Suplemento Revista nº 790 - page 13

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Actualidad
Médica
SUPLEMENTO
A C T U A L I D A D
M É D I C A
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SUPLEMENTO
Actual. Med.
2013; 98: (790). Supl. 13-48
Compromiso por la salud
Granada, un reino de mil años
La peste de Granada en el concepto de Ibn
al-Jaṭīb
Resumen
Tras un estudio de la historia conocida de la peste hasta el siglo XIV, se explica la concepción del contagio entre personas que
recoge la obra de Ibn al-Jaṭīb, frente a las teoríasmiasmaticas o de castigo divino, que defendían otros utores de la época.
Abstract
Following a review of the known history of “black death” in the fourteenth century, is understood the concept of
contagion between people than collected the work of Ibn al-Jaṭīb, against miasmatic theories or divine punishment
defended by other authors of this age.
Gonzalo Piédrola Angulo
Académico de Número de la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental
Palabras clave: Peste, siglo XIV,
contagio.
Keywords: Black death, fourteenth
century, contagion.
Black death in Granada on the concept of Ibn al-Jaṭīb
La peste bubónica, también conocida como peste negra o
muerte negra, asoló Europa durante los años 1348 y 1349. Esta
terrible enfermedad fue ya descrita en Grecia el siglo III antes de
Cristo, como fiebre, delirio y aparición de bubones (grandes gan-
glios), así como en Siria y Asia Menor. Para algunos autores, la
referencia más antigua de la enfermedad se encuentra en la Biblia
(Samuel, 5.6 y 6.6), cuando los filisteos robaron el Arca sagrada:
“La mano de Yahveh cayó pesadamente sobre los asdodeos y los
llenó de terror hiriéndoles con tumores” y “Haced imágenes de
vuestros tumores y de las ratas que devastan el país...”.
Después de Jesucristo, las grandes epidemias de peste co-
mienzan con la llamada “peste de Justiniano”, que hacia el año
531 transformó ciudades en desiertos y amontonó en fosas co-
munes miles de cadáveres. Vuelven a aparecer epidemias en los
siglos siguientes, especialmente en las guerras y durante las cru-
zadas. Es en el siglo XIV cuando se habla de “peste negra”, que
desde China e India pasó a Europa en 1347, persistiendo ocho
años y matando en Europa a 25 de los 104 millones que la habi-
taban, donde hubo ciudades en las que sólo quedó el 10% de la
población (1). La llegada a Europa parece que fue con los barcos
que viajaban desde Asia, apareciendo primero en Italia, en ciuda-
des como Siena y Génova (2).
La idea de una cuarentena se empezó a aplicar en 1348,
en plena epidemia de peste negra, al observarse en Venecia que
llegaba por el mar; al principio su duración fue de treinta días
(trentina), para convertirse más tarde en la
Quarentina
, cifra atri-
buible para unos a los ayunos que Moisés y Jesús hicieron en el
desierto, para otros por la duración del llamado período crítico
de Hipócrates, y también por ser el período legal en el que las
viudas no podían ser molestadas en el domicilio del difunto bajo
ningún pretexto.
La bacteria que produce la peste es
Yersinia pestis
(antes co-
nocida como
Pasteurella pestis
), que describió Yersin por primera
vez, como un cocobacilo en una epidemia de peste en Hong-Kong
en 1894. Desde un punto de vista epidemiológico, Simond de-
mostró con pulgas sanas e infectadas, cómo el paso de la enfer-
medad se producía desde los roedores al hombre por medio de
dichos insectos. Agata, inoculando ratas con pulgas machacadas
confirmó el papel de éstas. Bacot y Martin describieron el meca-
nismo de bloqueo del estómago en las pulgas, que ahora citare-
mos, y la Comisión inglesa formada por Liston, Lamb, Rowland
y Petri aclaró totalmente la cadena epidemiológica de la peste.
La pulga de la rata (
Xenopsylla cheopis
), que se ha alimen-
tado de sangre de una rata pestosa o un individuo enfermo de
peste, permite que el bacilo de Yersin se multiplique rápidamente
en los residuos digestivos que se encuentran en el proventrículo
(un a modo de estómago) de la pulga, creando un tapón serobac-
teriano que obstruye la comunicación de aquél con el intestino
medio; en la comida siguiente, la pulga hace esfuerzos violentos
de aspiración para forzar esta dificultad y, fatigada, relaja momen-
táneamente su diafragma, con lo que la sangre fresca del nuevo
picado, que ha penetrado hasta el proventrículo, en contacto con
el tapón bacteriano, es regurgitada a través de la trompa, y llena
de bacilos pestosos la microherida hecha sobre la nueva víctima.
Como no pasa el alimento al intestino, la pulga infectada tiene
hambre, y atacará a más roedores o personas, hasta su muerte.
Se calcula que la sangre del animal o humano con peste contiene
unos cien mil bacilos por mililitro, que en una picadura penetran
unas 50.000 yersinias, y que tras su reproducción en el proventrí-
culo del insecto, pueden incrementarse a centenares de miles o
millones de bacterias.
La transmisión de la peste también puede realizarse de
forma interhumana, por picadura de la pulga del hombre (
Pulex
irritans
), a través del mismo mecanismo de bloqueo del proven-
trículo, o lo que es más grave y era mortal en todos los casos, por
vía aérea de enfermo de neumonía pestosa a sano. Y es que hay
tres formas clínicas de peste: la bubónica (con aparición de bubo-
nes en las ingles –lo más frecuente-, axilas o cuello), el carbunco
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