problemas de comportamiento del alumnado y el trato desigual del profesorado a los alumnos.(8,9)

En relación a los factores sociales, existen tres factores de riesgo para el desarrollo de bullying: la influencia de los medios de comunicación y especialmente de la televisión, los recursos comunitarios como los servicios sociales, jurídicos o policiales, y por último, las creencias y valores culturales en el entorno social al que pertenece el adolescente.(10)

En Venezuela, existen diversas investigaciones enmarcadas sobre violencia escolar, y el centro educativo en estudio, no escapa de esta realidad, a pesar de la gran cantidad de información que actualmente existe y se maneja por los alumnos y docentes. Es por esto que surge la interrogante ¿Cuáles son las características del acoso escolar en alumnos y docentes pertenecientes a la Unidad Educativa Colegio “Cristo Rey” del Municipio Valencia, Estado Carabobo?

Por lo mencionado anteriormente, este estudio tuvo como objetivo caracterizar el acoso escolar por docentes y alumnos pertenecientes a la Unidad Educativa Colegio “Cristo Rey” del municipio Valencia, estado Carabobo. Los objetivos específicos de la investigación incluyeron determinar la presencia de acoso escolar referido por los docentes y estudiantes, describir el acoso escolar según sexo, protagonistas, y lugar de ocurrencia, clasificar el tipo de acoso escolar según la conducta del agresor, describir los lugares de frecuencia del acoso y de resguardo referidos por los alumnos y determinar la aplicación de medidas y/o sanciones contra el acoso escolar, a nivel docentes.

SUJETOS Y MÉTODOS

Se realizó una investigación descriptiva, no experimental y transversal. La población seleccionada fue el personal docente y alumnos pertenecientes a una Unidad Educativa del municipio Valencia, estado Carabobo, del período escolar 2015-2016, que en total fueron 62 docentes y 947 alumnos, con una población integral de 1009 personas. En un inicio, se presentó el proyecto a la dirección escolar, exponiendo los objetivos y aclarando cualquier duda de la propuesta de estudio. Luego que los directivos aceptaron la participación de sus docentes y alumnos, se envió una convocatoria a los padres, para que firmaran el consentimiento informado de sus hijos. Se coordinaron las fechas y horarios de para la aplicación del instrumento en las aulas de clase, en sesiones de 45 minutos, previa explicación del objetivo de la investigación invitándoseles a participar.

La muestra, no probabilística intencional se hizo a través de la selección de 110 alumnos (11,61%) cuyas edades estuvieron comprendidas entre 12 y 14 años cursantes del 1er y 2do año de bachillerato. También se seleccionaron 13 docentes (21%) que impartían clases a los alumnos elegidos. Los criterios de inclusión fueron: a) Grupo de estudio: estudiantes de la Unidad Educativa, de primero y segundo año de bachillerato, con la voluntad y autorización de padres y representantes. Docentes con la disponibilidad y autorización de la directiva del plantel.

Una vez cumplido el requisito del consentimiento informado según las normas universales de bioética, para la recolección de los datos se utilizó la técnica de entrevista a docentes de la muestra seleccionada; fue planteada a través de preguntas abiertas con la finalidad de crear un ambiente donde el entrevistado se sintiera a gusto proporcionando la información requerida. Por otro lado, se utilizó la técnica de la encuesta, aplicándose como instrumento un cuestionario, dirigido a los 110 alumnos de la muestra en estudio. El cuestionario fue de tipo cerrado, 27 preguntas en total, de las cuales 25 tenían respuesta dicotómica, una afirmativa (SI) y una negativa (NO), dos ítems tenían tres opciones de respuesta que eran “muchas veces, algunas veces y nunca” enfocadas a la frecuencia de las agresiones verbales y físicas por parte del acosador.

Las otras variables estudiadas fueron el sexo que comúnmente tiene el rol de acosador, víctima o espectador, los tipos de violencia, donde se presentaron y si habían sanciones; y un ítem final con opción de respuesta abierta para identificar los lugares que ellos consideraban seguros. Para la validación del instrumento se utilizó el juicio de expertos, seleccionándose, independientemente, un grupo de tres expertos en el área (validez de contenido). Para medir la confiabilidad, se empleo la técnica Alfa de Crombach que dio como resultado un valor de 0.80, con alta confiabilidad.

Los datos obtenidos fueron revisados para constatar la no existencia de espacios en blanco, información ilógica o fuera de contexto o simple nulidad de las respuestas, en los casos que hubiesen marcado dos o más opciones cuando solo una era válida. Posteriormente fueron sistematizados en Microsoft ® Excel, y luego analizados mediante técnicas de estadística descriptiva a partir de tablas de distribución de frecuencia y asociación a través de cifras absolutas y porcentajes, con el Programa estadístico PSPP versión libre. Como técnica de asociación se usó la Prueba Z, asumiendo un nivel de significancia estadística de P<0,05.

