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original
SUPLEMENTO
Actual. Med.
2013; 98: (790). Supl. 18-48
Compromiso por la salud
Granada, un reino de mil años
(MECES). Este proyecto tiene una buena base teórica y sugestivos
objetivos, con el consenso de 29 países de la Comunidad
Europea, pero es difícil de cumplir en su totalidad por la falta de
recursos para ello y las diferencias propias de los diversos países.
En cualquier caso, uno de los principales activos se centra en que
los planes de estudios sean lo suficientemente superponibles que
permitan el reconocimiento de los mismos y el intercambio entre
los países firmantes. En este sentido, supone una oportunidad
que debe ser aprovechada aunque existan puntos difíciles de
cumplir e incluso discutibles en relación a las circunstancias
propias de cada universidad y titulación. La movilidad de los
diferentes estamentos que conforman cada centro universitario
es de una riqueza intrínseca indudable en cuanto al conocimiento
y vivencia cultural y lingüística sumada al aprovechamiento de las
materias específicas. Otro aspecto sobresaliente es la adquisición
de competencias evaluables que garantizan al estudiante, al
profesor y a la sociedad la formación en habilidades para su
desarrollo profesional. Un claro ejemplo es la utilización de
simuladores y situaciones figuradas que confieren al aprendizaje
una dimensión más práctica y atractiva con la posibilidad de
realizar pruebas objetivas y acordes a lo adquirido, como el
examen clínico objetivo y estructurado (ECOE). Para ello, es
decisivo poder contar con un adecuado y generoso Laboratorio
de Habilidades adaptado a los adelantos tecnológicos y a las
exigencias de la realidad del escenario del acto médico.
Aún restan componentes por entrar en acción, ya que como
se ha señalado previamente, este plan de estudios del 2010 de
Grado-Máster en Medicina no está totalmente establecido, como
el Trabajo Fin de Grado, a modo de los trabajos fin de carrera pero
guardando la distancia con éstos, y el Suplemento Europeo al
Título que permitirá que cada estudiante pueda ir confeccionando
su propia ruta curricular.
Finalmente, no podemos olvidar de mencionar un aspecto
singular de la carrera de Medicina como es la necesidad,
prácticamente obligatoriedad, de la realización de una prueba
más, una vez alcanzado el Graduado, para poder acceder a la
formación especializa que conduce al ejercicio médico, la llamada
prueba MIR (Médico Interno Residente). Creemos que también
es nuestra responsabilidad, y en ello se está trabajando, aunando
esfuerzos en aras a establecer un perfil formativo concomitante
con el desarrollo de las diferentes materias recogidas en el plan
de estudios, que oriente la mirada a esta prueba final que no
es más que un paso intermedio crítico en la formación nunca
acabada de un profesional de la medicina.
Formación universitaria
Tal vez hoy más que nunca debemos tener en cuenta
que el ser médico no sólo exige tener “técnica”, con extensos
conocimientos, sino como siempre, como se establece y
apuntamos en los albores de la historia de la medicina, tener
“arte”tanto para su ejercicio profesional como para su enseñanza.
Por eso, hoy más que nunca, la universidad desempeña un papel
decisivo o, al menos, así debería serlo.
Los protagonistas de la Facultad de Medicina no son los
estudiantes ni los profesores, ni el personal de administración y
servicios, sino las personas que hay en cada uno de ellos. Por eso,
es fácil reconocer cuál es el fin último de la Facultad y de todos
sus miembros, que es el mismo que el del médico. Y no hay duda,
es el paciente, estado en el que el hombre o la mujer pasa a ser
inexorablemente persona por culpa de la merma de la salud o
por la búsqueda de la misma, justo cuando pierde la epidermis
mundana para mostrar su dermis vital.
Por eso, también podemos confiar, tener esperanza en un
futuro porque depende de personas, precisamente de nuestra
mayor riqueza, del capital humano que es al fin y al cabo la razón
de ser de la existencia.
Por eso, es tan importante la educación, la formación; tan
importante la Universidad en la edad universitaria de los jóvenes;
tan importante la Facultad de Medicina. Por eso, es básico que
la formación sea integral basada en los conocimientos y en las
destrezas, pero a la vez en la cultura, el deporte, la cooperación,
la relación social, el humanismo y la ética.
Por eso, es crucial que hoy, de nuevo, recuperemos los
valores humanos convertidos en universitarios. En el Estatuto del
Estudiante Universitario (R.D. 1791/2010 de 30 de Diciembre),
su capítulo XIII está dedicado íntegramente a la “formación en
valores”, declarando unos principios generales en los que “La
universidad debe ser un espacio de formación integral de las
personas que en ella conviven, estudian y trabajan. Para ello la
universidad debe reunir las condiciones adecuadas que garanticen
en su práctica docente e investigadora la presencia de los valores
que pretende promover en los estudiantes: la libertad, la equidad
y la solidaridad, así como el respeto y reconocimiento del valor
de la diversidad asumiendo críticamente su historia. Asimismo
promoverá los valores medioambientales y de sostenibilidad en
sus diferentes dimensiones y reflejará en ella misma los patrones
éticos cuya satisfacción demanda al personal universitario y que
aspira a proyectar en la sociedad. En consecuencia, deberán
presidir su actuación la honradez, la veracidad, el rigor, la justicia,
la eficiencia, el respeto y la responsabilidad”.
Bienvenidos sean.
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