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SUPLEMENTO
Actual. Med.
2014; 99: (793). Supl. 33-68
Ecografía Dermatológica
revisión
Su aplicación en el ámbito de la dermatología como nue-
va herramienta diagnóstica de desarrollo progresivo, y de uti-
lidad creciente para el dermatólogo en el estudio del melano-
ma, ha sido motivo de estudio en los últimos años (2). Si bien,
la mayoría de los trabajos comenzaron utilizando sondas de 20
MHZ con capacidad para medir lesiones a una profundidad de
6-8 mm, muchos estudios recurrieron a sondas de menor reso-
lución (10-15 MHZ) debido a su disponibilidad en la mayoría de
los centros hospitalarios. La tendencia actual es a usar sondas
de mayor resolución (75-100 MHZ), que mejoran la precisión
en la medición de lesiones a nivel de epidermis y dermis. La
ECAF nos ofrece información, entre otras, sobre las caracterís-
ticas de la tumoración, dimensiones (área y profundidad), vas-
cularización, delimitación prequirúrgica de márgenes, detec-
ción de lesiones subclínicas y recidivas, así como información
sobre respuesta a tratamientos. Ofrece información adicional
para decidir la conducta terapeútica a seguir, así como estable-
cer un tratamiento en un solo tiempo incluyendo ampliación
de márgenes y evitando demoras terapeúticas. Actualmente
se considera la ECAF un nexo entre la clínica y posteriormen-
te la biopsia y el tratamiento, pudiendo aportar información
muy valiosa al dermatólogo. De hecho, algunos autores han
elaborado algoritmos diagnósticos para aumentar la precisión
diagnóstica combinando hallazgos clínicos, dermoscópicos
y ecográficos, alcanzando una sensibilidad del 97% y una es-
pecificidad del 100% (11,12). La intención de esta revisión es
exponer brevemente que conocimientos nos aporta el uso de
la ecografia cutánea en el estudio del melanoma en la práctica
clínica, sus limitaciones, y pensar que aún quedan innumera-
bles desafíos por descubrir. La mayoría de estudios han ido
enfocados al estudio de la concordancia entre las mediciones
de profundidad mediante ecografía y los valores del índice de
Breslow obtenidos mediante la histología (10).
CARACTERÍSTICAS ECOGRÁFICAS DEL MELANOMA
La ECAF es un método útil y práctico para estable-
cer las características de la lesión primaria tales como
la profundidad y vascularización, que permiten decidir
no sólo el tratamiento más adecuado sino establecer los
márgenes quirúrgicos para realizar el procedimiento en
un solo tiempo evitando demoras terapéuticas (11,12).
La ECAF es una técnica de imagen que permite visualizar el
interior de la piel de forma no invasiva. Actualmente la ECAF
es un nexo entre la clínica y posteriormente la biopsia y el
tratamiento, pudiendo aportar información muy valiosa al
dermatólogo (11). Ecográficamente el melanoma invasivo ha
sido descrito con un patrón ecográfico
(fig. 1y 2) hipoecoico o
anecoico, homogéneo y bien definido, de bordes más o menos
regulares, que infiltra dermis y presenta un alto flujo sanguí-
neo dentro del tumor (fundamentalmente en la base). En las
variantes ulceradas, se ha observado una epidermis irregular
o discontinua, pudiendo observarse un aumento de ecogeni-
cidad en el tejido subcutáneo adyacente al tumor (9, 10, 11).
Las lesiones de satelitosis cercanas al tumor primario (a unos
2 cm de distancia) pueden ser vistas como masas hipoecoicas
sólidas en tejido subcutáneo presentando grados variables de
vascularización (11). En la enfermedad diseminada es útil para
medir la respuesta a los quimioterápicos de las metástasis de
melanoma (11,12). Permite delimitar el tamaño y sobre todo
los márgenes tumorales de la zona a intervenir, y sobretodo
aporta información útil en zonas de difícil acceso y áreas car-
tilaginosas en las que es importante establecer si existe infil-
tración. Del mismo modo, en lesiones muy asimétricas o con
prolongaciones muy irregulares existen grandes dificultades
para determinar con exactitud su localización en la piel del pa-
ciente, punto clave en la planificación quirúrgica. Por tanto se
podría postular, como opinan diversos autores, que aunque no
va a sustituir a la histología, sí es una herramienta útil a tener
en cuenta en la estimación del tamaño tumoral, el estableci-
miento del plan quirúrgico y la estratificación de pacientes de
alto riesgo.
Figura 1A. Varón de 71 años con melanoma nodular infiltrante en cuero
cabelludo. Imagen clínica de la lesión.
Figura 1B. Imagen ecográfica de la lesión donde se observa una estructura
nodular hipoecoica de bordes bien definidos.
Figura 1C. Obsérvese en modo doppler el aumento de neovascularización
intratumoral característico.
Figura 2A. Mujer de 75 años con melanoma nodular infiltrante en pierna
izquierda. Imagen hipoecoica, redondeada y homogénea de bordes bien
definidos que infiltra dermis.