RESULTADOS

De los 110 estudiantes encuestados, 63,64% fueron masculinos y 36,36% femeninos. De los 13 Docentes, 69,23% eran mujeres y 30,77% hombres. El 85% de los Docentes y 100% de los estudiantes declararon conocer la existencia del acoso escolar en la institución.

En cuanto a la frecuencia, 54,6% de los estudiantes, alguna vez se comportaron como acosadores, siendo que 45,5% fueron masculinos; mientras que 59,1% de los estudiantes y 31% de los Docentes, habían sido objeto de intimidación por parte de algún estudiante (Tabla 1).

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Tabla 1. Distribución de acoso escolar según protagonista de cada rol y sexo
Fuente: Base de datos de la investigación Masculino acosador:(Z=2.42; p=0.0154); Femenino víctima: (Z= 4.25; p<0.001)

Por otro lado, 13,64% de las víctimas, admitieron haber sido acosadores.

Cuando se compara el rol de acosador y víctima en los estudiantes, se encontraron diferencias significativas en los varones como acosadores (Z=2.42; p=0.0154), y en las féminas como víctimas (Z= 4.25; p<0.001).

En cuanto al sitio de ocurrencia del acoso escolar, 79,09% ocurrieron en el salón de clases (Tabla 2). Por otro lado, los docentes afirmaron que en 100% identificaron el acoso escolar cuando sucedió en los salones de clases, mientras que fuera de ellos, solo 38%. El 60,9% de los estudiantes indicaron que el lugar más seguro para evitar el acoso, fue el laboratorio de computación, seguido por 20,9% en la Coordinación y 18,18% en otros lugares como la cancha y campo de futbol.

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Tabla 2. Distribución del lugar de ocurrencia del acoso escolar en los estudiantes.
Fuente: Base de datos de la investigación

Cuando se preguntó a los estudiantes por el tipo de agresión, 95,45% (n=105) afirmaron que fue de tipo verbal (groserías, sobrenombres, burlas), de las cuales 84,54% (n=93) fueron de forma directa (insultos, gritos) y 15,45% (n=17) de forma indirecta (calumnias como chismes) (Z=10.11; p <0.001).

En torno a la frecuencia con la cual el acosador produce agresiones verbales, reflejó que 80% de estas situaciones se producían muchas veces. (Tabla 3).

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Tabla 3. Frecuencia de las agresiones verbales en los estudiantes.
Fuente: Base de datos de la investigación Z=9.17; P valor <0.001

En cuanto al tipo de agresión verbal en los estudiantes fue de 84,54% (n=93) de forma directa (insultos, gritos en público) y 15,45% (n=17) de forma indirecta (calumnias como chismes) (Z=10.11; p<0.001).

En relación a la frecuencia con la cual el acosador produce agresiones físicas, 59,1% expresó que nunca ocurrían (Z=2.56; P valor =0.01040.05). (Tabla 4).

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Tabla 4. Tabla 4: Frecuencia de las agresiones físicas en estudiantes (empujones, golpes, coscorrones, patadas).
Fuente: Base de datos de la investigación
Z=2.56; P valor =0.0104<0.05

Por su parte, el tipo de agresión física fue en 65,5% (n=72) de forma indirecta (patear bolsos, esconder o tirar los librs) y 34,5% (n=38) de forma directa (golpes, empujones) (Z=4.45; p<0.001).

Las agresiones a través del internet fueron en 94,5%(n=104) por páginas web y 5,5%(n=6) a través de celulares. (Z=13.08; p0.001). En cuanto a la aplicación de sanciones, 84,6% de los Docentes admitieron la ausencia de aplicación de medidas prevenivas para evitar el acoso escolar (Z=3.14; p0.01), a pesar de que 100% de los mismos lo identificaron. Igualmente, los estudiantes refirieron que 100% de los casos no se les aplicó tratamiento correctivo a los caos de acoso escolar identificados.

DISCUSIÓN

El bullying es un fenómeno más social que individual y la víctima y el agresor no son los únicos implicados,(11) y las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso, o recuerdo importante. De allí la importancia del ambiente familiar y recuerdos del mismo en cada individuo como parte de la respuesta a los eventos.(12)

En la muestra de estudio evidenciamos la existencia de acoso escolar, con porcentajes superiores a otros autores, que reportan que el bullying se presentó entre 23,3% y 43% de los encuestados(1,13-15), notándose un incremento importante en una década de estudio. Es de hacer notar, que la masificación de alumnos por aula, es uno de los factores involucrados(16). Igualmente, Camarillo(17), concluye que uno de ca­da cua­tro chicos de nivel medio, percibe a sus com­pa­ñe­ros con miedo; sabemos que la agresividad está latente en los medios de comunicación y la globalización, de uso habitual por niños y jóvenes.

El sexo, en su mayoría masculino, coincide con la investigación de Gairín et al.(18) que lo reportó en proporción tres a uno, mientras que Martínez(19) obtuvo 45% en su muestra y Prodócimo et al.(20) 31,3%. Estadísticamente coinciden nuestros datos con dichos estudios, que encontraron diferencias entre los del sexo masculino que fueron más acosadores y las mujeres que mostraron ser en su mayoría víctimas.

