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Enrique Calcerrada Alises
Tratamiento quirúrgico de herida por arma de fuego en región inguinal
los elementos de deflagración de la pólvora
alrededor del orificio de entrada, que es sus-
ceptible de ser removido con el lavado. Si la
distancia de disparo es mínima o muy grande
este no aparecerá.
• El tatuaje se debe a la incrustación en la piel
de granos de pólvora incompletamente com-
bustionados y partículas metálicas y a diferen-
cia del anterior este no puede ser removido.
• Trayecto: Puede ser rectilíneo o desviarse al chocar
con huesos. Durante su trayecto el proyectil libera
energía cinética a los tejidos circundantes, generan-
do una onda de choque que debido a la elasticidad
de los tejidos forma una “cavidad temporal” que pos-
teriormente retorna a su ubicación quedando solo el
trayecto del proyectil. Si la onda expansiva supera la
resistencia de los tejidos, rompe estos creando una
cavidad definitiva mayor que el diámetro del proyectil.
• Orificio de salida: La presión ejercida por el proyectil
desde dentro hacia afuera provoca una eversión de
la piel. Requiere que el proyectil conserve suficien-
te energía cinética para vencer la resistencia de la
dermis. No encontramos los elementos del orificio
de entrada.
En cuanto a las heridas por perdigones, como es nuestro
caso, cada uno de los perdigones es un proyectil, con un orifi-
cio y trayecto de entrada independientes. La dispersión depen-
de de la distancia desde la que se efectúa el disparo, si esta es
escasa no hay dispersión y se trasladan todas en conjunto, pro-
duciendo una gran herida de morfología irregular y bordes en
sacabocados y que a diferencia de los orificios de bala si tiene
relación directa con el diámetro del cañón. Dada la poca masa
de estos proyectiles pierden su energía cinética rápidamente
y no es infrecuente que no exista orificio de salida. Tener en
cuenta que en los disparos a corta distancia el taco o pistón
que impulsa los perdigones puede entrar en la herida produci-
da por estos. (4)
La lesión arterial incisa puede afectar a la pared y ocasio-
nar hemorragia, hematoma a tensión o fístula arterio-venosa.
La sección arterial completa produce espasmo y retracción de
los bordes arteriales con formación de trombo y ausencia de
pulsos distales. Este tipo de lesiones, que antiguamente eran
solo bélicas hoy en día las encontramos en el contexto de atra-
cos, reyertas, terrorismo o accidentes de caza. Es muy impor-
tantes una anamnesis dirigida, que recoja la causa y mecanis-
mo de la lesión, momento en el que se produjo y maniobras
realizadas previas al traslado. El manejo del paciente en urgen-
cias debe estar protocolizado para una rápida estabilización y
diagnóstico previo al tratamiento definitivo. (3)
Dado que los proyectiles son radioopacos la radiología es
fundamental. (4) En caso de sospecha de lesión vascular puede
ser útil la realización de un angioTAC, que es más utilizado que
la arteriografía a pesar de ser el “gold standard”.
En la exploración el signo clínico más frecuente es la he-
morragia pulsátil, pudiendo observarse también hematoma
contenido o en expansión. Deben descartarse lesiones óseas
o neurológicas asociadas. Los traumatismos femorales son los
más frecuentes en todas las series, y su pronóstico es bueno,
con una baja tasa de amputación (menor del 5%). (3)
Es fundamental el control de la hemorragia, en preven-
ción de un shock hipovolémico. Se recomienda el uso de anti-
bióticos y la inmunización antitetánica debido a la naturaleza
contaminada de la herida por arma de fuego. Se debe realizar
un desbridamiento conservador de los tejidos blandos desvi-
talizados y restos óseos. Las heridas de tejidos blandos deben
ser suturadas siempre que sea posible. (5) No hay indicación de
retirar los proyectiles solo por encontrarse dentro del cuerpo,
debido al riego de dichas maniobras y los pocos casos de intoxi-
cación por plomo descritos en la literatura, sin embargo si es
fácilmente accesible debe removerse. (4)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
Cuauhtémoc R. Fundamentos de balística en heridas
ocasionadas por proyectiles de arma de fuego. Parte 1.
Trauma. 2001;4 (3): 115-120.
2.
Mendieta C, Gandarias C, Ocaña J, Gallo P, Redondo S, et
al. Traumatismo por arma de fuego en la arteria femoral
superficial. Ang. 2004;56 (1): 67-74.
3.
Pastor G, Rivera MI, Marzo AC, Marco MA. Traumatismos
vasculares de los miembros. Diagnóstico y tratamiento actual.
Ang. 2007;59 (Supl 2): 39-52.
4.
García G, Deichler F, Torres E. Lesiones por arma de fuego
desde la perspectiva médico-criminalística. Rev Chil Cir.
2011;63 (3): 327-331.
5.
Ramos L, Alves M, Soares CM, De Freitas L. Tratamiento inicial
de heridas por proyectil de arma de fuego. A propósito de un
caso clínico. Rev Esp Cir Oral y Maxilofac. 2008;30 (2): 115-
120.