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Actualidad
Médica
SUPLEMENTO
A C T U A L I D A D
M É D I C A
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SUPLEMENTO
Actual. Med.
2013; 98: (790). Supl. 37-48
Compromiso por la salud
Granada, un reino de mil años
El Colegio Oficial de Médicos y la profesión
médica
Resumen
El compromiso del médico con el enfermo está por encima de cualquier otra consideración. Es algo que forma parte
de los valores y principios de la medicina que nos dejaron nuestros antepasados y que han permanecido invariables
hasta nuestros días. Y los colegios de médicos son, desde hace casi dos siglos, las instituciones encargadas de velar
por el cumplimiento de ese compromiso y son los garantes del patrimonio, de la cultura sanitaria que se construye,
se renueva y se defiende cada día.
Abstract
The compromise of the doctor with the patient is over any other consideration. It is part of the invariable values
and principles of medicine that our ancestors transmitted to us. Since almost two centuries ago, the medical
colleges are the institutions charged of watching over the fulfillment of that compromise and guarantors of the
heritage, of the health culture that is built, renewed and defended every day
Dr. Juan José Rodríguez Sendin
Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM)
Palabras clave: Compromiso,
enfermo, valores, cultura sanita-
ria, institución.
Keywords: Compromise, patient,
values, health culture, institution.
TheGeneralMedical Council of Spainand themedical profession
Los médicos somos sociedad y somos historia. Desde Hipó-
crates, en el siglo V a C., a la Declaración de Ginebra, adoptada
por la Asociación Médica Mundial en 1948, los médicos hemos
asumido nuestro compromiso con los enfermos por encima de
cualquier otra consideración, es decir, de velar solícitamente y,
ante todo, por la salud de los pacientes.
Tanto el juramento hipocrático como la Declaración de Gine-
bra, incluyen los principios y valores de la medicina que han perma-
necido mediante su actualización invariables hasta nuestros días: el
altruismo, la integridad, la honradez, la veracidad y la empatía, todos
ellos esenciales para una relación asistencial de calidad.
Las normas éticas y deontológicas que compartimos con
el resto de la profesión a nivel europeo y mundial proceden del
desarrollo de ese patrimonio común, de esa cultura que nos ha
permitido llegar hasta la actualidad, con esa manera de ser, de
responder a lo que nos rodea y, sobre todo, de responder ante
el enfermo, ante el que sufre, ante el que lo necesita. Algo que
se ha construido en el crisol de las estructuras y normas que nos
dejaron nuestros antepasados.
La profesión médica, el profesional médico y el profesiona-
lismo médico son tres conceptos que, en su conjunto, explican
muy bien a quien nos debemos y a qué nos comprometemos.
Hace más de tres años, la Organización Médica Colegial, aprobó
la conceptualización de estos tres términos y los entregó en el
Congreso de los Diputados para dejar constancia de este ideario
profesional por el que nos regimos los médicos.
En este ideario se refleja que, para realizar una atención sa-
nitaria de calidad, cada médico no solo debe poseer los conoci-
mientos y habilidades necesarias en el máximo grado posible sino
que, además, debe comprometerse con un conjunto de valores,
manifestar una serie de actitudes y mantener unas conductas que
en su conjunto es lo denominamos profesionalismo médico y que
avalan la confianza de la población en los médicos.
La integridad en la utilización del conocimiento y en la opti-
mización de los recursos; la compasión como guía de acción fren-
te al sufrimiento; la mejora permanente en el desempeño profe-
sional para garantizar la mejor asistencia posible al ciudadano y
la colaboración con todos los profesionales e instituciones sanita-
rias en aras de la mejora de la salud y el bienestar de la población,
son los valores que sustentan el compromiso del profesional en
su práctica médica.
Y los colegios de médicos son, desde hace casi dos siglos,
las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de esos
compromisos y son los garantes de ese patrimonio, de esa cultura
sanitaria que se construye, se renueva y se defiende cada día.
La historia de los colegios está ligada a movimientos asocia-
tivos médicos que, a semejanza de la escuela hipocrática, surgie-
ron a principios del Siglo XIX para dar solución a las consultas que
surgían en torno a temas médicos. Más tarde, en el año 1894, se
establecería su regulación.
Fue precisamente en ese año, 1984, cuando se pusieron
los cimientos del colegio de Granada. El Gobernador Civil de esta
provincia convocó a 10 destacados médicos y creó el Consejo Rec-
tor de Médicos que, un año después daría lugar al Colegio Oficial
de Médicos de Granada. Y, por orden gubernativa, se nombró al
primer presidente, el Dr. Eduardo García Duarte, antecesor del
