Suplemento Revista nº 790 - page 10

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original
SUPLEMENTO
Actual. Med.
2013; 98: (790). Supl. 10-48
Compromiso por la salud
Granada, un reino de mil años
Fue situado en la margen derecha del río Darro, muy cer-
cano al Baño del Nogal, construido en el siglo XI, y que aun exis-
te. Por encima, y próximo a la antigua fachada donde se abría
la entrada del hospital, se encuentra el convento de la Concep-
ción Francisca, desde donde se puede contemplar la magnitud
de sus restos. Tenía un gran patio central, con una alberca, al que
se abrían cuatro galerías en el piso inferior y otras cuatro en el
superior. Allí se situaban los enfermos. Nada sabemos sobre la
presencia de médicos u otros cuidadores.
Sobre esta institución nos surgen varias preguntas. La pri-
mera, el porqué de ese nombre:
Māristān
. Es sabido que en el
Oriente Islámico los centros de asistencia para enfermos reciben
la denominación de
bīmāristān
, una palabra de origen persa que
significa
lugar para enfermos
. Así, conocemos el
Bīmāristān Adu-
di
, de Bagdad, fundado en el siglo X por el emir Adud al-Dawla,
promotor de unas importantes construcciones en todo el terri-
torio. Sobre este Hospital pesa una curiosa leyenda. Designado
para dirigirlo un conocido sabio, Muḥammad Ibn Zakarīyā` al-Rāzī,
el Razes de los latinos, colocó cuatro tozos de carne, en otros tan-
tos puntos de la ciudad y decidió ubicarlo en aquel lugar donde
la carne tardó más tiempo en corromperse, lo que indicaba una
situación supuestamente más salutífera.
Otro centro importante fue el Bīmāristān Nūrī, ya en el siglo
XII, erigido en Damasco por el dirigente islámico Nūr al-Dīn Ibn Zan-
ki, según se dice, utilizando para ello el cuantioso rescate obtenido
tras la liberación de unos prisioneros cristianos. De él conocemos
su disposición, a base de un patio central con una alberca, y cuatro
patios alrededor, más pequeños, a los que se abrían sendas galerías
en las que estaban situadas las camas de los enfermos.
Figura 2. Surtidor de la alberca del Maristan situado actualmente
en el Museo de La Alhambra.
Por último, me referiré al más conocido hospital del Islám,
que es citado por múltiples viajeros, entre ellos el judío español
Benjamín de Tudela. Se trata del
Bīmāristān Mansūrī
, de El Cairo,
levantado en el siglo XIII por el sultán mameluco Mansūr Qalawn.
Se afirma que podía albergar hasta 8. 000 pacientes, hombres y
mujeres, y que estaban ubicados en distintas salas, según la en-
fermedad que padecían. Disponía de una enorme biblioteca, tan-
to para uso del personal médico, libros de medicina, como de los
enfermos, suponemos que obras distintas.
Pues bien, al hospital granadino se le conoce como
Māristān
,
sin la partícula
, y que sepamos no ha sido nunca denomina-
do como Māristān Nasr
ī
, en honor a su fundador Muḥammad
V Ibn Nasr.
Solo unos años después de tomar Granada los Reyes Cató-
licos, el médico Jerónimo Münzer visita la Ciudad y señala que el
Centro estaba destinado a pacientes psiquiátricos.
¿Fue por tanto un espacio planificado exclusivamente para
dichos enfermos? En el mundo islámico el alienado goza de un
notable estatuto de respeto, por lo que bien pudo destinársele
tan notable función. Pero un dato a considerar es que en la lápida
fundacional, hoy conservada en el Museo de la Alhambra, no se
indica para qué tipo de pacientes estaba destinado. Tan sólo se
lee que: “
ordenó construir este Māristān como prueba de gran
compasión para los enfermos musulmanes pobres
”. Pienso que
bien pudo el Hospital comenzar su actuación atendiendo a enfer-
mos generales, para más tarde, y dado que este tipo de pacientes
precisan ser alejados de su entorno y confinados en un lugar don-
de no puedan hacer daño, acabara atendiendo solo a alienados.
La distribución en pequeñas celdas que tuvo el Hospital, al menos
la que pervivió, habla también es este sentido, pues los pacientes
generales solían estar en grandes salas, con un número elevado
de camas en cada una de ellas.
El que fuera desde un principio un centro dedicado a de-
mentes, en exclusiva, o en gran parte, por lo menos, no es una
cuestión menor, ya que de ser así, estaríamos ante el primer hos-
pital europeo dedicado a ello, pues los que hasta ahora tienen ese
privilegio, el Bethlem Hospital de Londres y la Casa del Padre Jofré
de Valencia, se construyen unas décadas más tarde
El tercer punto de reflexión podría ser que fue el único hos-
pital islámico que existió en al-Andalus.¿Es que no se edificaron
otros en Córdoba, Sevilla, Zaragoza, o en la misma Granada, algu-
nos años antes, como hemos visto sucede en Bagdad, Damasco
o El Cairo? Parece ser que no. Y tal cosa se certifica en otra parte
del texto de la citada lápida fundacional donde se lee:
por esta
construcción ha realizado el sultán una buena obra, hasta el mo-
mento sin precedentes desde la introducción del Islam en nuestro
país…
Tampoco resulta sencillo explicar el por qué, pero parece
que fue así, en efecto.
Es cierto que sobre la ciudad de Córdoba se viene afirmando
que hubo varios hospitales, pero la ausencia de restos arqueoló-
gicos no lo confirma. Por otra parte, Lucien Leclerc aseguraba en
su escrito que había habido un hospital en Algeciras, al menos
en el siglo XIII (2). Y esto ha sido recogido en algunos manuales
posteriores sobre la Medicina Árabe. En realidad no fue así. El
error procede de que en la biografía de un médico de ese tiempo,
se dice que dirigía un hospital allí situado. El texto parece que no
se refiere a Algeciras sino a Marrakech, donde si está acuñada la
presencia de un hospital. Hace ya algún tiempo que escribí sobre
ello, indicando que se trataba solo de una traducción mal realiza-
da, y que no parece que existiera. Como en el caso de Córdoba,
no hay tampoco ningún resto arqueológico que lo sustente (3).
La medicina practicada en el Reino Nazarí, y aunque en ese
tiempo, siglo XIV, está establecida en Europa la llamada “Medi-
cina Escolástica”, creo que ésta penetra en el Reino de una for-
ma bastante limitada, y posiblemente restringida a la figura de
Muḥammad al-Safra, y quizá algún otro, que como él recibieron
enseñanzas médicas en algún lugar de la zona cristiana. Me ocu-
paré de este cirujano más adelante. De todos modos, no hay
excesivas diferencias entre la Medicina Escolástica y la Medicina
Árabe que creemos debió practicarse en la Granada Nazarí. Tanto
una, como otra, proceden de la medicina greco-helenística, que
estaba basada en las obras de Hipócrates, Galeno, Dioscórides y
Sorano de Éfeso, fundamentalmente, y que fue adicionada con
los escritos de autores bizantinos, como Oribasio, Aecio de Amida
o Pablo de Egina. Las obras de todos estos autores fueron tradu-
1,2,3,4,5,6,7,8,9 11,12,13,14,15,16,17,18,19,20,...48