

9
Sociedad Andaluza
de Angiología y Cirugía Vascular
SUPLEMENTO
caso clínico
Actual. Med.
2014; 99: (793). Supl. 9-40
tratamientos endovasculares más adecuados paracen ser los
stents recubiertos, que se acompañarían de un porcentaje menor
de endofugas y complicaciones que los stents normales aunque
se acompañen o no de la embolización del aneurisma (2).
El tratamiento quirúrgico convencional es presentando en
la literatura actual como el más indicado presentando buenos
resultados, aunque se acompañe de complicaciones locales y
no esté exento de complicaciones mayores y muertes (4,5,6).
En el trabajo publicado por Garg hace dos años, presenta unos
resultados muy buenos con apenas complicaciones sobre 14
pacientes. Sin embargo, Garg además recogió todas las series
importantes de tratamiento quirúrgico de estos aneurismas
en la decada pasada, sumando 354 pacientes intervenidos. La
incidencia de AIT, ictus o muerte se presentó en el 9% (0-17%) de
los casos, y las lesiones neurológicas locales en el 17 (2-44)%. (5).
La última serie publicada el año pasado por Pulli nos presentó un
grupo de 50 pacientes que se acompañaron de buenos resultados
pero con ictus en el 6% y lesiones neurológicas en el 12% (6).
La evolución tecnológica de losmateriales endovasculares ha
originado que los planteamientos hipotéticos hayan pasado a ser
reales. En consecuencia los cirujanos disponemos de instrumental
que nos permite realizar técnicas poco invasivas, facilitando
que las técnicas de tratamiento endovascular hayan tenido un
desarrollo extraordinario y que actualmente se estén utilizando
en muchas patologías que antes sólo eran quirúrgicas. Muchos
autores reservan el tratamiento endovascular de los aneurismas
carotídeos para aquellos casos que no pueden ser sometidos a
una cirugía convencional por debilidad del paciente, cuello hostil
y localización muy alta de la lesión(2,4). El estudio presentado por
Li en 2011, recogía los datos publicados sobre reparación de los
aneurismas carotídeos de forma endovascular en los últimos 15
años, y mostraba que se podía excluir el aneurisma en el 92% de
los casos, persistiendo una fuga sólo en el 8%. Se apreciaba una
mortalidad del 4%, accidentes cerebrovasculares del 2% y lesión
de los pares craneales del 0,5%. Los pacientes tratados con stents
recubiertos presentaron una tasa mayor de éxito técnico con una
disminución de estenosis o complicaciones tardías con respecto
a los tratados con stents simples que invitarían a considerar de
primera elección a los dispositivos recubiertos (2). El trabajo
presentado por Zhou en el año 2006 refleja lo que en nuestra
opinión está ocurriendo y se va a generalizar en los próximos
años. Este autor presenta un trabajo sobre el tratamiento de estas
lesiones durante los últimos 20 años en su centro distribuyéndolas
en dos grupos. En el primero de ellos se incluyen todos los
aneurismas carotídeos intervenidos en los primeros 10 años del
estudio. En el segundo grupo se incluyen todos los aneurismas
intervenidos en los siguientes 10 años. En el primer grupo
todos los pacientes fueron intervenidos de la forma quirúrgica
convencional, mientras que por el contrario, en el segundo se
realizó en el 70% de los casos un tratamiento endovascular. En
cuanto a los resultados, el grupo tratado de forma endovascular
presentó menor estancia hospitalaria postoperatoria, menor
incidencia de lesiones neurológicas locales y menor incidencia de
ictus y muerte (7). Otros autores consideran ya en el momento
actual, que el tratamiento endovascular es de primera elección
en aquellos pacientes que presentan una lesión carotídea
secundaria a un traumatismo cervical o aquellos pacientes que
presentan una hemorragia secundaria a un pseudoaneurisma
carotídeo consecuencia de radioterapia local para controlar un
carcinoma orofarígeo. (3,8).
El tratamiento de un aneurisma carotídeo se realiza de
forma individualizada, según las características clínicas del
paciente y las características anatómicas de la lesión. La cirugía
abierta convencional se considera como primera opción,
reservando la terapia endovascular para pacientes más débiles,
cuellos hostiles o casos que presenten por su localización más alta
una reparación quirúrgica más difícil. En nuestra opinión, en ésta
y en otras patologías, la estrategia endovascular ha de plantearse
en primer lugar (9). En aquellos pacientes en los que fracase o
no sea posible su realización, se procedería entonces a realizar
el tratamiento quirúrgico convencional. Como hemos observado,
muchos autores van incorporando de una forma cada vez más
habitual y numerosa las terapias endovasculares a su quehacer
diario, lo que probablemente nos proporcione en no mucho
tiempo la información necesaria suficiente como para objetivar
las decisiones a tomar en esta patología.
BIBLIOGRAFÍA
1.
Longo GM, Kiev MR. Aneurysm of the carotid artery. Semin
Vasc Surg 2005;18:178-83.
2.
Li Z, Chang G, Yao C, et al. Endovascular stenting of extracranial
carotid artery aneurysm: a sistematic review. Eur J Vasc
Endovasc Surg. 2011;42(4):419-426.
3.
Lam J W-K, Chan J Y-W, Lui W-M, Ho W-K, Tsang R K-Y.
Management of pseudoaneurysm of the internal carotid
artery in postirradiated nasopharyngeal carcinoma patients.
Laryngoscope 2014; 124:2292-2296.
4.
Szopinski P, Ciostek P, Kielar M, Myrcha P, Pleban E, et al.
A series of 15 patients with extracranial carotid artery
aneurysms: surgical and endovascular treatment. Eur J Vasc
Endovasc Surg 2005;29:256-261.
5.
Garg K, Rockman CB, Lee V, Maldonado TS, Jacobowitx GR, et
al. Presentation and management of carotid artery aneurysms
and pseudoaneurysms. J Vasc Surg 2012;55:1618-1622.
6.
Pulli R, Dorigo W, Alessi Innocenti A, Pratesi G, Fargion A. A 20
year experience with surgical management of true and false
internal carotid artery aneurysms. Eur j Vasc Endovasc Surg
2013;45: x-x.
7.
Zhou W, Lin PH, Bush RL, Peden E, Guerrero MA, et al. Carotid
artery aneurysms: evolution of management over two
decades. J Vasc Surgery 2006;43:493-496.
8.
Jindal G, Fortes M, Miller T, Scalea T, Gandhi D. Endovascular
stent repair of traumatic cervical internal carotid artery
injuries. J Trauma Acute Care Surg 2013;75(5):896-903.
9.
Maldonado-Fernández N., Martínez-Gámez F.J., Mata-
Campos J.E., Sánchez-Maeste M.L., Herrero-Martínez, E.
Exclusión endovascular de un aneurisma fusiforme de la
arteria hepática. Actual. Med. 2013;98(789)Supl 38-40.