En cuanto a los docentes, casi una tercera parte de nuestra muestra afirmó sentirse acosado por sus estudiantes, ello pone en evidencia una pérdida de los valores. Se ha quitado autoridad a los maestros que día a día deben enfrentarse a jóvenes provenientes de familias desintegradas, o familias integradas pero modernas, que dejan a los niños en guarderías, con las consecuencias que ello acarrea, si no se interactúa con ellos, ni se vigilan aspectos como el tiempo y calidad de la televisión y juegos. Al respecto, Potocnjak et al.(21) plantean que el sistema adulto no satisface de manera adecuada la demanda del adolescente para la contención y orientación; la violencia llamaría la atención de los adultos para llenar el espacio de apego social y emocional que se constituye en una necesidad fundamental en esta etapa.

Uribe y Pebes(22), describen que los niveles altos de bullying se deben a niveles bajos de funcionalidad familiar, por la falta o ausencia de comunicación. Ello concuerda con lo argumentado por Gutiérrez(23), que afirma que debido la falta de integración familiar, la agresión doméstica y limitaciones económicas, los jóvenes adoptan comportamientos violentos; y lo observado por Prodócimo et al.(20) donde los implicados presentaron una mayor probabilidad de pertenecer a familias extensas y no biparentales. Esto último no fue estudiado en la muestra, y deja campo para continuar con investigaciones en el área.

El lugar donde se comete acoso escolar, fue reportado por Postigo et al.(24), como 44% en el patio, 33,1% el aula y 6,7% los pasillos, cifras que difieren con mucho en lo hallado en nuestra investigación, al igual que Pifano(25), cuyas conductas agresivas se presentaron principalmente en la calle, o fuera de la mirada del profesorado(26). Mientras que los ámbitos donde registraron los más altos porcentajes la violencia física directa para Álvarez et al.(27), fueron la disrupción en el aula y Rodríguez y Delgado(28), en el salón de clase y el patio, coincidentes con este estudio. Esto llama a la reflexión, puesto que el acoso escolar en nuestra investigación, lo están realizando en un alto porcentaje en las aulas de clase, donde se supone estarían bajo la supervisión de los docentes, mostrando la falta de valores en el alumnado y pobre dominio del grupo por parte de los docentes.

Por otro lado observamos que la principal conducta agresiva por parte del acosador, fue la de tipo verbal, seguida de la física, similar a los resultados de otros autores revisados(16,25,26), y el lugar que consideraron de resguardo para evitar el acoso fue el laboratorio, no obstante no se encontró dicha variable en los resultados de otros autores.

En cuanto a la aplicación de sanciones, 85% de los Profesores encuestados admitieron la ausencia de aplicación de medidas preventivas y/o correctivas para evitar el acoso escolar, el mismo porcentaje de los que lo identificaron. Igualmente, los estudiantes refirieron que 100% de los casos no se les aplicó tratamiento correctivo a los casos de acoso escolar identificados. Esta conducta, se observa in crescendo dado que las leyes de protección al niño y adolescente, en conjunto con padres permisivos y ajenos a la conducta sus hijos, han ido anulando la autoridad del Docente.

Se pudo comprobar que no existe un programa para la prevención, detección y tratamiento del acoso escolar, lo cual es de vital importancia para brindar un ambiente de paz y armonía para los alumnos, y donde haya un ambiente libre de violencia. Estudios como el de Monagas y Zapata(29) afirman que la situación es crítica para arraigar una cultura de no violencia en la escuela, y que requiere de la participación de los padres como ejes fundamentales, de manera que la labor de la escuela no solo sea la de educar desde la formalidad del currículo, sino también desde todos los ámbitos de la formación: formar personas para la integración en la sociedad y su participación ciudadana, solidaria y responsable.

CONCLUSIONES

El acoso escolar se dio para gran porcentaje en los estudiantes y fue identificado en casi la totalidad por los Docentes ya que ocurrió principalmente en el aula de clases. Los varones aparecen más como acosadores y las del sexo femenino como víctimas y en mayor porcentaje en forma de acoso verbal. Tanto los docentes como los estudiantes percibieron en el acoso la falta de sanciones al acosador, siendo inexistentes por parte de la comunidad educativa. Se debe considerar la construcción de un clima de convivencia en la escuela a partir de un largo trabajo de información y formación docente, en conjunto con los padres y representantes, en virtud del cual se logre generar una elevada consciencia entre los profesionales de la enseñanza, sobre la importancia de su intervención en situaciones de violencia que se produzcan en el aula o fuera de ella.

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INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO

Conflicto de intereses: No existe un posible conflicto de intereses en este manuscrito.

Autor para la correspondencia: Rosa Cardozo. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela. Correo: cardozor13@gmail.com; rcardozo@uc.edu.ve. Tlf. 058 4122190547