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SUPLEMENTO
original
Actual. Med.
2013; 98: (790). Supl. 41-48
Compromiso por la salud
Granada, un reino de mil años
dios históricos de sus Instituciones más próximas a las que regaló
su creación literaria escribiendo grandes y densos tratados sobre
sus orígenes, antecedentes e historia reciente. También escribió
varios libros de poesía y tuvo el honor de ser pregonero de la Se-
mana Santa granadina en los años ochenta.
No ha sido nostálgico nunca, pero sí le apetecía recrearse en
sus valores. Unas veces, regresando a los lugares de los recuer-
dos; otras, explorando la aventura de los desafíos sin importarle
su edad. Sin presumir de tener un espíritu joven, se rebelaba si se
le consideraba una persona mayor y siempre le han gustado más
las conmemoraciones que cumplir años en un cuerpo que, en rea-
lidad, estaba más desgastado de lo que él mismo sabía.
Conforme crecía como persona, se acrecentaron con él su
sencillez, su espíritu colaborador, su capacidad de comprensión y
su tolerancia. Por ello, sus últimos años los ha dedicado, además
de a la creación literaria, a convertirse en un colaborador impres-
cindible de un amplísimo abanico de juntas directivas y órganos
asesores, a los que llegaba invitado por su prestigio personal y
rápidamente ocupaba el lugar que sólo se reserva a las personas
generosas y comprometidas. No acompasaba los acontecimientos
cercanos a su ritmo vital, sino que él mismo realizaba el esfuerzo
de adaptarse a la velocidad que los acontecimientos diarios impo-
nían, incluso, viajando incesantemente. De hecho, aceptaba con
la ilusión de un principiante los retos y los encargos que le hacían.
Los dos últimos han sido respectivamente, aceptar el reto de ser
el
Cronista oficial del Colegio de médicos de Granada
y asumir el
encargo de escribir una obra sobre el Milenio de Granada y su
Medicina.
José Gutiérrez Galdó no sabía que esa obra sería la última
que ha escrito. Merece ser introducido en ella como un ilustre
médico de Granada más, sólo que a él, apenas le faltaron unos
minutos para saberlo. Por eso, esta semblanza, que mi corazón ha
dictado, quizás sea un apéndice, no sólo de esa obra, sino de la
propia historia de Granada.
